20.11.18

Anexo 2 - Detalles de la Batalla de Boquerón - 3ra Parte


Aspectos preliminares de la gran batalla

29 de septiembre de 1932 - Informe escrito del Tcnl José F. Estigarribía al Gobierno dando cuenta de la toma del Fn Boquerón (Fuente: gpo facebook "Homenaje a los caídos de los dos ejércitos en la Guerra del Chaco")
La baja estimación de la capacidad paraguaya por parte del EM boliviano rayaba lo increíble y descansaba en la teoría que el Paraguay sólo podría movilizar y equipar pequeñas fracciones y que carecía de planes de guerra y servicio de inteligencia.

En diciembre de 1931 el Plan de Operaciones N°1 elaborado por la Sección Operaciones/EM y que constaba de 26 páginas sostenía que, “por ser imposible en el Chaco una guerra de maniobras sólo bastaría para hacer una guerra contra el Paraguay la cantidad de 5 batallones reforzados, de 812 hombres cada uno y acompañados por algunas baterías de montaña”. Este documento que fue la base de los planes bolivianos de la época reflejaba el pensamiento del EM originado por aquel postulado del Grl Kundt “al proclamar dogmáticamente que Asunción podría ser tomada con 3000 soldados”

El 08 de agosto de 1932 fue ocupado el Puesto Carayá (Huijay) con orden de mantener y de ser necesario, oponer una firme defensa, a la vez, el Grl Quintanilla/Cte 1erCE, pidió refuerzos para contrarrestar una presunta ofensiva paraguaya, debido fundamentalmente a la detención de la marcha hacia el Chaco de 5481 hombres y volvió a tratar de conseguir la autorización para tomar Nanawa. A esta solicitud estratégica por parte del 1erCE el presidente Salamanca se negó a acceder a la misma (de estas medidas, fuera del contexto estratégico que mantenía el ejército en campaña, se dieron durante todo el conflicto por parte del presidente) y el 10 de agosto ordenó que no se realizaran nuevas acciones sin su autorización personal y haciendo notar su jerarquía de Capitán General, que le da la Constitución del país.

Una semana después los paraguayos retomaron Carayá apartando la peligrosa presencia boliviana cerca de Isla Poí–Villa Militar y agregando a esto el derribo de un avión de la FAB; estos hechos llevaron al presidente Salamanca a (nuevamente inmiscuirse en las operaciones militares) ordenar que Boquerón sea una plaza fuerte y que se hiciesen todo lo necesario para una defensa a muerte, asimismo dispuso la continuación de la marcha de las tropas detenidas en Tarija hacia el TO Chaco. El día 29 de agosto el Grl Osorio le comunicó al Grl Quintanilla que el Estado boliviano había asumido la postura diplomática “de no devolver los fortines ocupados en represalia”, actitud que debería orientar al 1erCE a su mando, a lo que Quintanilla persistió en su deseo de tomar Nanawa. Esta proposición, desde el punto de vista estratégico, era muy razonable ya que hubiera desequilibrado la primera línea de fortines paraguayos y, a la vez, dado seguridad al flanco derecho boliviano. A esto el Grl Osorio requirió si estaba en condiciones de tomar Rojas Silva a lo que Quintanilla expresó su confianza en este accionar y por último fue autorizado a realizar el movimiento mencionado y anunciado para el 08 de setiembre como una represalia por lo de Huijay y que separaría a Nanawa de Isla Poí–Villa Militar.

La presión diplomática de los Neutrales ayudó, en alguna forma, al Paraguay al detener las apresuradas y emocionales acciones de Salamanca, otorgando tiempo y espacio para la “organización orgánica, logística y capacidad de combate de un ejército digno de tal nombre”. Si Bolivia hubiese realizado su movilización general en el mes de agosto y golpeado duramente, era probable que llegar al río y ganara la guerra. Muy por el contrario, quedó inactiva, movilizando por “gotas” lo que permitió a Paraguay tomar una decisiva ventaja en espacio y tiempo para concluir una pronta concentración de fuerzas muy superiores. Este oportuno aprovechamiento por parte del Tcnl Estigarribia de esta situación será uno de los factores esenciales del triunfo paraguayo, ya que le permitió reunir y alistar su bisoño ejército en la Villa Militar – Isla Poí para los primeros días de setiembre de 1932.


Aspectos iniciales sobre la gran batalla
El 07 de setiembre de 1932, el ejército paraguayo, inició su marcha desde Isla Poí el 1erCE y desde su comandante hasta el último recluta participaban de un manifiesto optimismo de que las fuerzas bolivianas abandonarían Boquerón sin mayor resistencia. El día 08, la 1raDI del My Carlos Fernández reforzada con el RI3° avanzó desde Pozo Valencia presionando y haciendo retroceder los puestos adelantados bolivianos hasta quedar a 3kms de Boquerón. La FAB de reconocimiento envió partes sobre este avance y estimaba que eran fuerzas reducidas, información que le llegó al Tcnl Marzana a cargo del Fn Boquerón (no fueron estos los únicos errores que cometió la FAB en sus apreciaciones de magnitud de fuerzas, lugares de concentración de tropas y medios, movimientos, que luego resultarían perjudiciales para la conducción de las acciones de combate)

Cnl Fernández al final de la guerra
La orden del Tcnl Estigarribia era “rodear Boquerón por la izquierda y presionar sobre el enemigo hasta posesionarse de una zona de seguridad”, por lo cual el My Fernández ordenó una enérgica persecución hacia Arce y asignó al RC2° la misión de interceptar el camino a Yucra (o Yujra) para cortar la retirada de parte de la guarnición del fortín. En medio de una total falta de mapas del TO, sólo se contaba con los recuerdos del Tte Heriberto Florentín (antiguo jefe del Fn Boquerón), continuaron los movimientos, pero se evidenciaron errores de conducción por la falta de reconocimientos por parte de los jefes a cargo (prácticamente en todas las jerarquías) de las posiciones y/o movimientos de los bolivianos.

Boquerón estaba preparado para su defensa en forma cuidadosa y eficiente, ya que desde mediados de agosto las tropas del fortín habían construido obras de abrigo bajo la dirección del My Germán Jordán, un estudioso de la doctrina defensiva francesa; escondidas en los bordes de los bosques se abrieron trincheras protegidas por troncos de quebracho; nidos ocultos de ametralladoras en los árboles sobre plataformas y varios tipos más; se cavó un pozo para extraer agua, elemento vital para la zona. El fortín estaba a cargo del Tcnl Marzana, uno de los mejores jefes bolivianos con grandes aptitudes y tenía a sus órdenes a 28 jefes y oficiales, 683 soldados y con 13 ametralladoras pesadas, 27 livianas, 3 viejas piezas de artillería, 2 nuevos cañones antiaéreos. Las tropas eran veteranas del Chaco, con dos años de servicio y los oficiales la mayoría de carrera. En la noche del 08 de setiembre se agruparon en torno a las fogatas con el único tema de conversación relacionados a los movimientos paraguayos, el inminente choque, una noche nerviosa, tropical.



Posiciones defensivas bolivianas en Boquerón (Fuente: facebook Memorias de la Guerra del Chaco)
El 09 de setiembre de 1932, el joven e inexperto ejército paraguayo interrumpió el silencio de la madrugada con un ¡Viva el Paraguay! e inició el asalto al Fn Boquerón, se iniciaba una batalla épica y una larga guerra.
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Del Autor: A lo expuesto en la 1ra y 2da Parte, agregamos en esta, vivencias de combatientes paraguayos que tomaron parte activa de la batalla y alcanzaron el mayor y más significativo triunfo del Paraguay en la Guerra del Chaco. 
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1. Acciones en Boquerón (Narrativa de un combatiente paraguayo)
Jueves 08 de Setiembre de 1932: "después del desayuno a las 7:30 horas partimos para Boquerón; ¡voy por fin! con mi pelotón en punta; va un pelotón de caballería adelante con el Tte Osorio. Dos kilómetros sin novedad. Este diario lo voy haciendo en las paradas que mis patrulleros hacen a 100 metros delante de mí, me tiendo o arrodillo y escribo. Tal vez la historia alguna vez aproveche mi diario: soy veraz hasta donde se pueda ser. Sabemos que el RI4° está en Campo Valencia; viene también un Grupo de Artillería atrás nuestro; por la recta va el RI2°. Mañana atacaremos al amanecer con 3.500 hombres más o menos.

En el camino encontramos la bolsa de víveres ensangrentada. A las 10:30 abren el fuego sobre nuestra descubierta de caballería, es menudo; al tenderse despliego y avanzo con una escuadra, me siguen las otras dos de los flancos; progreso por saltos, los tiros son muy altos. Alcanzo a la caballería que desmontó una mitad y disparan 4; cesa el fuego enemigo, avanzo al paso agazapado, quiere tomar un caballo nuestro su dueño y huye; alcanzo el monte y encuentro un retén abandonado, muchos efectos: carpas, morrales, caramagnolas; los otros pelotones me alcanzan. ¡Cómo cansan los saltos hacia adelante! A las 12:00 avanzamos adelante por un matorral; tres aviones vuelan, echan bombas pero muy atrás, nos escondemos; seguimos como 500 metros y con los dos pelotones (2° y 3°). Establezco puesto avanzado. El Tte Villagra con el 1° Pelotón se posesiona del monte enfrente.


A las 15:00 una patrulla boliviana dispara contra mi puesto de observación sin resultado. Esperamos. Nada. Yo he pedido venir en la punta y estoy satisfecho. Ningún soldado de mi pelotón puede decir: "Marché adelante del Teniente Velilla". Todavía no hemos comido: hay hambre; tenemos una latita de carne conservada para dos días. No hay todavía orden de tocarla. Me parece que la impresión del combate no será muy grande, sin embargo, cuando se vea al enemigo y el fuego sea más violento cambie de opinión; hasta ahora nada. Son las 16:00 horas. Somos relevados de los puestos avanzados a las 17:30 no sin antes visitarnos una patrulla que disparó contra mi observador sin resultado; una granada explotó atrás hiriendo levemente a uno de caballería y a su montado. Venimos más atrás y nos encontramos a 600 metros del punto avanzado. Cenamos asado. A las 21:00 un nuevo tiroteo nos despierta: suenan y pasan muy cerca los proyectiles; me asusté porque fue en sueño; igual el Tte Saldívar. Nos serenamos al contacto con la tropa. A los 5 minutos estábamos listos. Sigue el tiroteo: es una patrulla enemiga que se acerca al puesto de la 2da Compañia. La 3ra muy desordenada no consigue formar. Sus Oficiales comunicaron la nerviosidad a su tropa; es una lección para nosotros; nuestra Compañía tiene una admirable calma, creo que confía en sus Oficiales. A las 10:30 nuestro Batallón es relevado por el 2°. Pasamos a dormir a 2.500 metros atrás. Mañana constituiremos la reserva. Es lástima: lo mismo piensan todos los soldados. Pero hace tres noches que nuestros soldados no duermen, es necesario relevarlos para que duerman. (Fuente: "Diario de Guerra – desde las trincheras de Boquerón” del Tte Hernán Velilla)
Septiembre 1932 - Fn Boquerón: posición defensiva en la Punta Brava, donde se observan los troncos de quebracho en forma de empalizada y en la parte superior aberturas para el fuego de los tiradores. Esta posición es muy fuerte y soporta el fuego de ametralladoras y morteros, además, da una  idea de la permanente preparación de la posición. (Fuente. facebook Memorias de la Guerra del Chaco)

2. Acciones en Boquerón (Narrativa de un combatiente paraguayo)
Punta Brava; mucho se cita con este nominativo a la posición estratégica que tenían las unidades bolivianas durante la batalla de Boquerón y así también luego se denominó a nuestro 2do Batallón/RI4° “Curupayty”, unidad que se destacó por ser casi siempre la avanzada de nuestras fuerzas. Antes que nada, digamos que a través del camino Pozo Valencia-Boquerón se arribaba a la famosa Punta Brava y que allí se emplazaba una fortificación boliviana ubicada en la antesala de la entrada del fortín, donde a la vera de un pequeño bolsón se ubicaba un nido de ametralladoras muy bien organizado por la defensa enemiga que obstruía el avance de nuestros hombres. Durante los días 9, 10 y 11 de Setiembre de 1932, con mi unidad, integrante de la 1ra Ca/2do Batallón/RI4°, habíamos llegado cerca de dicha posición, accediendo a tal punto a través de unos montes que existían en la zona. Luego de varios intentos en los que fuimos rechazados el día 14/9 efectuamos una conversión y nos ubicamos frente a una punta saliente del monte, justo frente a la orilla opuesto al ya mencionado bolsón. Gracias a la geografía del lugar y específicamente a esta lengua de monte en la cual me encontraba estuve a cubierto del hostigamiento enemigo que contaba con poderosas armas automáticas y una posición ventajosa que le permitía repeler cualquier intento de copamiento por parte de nuestras tropas. La brillante e ingeniosa defensa boliviana era muy eficaz pues en la fortificación contaban con un nido de ametralladoras de “dos pisos” construido con voluminosos troncos de quebracho que se encontraba disimulado por unas enormes plantas de “Caranda”, estructura que nos costó descubrir, pues era muy difícil de ser visualizada.

El GA2°, comunicó el mismo día (20/9/1932) que su batería 105mm tenía los siguientes objetivos: Nº1 “Punta Brava”, Nº2 el recinto central del fortín - la batería “Yegros” de 75mm recibió misión táctica directamente del RI4° y la batería “Rovira” del RI2° (ésta batería había perdido un cañón en los primeros días del combate, debido a la explosión del tubo, accidente que causó algunos heridos); 2da Batería de 75mm “Comandante Cap Fulgencio Yegros”, Oficial de Tiro Tte 1º Lindolfo González; 1ra Sección Tte 1º Raúl Fernández De Camilli; 2da Sección Tte 1º Julio R. Cartes.
“Mientras me encontraba con mi unidad descansando unas horas en la retaguardia, veo llegar al PC del comandante del batallón Cap Ramón L. Paredes al entonces Tte1º de artillería Fulgencio Yegros Girola, desde mi posición podía escuchar el diálogo entre ambos y en un momento de la conversación escucho que el jefe del batallón le pedía al Tte1º Yegros que previo tiro de reglaje, dispare con su unidad de artillería sobre una determinada posición. Ante dicha orden no me quedó más remedio que intervenir en la conversación para advertirle al Cap Paredes que entonces era urgente y necesario retirar las tropas que habían relevado a mi unidad la noche anterior porque se encontraban expuestas al fuego propio. Como nuestro jefe era de pocas palabras y mucha acción, escuchó mis consejos acerca de adonde se debían dirigir los disparos de artillería para eliminar el nido de ametralladoras montado por los bolivianos y dio orden de desalojar las unidades paraguayas emplazadas a unos 80 metros del objetivo y extrajo un papel donde delineó las posiciones, preguntándome con cierta impaciencia: "Teniente: ¿en qué lugar está ubicado el objetivo?", a lo que yo le respondí: "Ahí en esa “Punta Brava” señalándole la posición en el croquis precario que había confeccionado nuestro Jefe. Seguidamente el Cap Paredes me manifestó que con mis palabras no alcanzaban, "vaya inmediatamente con el Tte Yegros a fin de establecer con exactitud el objetivo a batir", así lo hice y luego de llegar a la posición que ocupaba nuestra artillería pesada, nos subimos a un precario mangrullo desde donde pude determinar con precisión los puntos de referencia necesarios para los tiros de aproximación. Luego de retirada la unidad que relevara a mi compañía el Tte Yegros fijó el objetivo sobre una planta de samuú ubicada en la orilla del monte y a unos 150 metros del nido. El primer disparo fue con tal precisión que la granada cayó en la mata misma del árbol seleccionado y afortunadamente luego de unos pocos tiros de ajuste se pudo destruir la posición enemiga”.

Oficiales del RI6° Boquerón; Tte Inf Prudente Britos (2do de la izq); Tte Ing Eleuterio Gadea (3ro de la izq); Tte 1° Enrique Sanchez Domínguez (5to de la izq); Tte 2° Fernando Carrasco (3ro de la der); Tte 1º Carlos Castagne Decoud (2do de la der); Cap Inf Diógenes Cazal (sentado) (Fuente: gpo facebook "Memorias de la Guerra del Chaco del archivo del forista Víctor Meden)
La determinación de la nominación de Punta Brava nació en esos momentos, para que luego ese nombre quedara inmortalizado en los croquis y planos militares, que hacían referencia al enclave boliviano, sitio en el que aún faltaba derramar mucha sangre compatriota y boliviana antes de la finalización de la batalla. Uno de los hombres que puede dar fe y que aún nos acompaña es el Cnl Felino S. Lezcano (que por ese entonces era un aguerrido combatiente que se desempeñaba como Cabo 2º); concretada la retoma del Fn Boquerón en la alborada del 29 de setiembre nuestro 2º Batallón/RI4° “Curupayty” se autodenominó “Punta Brava” recordando ese casi inexpugnable reducto lleno de devastación y muerte.
“Han pasado 50 años de aquellos episodios, tan trágicos como necesarios, para salvaguardar la integridad territorial de nuestra nación. Hoy me parece increíble que el comentario formulado por un inexperto Tte 2º sobre una posición enemiga se haya perpetuado en el tiempo, aunque pocos lo sepan” (Fuente: Tte1º de Reserva Florencio Ricardo Mello Vargas)

3. Acciones en Boquerón: del Diario de guerra del Cap Ramón L. Paredes, comandante del 2do Batallón/RI4°

Domingo 02 de octubre de 1932: al escribir mi diario del día 28 de setiembre, sobre todo la última parte, estaba muy lejos de pensar que al día siguiente sería el día de la mayor victoria de nuestro Ejército. Ese día, nuestro batallón (2doBatallón/RI4°) había hecho el esfuerzo más grande realizado hasta entonces y, como dije, el enemigo había cedido en otros frentes, pero a pesar de todo no creía todavía que al día siguiente se entregarían de la forma que lo hicieron. Terminada la jornada del día 28, después de dejar organizada a las tropas que esa noche cubrirían las guardias en las posiciones, me retiré de mi PC al campamento. Al llegar a este, me dijo el My José A. Ortiz que al día siguiente a las 05:00 se continuaría el combate, a lo que yo me opuse y el mismo My Ortiz también era de la misma opinión, pero la orden de la División estaba dada, ya no había nada que hacer y como soldados hay que cumplirlas.
Mi opinión de suspender la acción de ese día 29 era para que se diera tiempo a las unidades a reorganizarse y no hacer, como ya se ha hecho en otras veces, esfuerzos aislados sin ningún éxito. Pero la orden de la División era terminante y, por otro lado, las otras unidades querían continuar incesantemente hasta terminar la cuestión. Fue así, que me acosté esa noche después de dejar listo mi batallón para continuar al día siguiente con toda decisión el combate.

Como de costumbre, mucho antes del amanecer del día 29 me dispongo a ocupar mi puesto, las unidades ya estaban ocupando sus sectores de combate, cuando viene llevando un hombre de enlace del Tte Raúl Vera, quién me comunica que por la noche el enemigo había gritado “paraguayos, cesar el fuego, mañana a primera hora nuestro comandante, enviará un parlamentario de reglamento que saldrá en la picada”; siendo contestado por el Tte Benitez, comandante de un pelotón “está bien, pueden mandar”. Comuniqué esta novedad a mi Comandante de Regimiento y ninguno de los dos dimos importancia, creímos que el enemigo trataba de hacer un chiste. Inmediatamente me puse en camino a mi PC siendo recibido por una lluvia terrible de proyectiles enemigos, primer saludo boliviano del día, no pudiendo continuar más adelante. Tuve que dar un gran rodeo para llegar a mi PC y en el camino me encuentro con el Tte Vera que venía conduciendo a un Cap Salinas y un suboficial Avila con una gran bandera de parlamento. Me presenta a los bolivianos. Yo me presento al Cap y al conocer mi nombre me contestó “Usted Capitán ya es conocido dentro del fortín, usted es el comandante de Artillería ¿verdad? Le contesté que no era artillero, que era del arma de infantería. Me dijo que yo era conocido dentro del fortín como artillero porque en una orden mía encontrada en poder del Tte Fernando Velazquez pedía a éste que observara los tiros de artillería. Así supe que el Tte Velazquez había sido recogido por los bolivianos y que había muerto el día 26 juntamente con el Cap Manchego quienes se reconocieron antes de morir (1) (Ver breve crónica al final del capítulo)



Tte 1º Fernando Velázquez, caído en Boquerón, protagonista junto al Cap Tomás Manchego de una épica y férrea amistad nacida en el conflicto. Fueron sepultados en la misma fosa (Fuente: Portal Guaraní)

Conduje personalmente al PC/Rgto a los dos parlamentarios. Se me entregó una carta para el comandante de las fuerzas paraguayas y se me dijo que tenían instrucciones del Tcnl Marzana de establecer una hora y lugar para una conferencia. En el PC/Rgto les invité con cocido con leche y galleta que encontraron excelentes. Como no iba a ser así, cuando que hacía más de 15 días que estaban sin rancho, comiendo solo carne de mulas y perros. Cuando el pobre parlamentario estaba llenando su estómago, las tropas bolivianas en las trincheras habían levantado bandera blanca y se rendían a nuestras tropas incondicionalmente. El enemigo ha finalizado su resistencia heroica con una derrota vergonzosa. Mientras esto ocurría en las posiciones, conduje al Cap Salinas y su acompañante al PC/Div y les hice entrega al My Rafael Franco quién, a su vez, los condujo al PC/CE. Estando en la División supe por teléfono de la rendición del Tcnl Marzana y, tras de este, todos sus oficiales y tropas, quedando en poder nuestro más de 30 oficiales y 600 soldados prisioneros y todo el material de guerra que estaba en poder del enemigo.

Sólo mi batallón ha recogido de su sector lo siguiente: 1 cañón de 75mm con 8 proyectiles – 2 cañones SEMAG contra aviones – 4 ametralladoras pesadas – 7 ametralladoras livianas – 99 fusiles – 10 tubos de repuestos – 75 cajas de bandas – 11 valijines de MADSEN – 20 yataganes, munición para fusiles, herramientas de repuestos para PP y artillería y una enorme cantidad de objetos.

Un cañón antiaéreo boliviano SEMAG/OERLIKON L Modelo 1923 (basado en Becker M.II ad Becker TUF) capturado por fuerzas paraguayas en Boquerón. (Fuente: Portal Guaraní)
Es indudable que si ese día 29 no se entregaban en la forma como lo hicieron, sus posiciones iban a ser asaltadas y conquistadas por la fuerza, lo que hubiera sido para el enemigo mucho más honroso y hubieran coronado su heroica resistencia con una acción más digna de un pueblo libre y no como simples esclavos de la Standard Oil. Pasamos el día 29 recogiendo material abandonado por el enemigo y por nuestras propias fuerzas, además dando cristiana sepultura a nuestros queridos muertos, mártires de la agresión boliviana. Hoy, he leído algunos diarios, tantas falsedades se dice en ellos que de vergüenza leerlos. Crean héroes y estos héroes son justamente aquellos que ni siquiera su sombra se han aproximado a las trincheras enemigas.
Hemos estado esta mañana, acompañado del Cte Div My Carlos Fernández, Jefe RI4° My José A. Ortiz, Jefe RC3° My Federico Smith, Cte 1erBatallón Cap Julio Jara, Cte 3er Batallón Cap Juan Gonzalez Ferreira y yo (Cte 2do Batallón) a hacer una exploración para conocer el terreno hacia las posiciones bolivianas.
El 30 mandé un telegrama para mi mujercita querida, para que sepa que su papito ha cumplido con su deber con mucha suerte pues hasta sigue con vida ¿Y qué si la pierdo, si es por la Patria? Además, tengo al Pibito y al Chiquitín que si tengo la suerte de morir gloriosamente sabrán vengar mi sangre. Escribí también una larga carta a mi hijita de mi vida, que veremos si tiene la suerte de llegar a destino.


30 de Septiembre de 1932 - Fn Boquerón: ha cesado la resistencia y las tropas paraguayas ocupan el fortín. En la foto oficiales bolivianos son transportados en camión a la retaguardia, su destino será la ciudad de Asunción, para ellos terminó la guerra. Un alto jefe boliviano dijo: "en Boquerón perdimos la flor y nata del Ejército" (Fuente. Portal Guaraní)

Lunes 03 de octubre de 1932: hay revista de Batallón, se han reajustado las unidades, se han aumentado las armas automáticas a costa de Bolivia. Preparativos para seguir castigando ejemplarmente a los “cholos”. He oído decir que el EM boliviano ordenó una ofensiva general. ¡Qué ricos tipos! ¿Porqué no han ordenado esa ofensiva para salvar a sus camaradas de Boquerón? Ahora que estos ya están perdidos están rabiosos ¡Pobres indios! Salamanca quiere sembrar de cadáveres bolivianos el Chaco paraguayo ¡y no digamos que será buena semilla! Hoy hace 5 días de descanso. El proyectil enemigo ha dejado de silbar ¡y que bien se siente uno así!
Pero Salamanca no está conforme con esta quietud ¿será que no tiene hijos o parientes en el ejército? Rodeado de sus colaboradores en una mesa redonda de gabinete resuelve hacer matar más bolivianos. Que se cumplan sus deseos ¡Qué así sea! Probé esta tarde una automática pesada con sello de Bolivia ¡Qué bien funcionaba! Y pensé que ahora esta destinada para los bolivianos. Las máquinas están flamantes y se hará uso admirablemente.

Martes 04 de octubre de 1932: anoche soñé contigo mi hijita querida. Y Pibito y Chiquilín también. Todavía no me había levantado cuando ya me venía llegando tu encomienda. Era para eso que te tenía toda la noche en mi mente, para que me venga llegando siquiera tu regalo, ya que tu personalmente no puedes venir. Pude aprovechar los cigarrillos, dos botellas de caña y dos limones. Los chipás, las bananas y las naranjas llegaron destruidas.
El Cdo Div pasó revista al Rgto. Encontró todo conforme, las tropas con mucho espíritu y entusiasmo. Dio nombres de guerra a los batallones. A mi batallón lo denominó con el de “Punta Brava” por su heroico comportamiento frente al sector boliviano llamado Punta Brava. Transcurrió el día sin novedad.



4. Acciones en Boquerón: frente a la "Punta Brava" de Boquerón en septiembre de 1932 (Narrtiva de un combatiente paraguayo)


¡Ahhh la Punta Brava de Boquerón en septiembre de 1932! La Punta Brava tenia bien merecida fama de bravura! Lo más temible de ella consistía en un reforzado nido de ametralladoras, con dos pesadas y dos livianas entre bolsas de arena y otras dos pesadas y dos livianas encima de las ya indicadas. Imaginen ustedes la potencia de fuego a “ras de tierra” de este bastión en el desierto. Y quien mandaba en el baluarte era e1 Subt Inofuentes, un bravo de verdad, sus hombres, veteranos de dos años en el Chaco, muy bien entrenados, manejaban los ocho tubos mortíferos con fría y devastadora eficacia. El nombre de pila del jefe de la Punta Brava era Clemente. Clemente Inofuentes, el nombre rimaba con el apellido, como si él, el bravo entre los bravos de la Punta Brava y de todo Boquerón, fuese una innocua (que no hace daño), una inofensiva fuente de aguas puras de clemencia, pero los bravos verdaderos, los magnánimos de verdad, son clementes, y el bravo de la Punta Brava era clemente!.
Fn Boquerón - Punta Brava - vista del campo de tiro preparado por la defensa y al que hace mención el relato Nº4 (Fuente: blog Historias de Bolivia)
Frente a la Punta Brava se extendía un descampado, un ideal campo de tiro y por ese descampado ataco a Boquerón nuestra unidad, el RI Nº1 “2 de Mayo”. ¡Qué ataque aquel y que fulminante el fuego de la Punta Brava contra quienes osaban desafiarla! E1 1er y 3er batallón fueron aniquilados. Tenía yo, al comenzar e1 ataque, más de 50 hombres a mi mando; al terminar solamente me quedaban 11. Estábamos ya cerca de la Punta Brava cuando a la hora del asalto corrimos hacia ella; sus detonaciones nos ensordecieron, veíamos las llamas salir de los tubos negros y sentíamos el aire en torno llenarse de plomo encapsulado en acero, yo vi el destrozo del 1er batallón al aproximarse a aquel muro de hierro que lanzaba llamas como de volcán. Yo vi caer a mis hombres fulminados, y yo caí también, disfrazado de tropa como estaba y empuñando, como mis hombres, un fusil. Clemente Inofuentes tenía ojos de águila, el me vio caer desde su casamata de quebracho y arena endurecida; él me vio tras mi caída, revolcándome en el polvo, a través de las malezas ralas que mimetizaban su nido invulnerable.


Yo, tendido en tierra, sentía un fuerte dolor en la pierna derecha, a unos centímetros encima de la rodilla y el Tte Zotti ya había caído, entre los primeros, no lejos de mí. Zotti, oficial valentísimo, creyó ser inmune a la tormenta de fuego que se precipitaba sobre nosotros, el llevaba un gran sombrero negro y una capa negra como un doble desafío, en los primeros minutos el fuego lo respetó a pesar de ser un perfecto blanco; pero él siguió corriendo hacia la metralla a cuerpo gentil, pistola en mano, el gran sombrero y la capa desafiantes en el furioso viento preñado de puntiagudos, de calientes, de silbantes dardos de metal. Gritó Zotti al caer y yo oí sus gritos: Camillero! Camillero! Camillero! Nadie podía socorrerlo, una móvil, una vibrante, una rasante, una invisible cuchilla cortaba todo el campo con un filo que corría, veloz de izquierda a derecha, de derecha a izquierda buscando la carne blanda crispada de horror, y buscando los huesos quebradizos para hacer de una y otros, una pasta palpitante color rojo.

Yo, tendido en el polvo soliviantado, primero con las manos de uñas rotas y después con la cuchara de estaño, trataba de alzar frente a mí una absurda defensa para mi cuerpo ya ensangrentado: me había palpado la herida con las dos manos y me había sacado de ellas la sangre sobre el pecho, sobre e1 vientre; pensé que para no desangrarme debía vendar la “chorreante” herida. Me saqué la camisa de tropa que me servía de guerrera y aferrándola con los dientes y tirándola con las manos a derecha e izquierda, logré rasgarla y convertirla en vendas. Al hacer esto, me ponía en mayor evidencia; pero debía hacerlo. Me vendé la herida justo a tiempo, el fuego arreciaba, sin embargo, tenía conciencia de que, como deliberadamente, me evitaba; no venía derecho, rasante, hacia mí, sino que pasaba, diré, de largo, dejándome en el centro de un espacio sin muerte, pues bien, me vendé la pierna con la mayor fuerza de que fui capaz para que la venda no solo contuviese e1 chorro que manaba sobre la rodilla, sino también parte del flujo interno de la sangre que bajaba hasta mis pies. Pensaba que, milagrosamente, el sitio en que estaba yo tendido no era blanco de los infinitos disparos que, durante horas, ensordecieron el campo. Vino por fin la noche y con la noche pudieron venir los camilleros. Me llevaron a retaguardia. Esto último yo no recuerdo cómo fue, iba desmayado en una camilla. 


Boquerón cayó aquel inolvidable 29 de setiembre ¡Aquel septiembre, tan poco primaveral para sitiados y sitiadores! No pude ser testigo del regocijo de la primera, de la decisiva victoria: decisiva por su significado moral para uno y otro bando. Días después, no sé cuántos, me llevaron a Puerto Casado y allí abordé el Cañonero Paraguay. El barco gris, como todos los barcos de guerra, apuntaba sus cañones hacia arriba, listos para repeler un ataque aéreo. Un amigo mío, el Tte Jesús Blanco Sánchez, oficial de Marina, segundo de a bordo, me ofreció una litera de su camarote, elegí la de abajo y al tenderme boca arriba sobre aquel lecho angosto y duro me sentí feliz, con ganas de vivir, horas después partiríamos para Asunción.

El Dr Alberto Torrico vino a hacerme una prolija cura, era un prisionero boliviano caído en Boquerón, me contó mientras lavaba mi herida con un líquido ardiente, que en el Cañonero, allá sobre cubierta, viajaba prisionera la flor y nata de la guarnición de Boquerón. El vendaje resultó excelente y esto hacía posible una renguera sin consecuencias peligrosas, ni el fémur ni otros huesos habían sido tocados por el proyectil. Doctor ¿podré subir a cubierta mañana? -Sí, sin ningún peligro (me aseguró el médico). Conocí, primero a un teniente joven, hombre culto y afable, su apellido era Calero y vestía un sucio uniforme y llevaba esa gorra casi siempre arrugada, de copa aplastada hacia atrás, que los bolivianos usaban. ¿Quién mandaba en la Punta Brava? (le pregunté apenas iniciado el diálogo) El Subt Inofuentes (me dijo) ¿Está aquí, a bordo? (le pregunté apenas iniciado el diálogo) Espere un momento. voy a buscarlo (fue su respuesta). El Tte Calero volvió enseguida acompañado por un mozo de unos veinticuatro/veinticinco años, ¿Usted es el héroe de la Punta Brava? (le espeté antes de saludarlo). Sonrió Inofuentes, con una sonrisa complacida ¡Héroe o no héroe yo mandaba allí! me dijo, entonces yo le conté en pocas palabras mi historia frente a la Punta Brava. Al callarme, Inofuentes, que me había escuchado muy serio, sonrió otra vez: ¡Yo lo vi caer a usted y después vendarse!, tengo, o tenía durante el combate una vista muy buena, lo vi rasgar su camisa... ¡Ah! (lo interrumpí) ¡Y yo di orden! di orden terminante que lo dejaran tranquilo. Vino la noche y ya no pude ver nada. A la mañana siguiente, ya no estaba más usted en el lugar de la víspera. (Por: Hugo Rodriguez Alcala / Facilitado por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Historias de Bolivia).


Señor!! cobija bajo tu manto sagrado a todos los caídos por su Patria! - Cruz en Boquerón (Fuente: Portal Guaraní)
Cuadro de Honor: Oficiales paraguayos muertos y heridos en la Batalla de Boquerón
Oficiales fallecidos:- Cap Oscar Rivas Ortellado (+)
- Cap (H.C.) Orefief Serebriakof (+)
- Tte 1° Ruperto Zenteno (+)
- Tte 1° Fernando Velázquez (+)
- Tte 2° Juan H. Acosta (+)
- Tte 2° Antonio Camperchioli (+)
- Tte 2° Benigno Cáceres (+)
- Tte 2° Eladio Escobar (+)
- Tte 2° Bernardino Morales (+)
- Tte 2° Ramón Fernández (+)
- Tte 2 ° Marcelino Ramírez (+)
- Tte 2° Rodolfo Zotti (+)
- Tte 2° Faustino Celestino Duarte (+)
- Tte 2° Julio Escobar Recalde (+)
- Tte 2° Eugenio Ramón Fernández (+)
- Tte 2° Celestino Garcete (+)
- Tte 2° Eduvigis Martinez (+)

Cadetes fallecidos:
- Oscar Otazú (+)
- Pastor Pando (+)
- Carlos Bonifacio Sisa (+)
- Tte 2° Sanidad Víctor Miranda (Desaparecido) (+)

Oficiales heridos:
- Tte 1° Eulalio Facetti
- Tte 1° Luis C. Yegros
- Tte 1° Julio Dionisio Otaño
- Tte 1° Daniel Russo Padín
- Tte 2° Agapito Roa
- Tte 2° Teófilo Fariña Sánchez
- Tte 2° Abraham Pesoa
- Tte 2° Juan Francisco Facetti
- Tte Aviación Emilio Rocholl



Soldados paraguayos en una de las fortificaciones de "Punta Brava" luego de la toma del "Fn Boquerón" (Fuente. gpo facebook "Memorias de la Guerra del Chaco)


Cronología de algunos días en el Fn Boquerón durante la batalla – 1932 – “Del diario de guerra del Cnl Franco”.
Sábado 10 de Setiembre: a las 06:30 horas recibí orden el Ministerio de Guerra para presentarme al Comandante en Jefe del Ejército con el objeto de destinarme a una unidad del 1erCE que opera en el sector Casado.

Domingo 11 de Setiembre: a las 03:00 horas me trasladé a la capital en un camión en cumplimiento de la orden del Ministerio de Guerra. Llegué a Asunción a las 06:00 horas y a las 08:00, me presenté al Comandante en Jefe del Ejército, ordenándome para acompañarle al teatro de operaciones. A medio día ya estaba listo para la partida.

Lunes 12 de Setiembre: a las 01:40 horas partimos hacia Puerto Casado en el Cañonero Paraguay. A las 21:00 atraca el barco en Concepción. Nuestro viaje es un tanto lento; el Cañonero navega con una sola caldera por economía de combustible. Como la nave se detiene aquí durante dos horas para descargar materiales útiles para el destacamento que opera en el sector Nanawa, aproveché para pasear por la ciudad. Me encontré con muchos amigos que me festejaron mucho. En todos se nota un fervor patriótico muy grande y nadie absolutamente, duda de la victoria final.

Martes 13 de Setiembre: a las 14:00 anclamos en uno de los muelles de Puerto Casado. Yo pensaba que inmediatamente me trasladaría al frente de batalla, pero no es así; tengo que esperar todavía un largo día para estar al lado de mis compatriotas que están rindiendo sus vidas por la causa de la patria. Estas veinticuatro horas me están siendo insoportables, no puedo concebir que tenga que estar ausente ni un solo minuto del teatro de la gran prueba.

Miércoles 14 Setiembre: “6to día de combate”. Por fin! A las 14:00 en una autovía de la compañía, me traslado a la Estación 145 en donde llegué a las 18:15 e inmediatamente, en un camión me traslado a Isla Poí donde llegué a las 12:30 del día siguiente. En 145 se embarcaba en un tren para el puerto el My Lairana, tomado prisionero en una de las acciones de los alrededores de Boquerón. Al parecer estaba muy abatido; no es para menos. En Casanillos, Pozo Azul e Isla Poí encontré muchos heridos. Me llamó mucho la atención de que una gran parte de ellos tenían heridas en la mano izquierda (no se trataban de mutilaciones voluntarias). En Isla Poí me quedé a dormir por razones de que recién después de amanecer se podría saber el lugar donde se encontraba el PC/CE a quien debía presentarme.

Cnl Franco en el “Desfile de la Victoria” - jueves 22 de agosto 1935: El Cnl Rafael de la Cruz Franco Ojeda, marcha por las calles de Asunción, encabezando al 2doCE, la población asuncena ovaciona al "León Kare", quien regresa a la capital, tras tres largos años de duros combates en el Chaco, donde el Cnl Franco fue sin dudas, uno de los grandes protagonistas de la gesta de 1932 a 1935 (Fuente: Portal Guaraní)
Jueves 15 de Setiembre: llegué al PC/1erCE a las 09:00 y de inmediatamente se me nombró jefe de informaciones del EM de dicho cuerpo. A pesar de que este destino es muy honroso y de mucha responsabilidad, me habría gustado mucho más estar al frente de un regimiento. Mi temperamento ardoroso e inquieto me resulta positivo para estos puestos que requieren gran serenidad de espíritu. En este sentido manifesté al Cte CE de que en las oportunidades que había actuado de juez en los juegos de “football” no hacía sonar nunca el silbato por la razón de que las incidencias del juego me entusiasmaban mucho y siempre me olvidaba de que actuaba como tal. A las 16:00 horas, una escuadrilla de tres aviones bolivianos bombardeó y ametralló Isla Poí, matando a nueve de nuestros soldados e hiriendo a una veintena. Otro día ya no pasará este desastre pues ya se tomarán las precauciones correspondientes. Al obscurecer las tropas bolivianas de Boquerón intentaron dos salidas; fueron rechazadas enérgicamente.
Hoy me enteré minuciosamente de nuestra situación, desgraciadamente constaté que todas las noticias propaladas en Asunción eran absolutamente inciertas. Boquerón no estaba tomado, al contrario, habíamos sido rechazados enérgicamente y hasta devastadas muchas de nuestras unidades. Felizmente no se convirtió esto en un desastre porque el enemigo no supo aprovechar el éxito. Nuestras tropas pasaban privaciones de toda especie. El agua especialmente era muy escasa y las tropas de primera línea pasaban días sin beber; el servicio sanitario muy deficiente; los heridos, por falta de ambulancias estaban días enteros sin ser evacuados y atendidos. Boquerón no había sido tomado; al contrario, habíamos sido rechazados enérgicamente en todos nuestros intentos de apoderarnos de dicha posición enemiga. Para todo esto contribuía muy sensiblemente la falta de una organización más inteligente, de acuerdo más a la naturaleza de la región en que se opera. Es que estas cosas son cuestión de experiencia y de dirección, y como no existe ni uno ni otro, es natural que se sufra sus consecuencias.

Viernes 16 de Setiembre: se trabaja intensamente en la preparación de un gran ataque al enemigo, mañana. A la tarde se dictó la orden de operaciones correspondiente repartiéndose a sus destinatarios inmediatamente. Hace dos días ya que nuestra artillería está reglando sus tiros. Mañana 24 cañones vomitarán sus fuegos sobre el invasor. Esta mañana hubo reunión de los Comandantes de División y Artillería para recibir las últimas instrucciones sobre el ataque de mañana. A las 10:00 la aviación enemiga bombardeó nuestras posiciones. Las tropas están muy descontentas de nuestra aviación, pues siendo superior al momento de la enemiga, ésta acciona impunemente sobre nosotros. Y como estos “bichos” son muy molestos, todo el mundo desea que nuestra aviación sea mucho más activa y eficaz. A la noche recibimos parte del JEM/1ra DI de que el tiro de nuestra artillería había caído sobre nuestras tropas de primera línea, hiriendo gravemente a los Tte(s) Marcelino Ramírez y Ramón Fernández (los dos se encuentran por morir)
Esta mañana recibimos una comunicación del Ministro de Guerra que dice que los Neutrales habían propuesto la suspensión de las hostilidades por 10 días, al mismo tiempo ordena que se proponga al enemigo asediado la rendición con la condición de que los oficiales conservarán la espada. El Comando resolvió no acatar esta disposición, es decir se hará, dijo, pero después del asalto de mañana si no conseguimos apoderarnos de Boquerón. La hora H estaba fijada, para la artillería a las 04:00 horas y para la infantería las 06:00 pero como el RI ”Boquerón” no puede, durante la noche y las dificultades que presenta el terreno son muchas, no ocupa sus posiciones de apresto, y todo fue postergado hasta las 08:00.

Sábado 17 de Setiembre: a las 04:00 me traslado a mi PC llegando a las 05:00, a esa hora muere el Tte Marcelino Ramírez herido ayer por un tiro de nuestra artillería. A las 06:00 nuestra artillería comienza la preparación. Hasta este momento el fuego es muy intenso. Los diez minutos antes del asalto esto será como un infierno. A las 06:30 un proyectil de nuestra artillería mató a cuatro soldados del Batallón Palacios. Nuestros aviones están volando sobre el campo de batalla arrojando bombas y ametrallando las posiciones contrarias. A las 08:00 cesa el fuego de la artillería e inmediatamente comienza el fuego de la 2da DI que tiene la misión de apoyo con el fuego al asalto de las unidades encargadas de llevar el esfuerzo principal. Es una verdadera clase práctica de dactilografía.
 las 08:15 el Batallón Palacios toma contacto con el enemigo; a las 09:30 el RI Boquerón progresa doscientos metros de su base de partida sin encontrar resistencia; a las 09:40 este regimiento ya estaba a setecientos metros de su base sin encontrar fuerte resistencia y al mismo tiempo comunica que ya se encuentra a caballo sobre el camino Boquerón-Castillo. Una comunicación del Destacamento Palacios dice que progresa paulatinamente pero que todavía no está combatiendo. A las 10:00 el RI Nº 4 comunica que la compañía del Tte Ramírez progresa sobre la “punta brava” hallándose a 50 metros de dicha posición enemiga. El teniente está herido y a esta misma hora el RI Boquerón toma contacto.
 las 10:40 el Batallón Fretes sigue progresando sin encontrar resistencia enemiga, mantiene enlace con el Batallón Palacios. A las 10:45 cesa completamente el fuego y se observan dos aviones enemigos sobrevolando nuestras posiciones lanzando bombas. Nuestra aviación brilla por su ausencia. A las 11:15 comienza nuevamente el combate en el frente del RI4°; siendo las 11:25 el Batallón Palacios informa que el RI Boquerón progresa muy lentamente, duda, al mismo tiempo que haya progresado setecientos metros y a las 11:35 se suspende nuevamente el combate; se oyen tiros aislados de fusiles y algunas ráfagas de ametralladoras. A las 11:45 el Cap Palacios informa que las bajas sufridas por el RI Boquerón fueron ocasionadas por la misma artillería de esa unidad. A las 11:50 el jefe del RI4° informa que la lucha sigue siendo brava y que individuo que asoma la cabeza es inmediatamente puesto de baja. Sigue progresando hacía dicha punta y está a cien metros de ella. A las 12:00 comunican de sanidad que había fallecido el Tte Fernández a consecuencia de las heridas recibidas ayer por una granada de nuestra artillería.
En este mismo momento el RI Boquerón dice que empieza a tomar el contacto con el enemigo. Hace más de tres horas que todas las unidades están comunicando de que tienen contacto con el enemigo, pero este es el momento que en el transcurso del tiempo no se nota ninguna acción, todos se culpan de que no se progresa hasta algunos denuncian de que ciertas unidades, como el Batallón Paredes, se retira del combate sin orden. Tengo la impresión de que las tropas que actúan en primera línea no tienen la dirección decidida y firme de apoderarse de la posición enemiga, en repetidas oportunidades los comandantes de División y Regimiento comparten órdenes en el sentido de asaltar enérgicamente la posición enemiga, pero se cumplen mediocremente estas órdenes, o no se cumplen completamente! parece que se interpreta en una forma incorrecta la parte de la orden de operaciones referente a la prudencia y orden en la progresión. La preparación de artillería de esta mañana resultó absolutamente inútil, porque no se ha conseguido destruir algunas obras de defensa del enemigo, esta será la hora en que estarán como al primer día, por la razón de que la infantería no ha asaltado inmediatamente después de dicha preparación y no pudo ser así en realidad por la razón de que las bases de partida de las unidades de asalto están muy alejadas. Por lo visto nuestra retirada después del primer ataque a las posiciones enemigas de Boquerón fue muy pronunciada.

A las 15:00 el RI Boquerón comunica que habría ya alcanzado el cañadón y es de parecer que no hay tiempo para atacar esta tarde y que la posición debe ser la base de partida para el asalto de mañana y siendo las 15:15, el comandante informa que en circunstancias que asaltaba un nido de ametralladora enemiga, había muerto heroicamente el cadete del 4º curso Oscar Otazú, pide el ascenso póstumo. A las 15:20 el JEM/2da DI comunica que tres pelotones del Cap González Ferreira, hace media hora avanzaron sobre el fortín en vista de que no da señales de vida el enemigo. El Cap Palacios dice que no asaltó la posición enemiga por no hacerlo solo, pero que si ordena el jefe lo haría solo. A las 15:50 el Cte CE dispone por la siguiente orden afectar la Reserva del Cuerpo a la 1raDI, a pedido de esta. “Orden N°58. El comandante del RI2° en cumplimiento de la misión asignada por la Orden de Operaciones Nº3, “se acercará en seguida a ponerse a disposición del comandante de la 1ra División. Fdo. Estigarribia”.

La 2da DI comunica que la compañía González Ferreira regresa a su base por orden superior. La artillería comunica que una explosión prematura había herido a un soldado. A las 16:10 de ayer ocurrió un fuerte contacto en el frente del regimiento Ortiz. ¡Parece que deciden asaltar! Todos los comandantes de unidades, desde hace tiempo, comunican que se hallan a un término medio de treinta metros de las posiciones enemigas, pero no se oye ningún ruido de combate; o no son ciertas estas comunicaciones o no hay nadie en Boquerón. A las 17:10 el comandante del RI6° comunica que las tropas enemigas aparecen en su ala derecha; a las 17:20 el RI Boquerón informa que el enemigo que opera en su ala derecha tiene unos 500 a 1000 hombres. A las 17:30 el comandante del CE ordena que se apresure el ataque a Boquerón para evitar que el enemigo conserve su libertad de acción. El comandante del RI Boquerón dice que su reserva inicia combate con el enemigo que apareció en su ala derecha. Dos batallones enemigos son derrotados dejando materiales de toda especie. No se tiene noticias de uno de los comandantes de Batallón el Cap Báez Allende y de varios cadetes, es posible que hayan caído en poder del enemigo. Momentos después viene llegando a nuestro puesto de combate el comandante de este regimiento My Bray y afirma que la situación es grave pero no desesperante. Tengo la impresión de que viene a este puesto no para consultar sobre la situación, sino para alejarse más del enemigo. Indudablemente esta situación no es comparable a la del 23 de octubre de 1931. El enemigo está armado… A las 17:50 el enemigo intenta dos salidas hacia Castillo pero son rechazados hacia sus posiciones. A las 17:55 se combate fuertemente en todos los frentes. A las 18:15 se suspende la batalla después de haberse efectuado una aproximación lo más pronunciada posible.
Algunas unidades como el Batallón Palacios alcanzaron a estrecharse tanto a las posiciones enemigas que se encuentran a menos de 50 metros. Los resultados alcanzados en el día de hoy obedecen en primer término a que la base de partida estaba alejada, por cuya causa la preparación de artillería e infantería resultó completamente estéril y hoy, recién estamos en una situación en que realmente se puede intentar el asalto general con posibilidad de aprovechar la preparación artillera. Sin embargo, dada la proximidad de ambas líneas ya no es posible que los cañones apoyen el asalto de la infantería. En consecuencia, propuse al Cte CE que todos los cañones sean convertidos en artillería de acompañamiento y que concentrados, juntamente con todas las armas en poder de la infantería, en un sector limitado-frente a la 2da DI; de donde partiría el fuego principal, y previa una intensa preparación, la infantería, dos o tres regimientos en profundidad, asalten la posición boliviana con toda resolución y energía. La defensa al mismo tiempo que una posición así tan fuertemente fortificada y defendida con tantas armas automáticas, era infranqueable con los disparos de fusil y ametralladoras. Me respondió que pensaría al respecto.

Por otro lado, tengo la impresión de que se está temiendo un completo fracaso de la progresión metódica, gradual y las infiltraciones. Se pretende alcanzar las posiciones enemigas con esfuerzos aislados, de débiles unidades. El asalto debe efectuarse con efectivos importantes con la más grande energía y no debe pretenderse que en todas partes el resultado sea igual. Es fatal y natural que muchas unidades sean detenidas en sus propósitos y que fracasen no alcanzando su objetivo, pero algunas alcanzarán el éxito y aferrados a las posiciones conquistadas forman puntos de apoyo importantes que faciliten la progresión de las otras detenidas. Las infiltraciones son el resultado de un gran asalto y no como se está entendiendo, la acción limitada de ciertos elementos contra objetivos también limitados. Todo el mundo se culpa, dicen que no progresan porque sus vecinos no se mueven y como ocurre que cada uno espera que primero actúe su vecino, resulta que nadie hace nada. Todo esto, sin embargo, es providencial porque si ejecuta la orden tal cual se la escribe, posiblemente todos nuestros soldados a esta altura ya estarían dados de baja. Hasta este momento 18:00 horas se puede afirmar que la acción del comandante del Cuerpo es nula. Se ha concretado a dar la directiva para la batalla y durante ella no se ha intervenido en absoluto. Los comandantes de División lo han hecho hasta cierto límite y accionan como pueden, es indispensable que intervenga constantemente y coordine la acción.

Domingo 18 de Setiembre: esta mañana, a las 08:00, llegan tres prisioneros bolivianos capturados ayer después de la acción del RI6°, con la columna enemiga aparecida ayer en el ala derecha de dicho regimiento. Declaran que habían recibido orden de penetrar en Boquerón en dos columnas, una por el camino Boquerón-Castillo y otra por Boquerón-Yujra. Según estos prisioneros consiguieron entrar en el fortín después de haber forzado el cerco, en número de unos 350 hombres. En esta oportunidad fue que derrotaron a dos batallones del RI “Boquerón”. Declararon también que en esta ocasión fueron muertos nuestros cadetes y tres tomados prisioneros, además que los fortines que rodean a Boquerón como Yujra y Castillo, estaban fortificados: por último, dijeron que Boquerón estaba solo defendida por una guarnición de más o menos unas 400 plazas.
En vista de estas noticias y considerando que en la forma como se está procediendo, esta posición enemiga no caería sino por el hambre y la falta de munición y jamás a viva fuerza por las fallas de nuestra conducción, y pensando también que constituía una verdadera vergüenza para nuestro país y ejército que una insignificancia así está manteniendo en jaque a la casi totalidad del Ejército Paraguayo, propuse al Cte/CE sitiar Boquerón con un destacamento y que el resto del Cuerpo continúe sus operaciones sobre el Este. Le manifesté además que cada día que pasa redunda en perjuicio de nuestra causa pues decae la moral de nuestras tropas y, por otro lado, es indiscutible que el enemigo se prepara en gran escala hacia sus bases. Me respondió que era una reflexión muy acertada y que la tendría en cuenta. Durante todo el resto de este día se pasó sin hacer nada, mejor dicho, se continuó con lo que la mayoría entiende por infiltraciones. Pero esto no es extraño, en vez que los comandos trabajan toda la noche en preparación de la acción, durmieron un sueño de los justos hasta las 08:00 horas de hoy suspendiéndose en consecuencia la batalla sin haberse alcanzado los objetivos propuestos. Lo único que se consiguió en los esfuerzos de hoy es aproximarnos a las posiciones enemigas, de tal suerte que recién hoy podemos decir que estamos en condiciones de poder cumplir con las disposiciones de la Orden de Operaciones dictada por el Cte/CE el Viernes, de todos estos fracasos no debe culparse íntegramente al Cdo/CE.

Los comandos de todos los escalones engañan en una forma horrorosa sobre la real situación a la superioridad, y es natural que en estas condiciones las órdenes de operaciones estén basadas en argumentos falsos y su cumplimiento sea irrealizable. El problema del agua es arduo y hasta desesperante. El primer día de la batalla se llegó a abandonar terrenos conquistados a costa de cruentos sacrificios por falta de este elemento y ahora, a pesar de que se ha adelantado bastante en este aspecto del servicio, todavía la tropa sufre terriblemente por la falta de agua. Con mejor organización se podría subsanar por lo menos una parte de este grave inconveniente. Propuse que los regimientos sean dotados de sus auto-tanques correspondientes y que sus comandantes se responsabilicen de este servicio. Se libran verdaderas batallas entre los soldados y hasta oficiales que atropellan los tanques de agua; fueron heridos muchos por los mismos oficiales encargados de la vigilancia de este servicio. Desde mañana, por mis indicaciones, estará mejor organizado el servicio de la provisión de agua y ya no será tan grande este problema. Los comandantes de División a cargo de la conducción de la batalla cuidarán este aspecto del servicio que resulta el mayor de los problemas.
Muchos dicen que la resistencia enemiga es formidable y que no se podrá tomar Boquerón. Es que en realidad hasta el presente no se ha asaltado la posición. Soy de parecer que Boquerón no está en nuestro poder por fallas en la conducción de la batalla. El día que nuestro comandante en jefe desista del propósito suicida de conquistar esta fortaleza con tiros de fusil y se decida a enfilar debidamente nuestra poderosa artillería, Boquerón caerá sin mayores esfuerzos.

Lunes 19 de Setiembre: se confirma la suspensión de la batalla y la acción se concreta en acciones de patrulla y aproximación enemiga. A las 09:00 dos aviones enemigos vuelan sobre nuestras posiciones lanzando bombas y ametrallando los camiones que transitan en nuestra retaguardia. Hay muchos desertores en nuestras filas y la mutilación voluntaria entre nuestros soldados es bastante común y hasta desesperante. Estos delitos castigados con la pena de muerte por nuestro Código Militar son sancionados con mucha flojera. Es indispensable proceder con energía contra estos delincuentes que comprometen en forma seria la causa de la patria y mismo para evitar desagradables consecuencias. Creo firmemente, sin embargo, que nuestros soldados recurren a estos medios no por cobardía sino porque ya no pueden soportar más la sed devoradora y prefieren cualquier otra clase de muerte a la de ese martirio insoportable. Al menos así me han declarado muchos entre sollozos desesperados que me producían grandísima y desgarradora tristeza.



Martes 20 Setiembre: a primera hora de esta mañana tuve una conferencia telefónica con el Cte/CE. Le especifiqué que a medida que transcurre el tiempo consideraba más factible el plan estratégico que le había propuesto anteriormente en el sentido de sitiar Boquerón con un destacamento y continuar la operación con el CE sobre Arce. Ayer en presencia del enemigo efectuaron relevos dos batallones sin que el enemigo de señales de vida, lo que demuestra fehacientemente que dentro de la posición son fuertes pero que por su reducida guarnición no están capacitados para acciones fuera de ella. Me respondió que lo estaba estudiando y que a la aviación ya había impartido instrucciones en el sentido de explorar la región de Arce. Hay que estudiar pronto. Cada día que transcurre favorece al enemigo y resulta en detrimento de nuestros intereses. Informé igualmente al Comando que dado el estado de depresión moral y física de nuestras tropas no podría pensar en realizarse hasta dentro de tres días, por lo menos, ningún esfuerzo importante. De noche se produjo un verdadero desbande de nuestros soldados de las posiciones hacia atrás en busca de agua. Libramos verdadera batalla para conseguir que regresen a sus puestos de combate. Si los bolivianos hubiesen notado este desbande adiós al Chaco paraguayo…Yo me vestí al momento y me alisté para todo evento. Felizmente no se dieron cuenta los bolivianos y tuvimos tiempo de volverlos a sus puestos de combate. En vista del agotamiento físico de nuestras tropas que actúan en primera fila y como por esta razón no es posible, hasta dentro de unos días accionar con esta gente en forma útil, propuse que los sectores de combate sean cubiertos con lo indispensable y que la mayor cantidad posible pase a la retaguardia para reponerse.




Septiembre de 1932 - Fn Boquerón: Oficiales del RI 3º "Corrales" (Fuente: gpo facebook Homenaje a los caídos de los dos ejércitos en la Guerra del Chaco)
El Cdo/CE ordenó inmediatamente esta medida. En medio de estas grandes miserias de la guerra, hay cosas que nos hacen reír de buena gana. Esta tarde, mientras nos ametrallaba una escuadrilla de aviones bolivianos, un Teniente que no puede soportar los ataques aéreos, no el aspecto de desesperación y de terror daba vueltas interminables alrededor de un árbol, inconscientemente, y cuando se percibió el ruido característico de la caída de las bombas, corrió lo más ligero que pudo, mirando a cada paso que daba al avión; recibió diversas contusiones porque como un mboreví llevó por delante todo lo que encontraba a su paso. Como desde luego, es muy simpático, el cuadro causó una hilaridad general. A las 16:00 un fuerte destacamento enemigo ataca nuestro sector de Yujra siendo enérgicamente rechazado. Todavía no vienen detalles de esta acción que duró dos horas más o menos…

Consecuencias: la batalla de Boquerón tuvo una “gran significación” para el Paraguay, entre ellas:
1. la correcta decisión del Comandante en Jefe en Campaña Tcnl Estigarribia “de no esperar a los bolivianos en la ribera del río Paraguay”, el criterio prevaleciente del alto mando nacional y a iniciar lo que sería la guerra de movimientos, con relativamente breves etapas de maniobras de posiciones;

2. la guerra desatada por los bolivianos y contratacada por el Paraguay fue la última “limpia” de la historia, con muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros, pero en la que se cumplió escrupulosamente con el derecho de la guerra, pues ambos enemigos no tuvieron campos de exterminio para los adversarios;

3. la correcta decisión del presidente Ayala al haber designado como Comandante en Jefe del Ejército en Campaña al Tcnl Estigarribia, y de haberlo mantenido en ese puesto estratégico del principio al fin de la guerra, manteniendo ambos una relación de recíproco respeto y de subordinación del mando militar al mando constitucional político-estratégico, que desde la retaguardia abastecía la logística de nuestras fuerzas a la par que sostenía un desigual combate diplomático internacional, con las capacidades unidas de la nación paraguaya;

4. la importancia de la identidad y unión nacional que fue una base inconmovible que permitió multiplicar nuestras fuerzas; y

5. la generalmente correcta aplicación de las leyes y principios de la ciencia y el arte de la guerra en el Ejército Paraguayo, lo que no significa que no hubieran existido errores, si bien que en todos los niveles de su conducción en los campos de batalla predominaron los aciertos y el acendrado y sano patriotismo, el de la Nación paraguaya convertida en un solo puño, con la única excepción de los comunistas surgidos en el Paraguay, quienes jamás superarían, incluso hasta el presente, el estigma de haber sido traidores en los momentos cruciales de la defensa de la Patria. (Fuente: http://jlsimong.blogspot.com)

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(1) Breve crónica de una amistad nacida en el conflico 



Entre tantas historias que dejó la Guerra del Chaco se destaca la de Tomás Manchego y Fernando Velázquez, boliviano y paraguayo respectivamente, quienes tomaron parte de la contienda bélica en Boquerón. Manchego había sido tomado como prisionero por las tropas paraguayas en diciembre de 1928 en el Incidente del Fn Vanguardia. En aquel entonces conoció a Velázquez, quien tuvo la gentileza de brindarle una buena atención durante su tiempo de cautiverio (aproximadamente 8 meses). Ya en la batalla de Boquerón, Velázquez (quien tenía el rango de Tte 1º) cayó herido y debió ser trasladado hasta la sanidad militar del fortín. Manchego, quien también se encontraba allí, logró reconocer a Velázquez luego de varios años sin verse. En ese momento pidió al doctor Torrico, encargado de la sanidad, que le brinde las mejores atenciones ya que él lo había atendido muy bien cuando estaba en condición de prisionero. El Cnl Olmedo recordó que el 21 de septiembre de 1932, Manchego también fue herido durante la contienda a consecuencia de una esquirla de granada, él y Velázquez se reencontraron nuevamente, esta vez en condición de heridos, en la sanidad del fortín. Luego de haber entablado una amistad muy fuerte, ambos le pidieron al doctor que, en caso de terminar falleciendo, puedan enterrarlos juntos. Esa misma tarde murió el Tte 1º Velázquez y dos días después el Cap Manchego. El pedido de ambos se cumplió tal y como lo habían solicitado, siendo colocadas las tumbas una al lado de la otra. Hasta hoy día se conserva la lápida en el Fortín Boquerón con la inscripción: “En esta tumba yacen el Cap Tomás Manchego (Bol) y el Tte 1ro Fernando Velázquez (Par)”









8.11.18

Anexo 6º – La actividad diplomática durante la Guerra del Chaco (1935-1938) - 3ra Parte

La actividad diplomática desde 01 de Enero de 1935 - el Protocolo de Paz del 12 Junio 1935 – hasta el 21 de Enero de 1936 – Repatriación de prisioneros
1935


La Revista Caras y Caretas acercando a las partes para el cese del fuego en el Chaco (Fuente: Wikipedia)
Situación en el frente - Enero 1935: nuevamente se tenía a la vista la cordillera de los chiriguanos, tradicionalmente reivindicada como límite histórico por el Paraguay, juntamente con el río Parapitpí. En Ybybobo las fuerzas bolivianas intentaron detener la ofensiva paraguaya, pero un movimiento envolvente efectuado el 30 de diciembre de 1934 hizo que, después de sangrienta acción, los bolivianos se rindieran. El grueso del ejército mandado por Peñaranda se refugió en Villa Montes, al otro lado del Pilcomayo, en plena montaña, y allí, fuertemente atrincherado, se aprestó a contener la ofensiva paraguaya. Caído Ybybobo, estos ocuparon el camino que une Villa Montes con Santa Cruz, quedando desde ese momento incomunicado Santa Cruz y abiertos los caminos de invasión del territorio boliviano. El 23 de enero de 1935 Carandayty y demás poblaciones civiles situado sobre ese camino cayeron en poder del Paraguay. Poco antes, el 16, fuerzas de avanzada se apoderaron de Santa Fe, sobre el río Parapetí. Prácticamente, al comenzar el año 1935, Bolivia había sido desalojada del Chaco y Paraguay llegaba con su Ejército, después de dos años y medio de campaña, hasta donde sólo Ayolas, Irala y demás conquistadores del siglo XVI habían logrado llegar.

La SdN aplica sanciones al Paraguay: recuperado el Chaco, después de tantos sacrificios, la opinión pública se resistió a que ese territorio se sometiera a un debate arbitral, como preconizaba la SdN. Invitado el Gobierno por el Comité Consecutivo a revisar sus observaciones al plan del 24 de noviembre, el Paraguay se ratificó en todas ellas. El Comité, estimando definitiva la negativa paraguaya, resolvió, el 16 de enero de 1935, aplicar el Artículo 15 y declaró que el Paraguay debía abstenerse de recurrir a la guerra contra Bolivia, por haber este país aceptado las recomendaciones. Tratándose de una guerra hacia tiempo declarada, la disposición no podía ser más curiosa y era de difícil aplicación. El Comité declaró que ya no había razón para la prohibición de suministrar armas a Bolivia. Sorprendida Paraguay por esta injusta decisión, estaba por retirarse de la SdN, cuando la Cancillería argentina, que también quedó sorprendida, pues su delegado en Ginebra Enrique Ruiz Guiñazú tenía instrucciones de no admitir sanciones que no se basaran en la previa determinación del agresor, envió a Luis Podestá Costa en misión confidencial ante el presidente Ayala, para sondear las posibilidades de que el Paraguay aceptase las recomendaciones de la Asamblea.



Reunión de la Comisión de la SdN
La misión de Podestá Costa: el enviado confidencial de la Cancillería argentina obtuvo éxito en Asunción pues el presidente Ayala se manifestó dispuesto a aceptar las recomendaciones convenientemente modificadas y toda vez que el Comité Consultivo revisara su decisión respecto del embargo de armas, y concretó sus observaciones en un plan que entregó el 31 de enero de 1935. La fórmula propuesta corregía las disposiciones referentes a seguridad y contenía un nuevo ordenamiento del procedimiento para llegar a la solución de las diferencias de fondo. La proyectada conferencia de la paz estaría constituida por representantes de Argentina, Brasil, Chile, EEUU, Perú y Uruguay, y ante ella las partes negociarían un arreglo de los límites por acuerdo directo o por arbitraje. Si no hubiera acuerdo arbitral, la Conferencia procedería a fijar la materia específica de la controversia. También se constituirá una conferencia de países vecinos, para estudiar los problemas económicos del Paraguay y Bolivia. En las conferencias entre Ayala y Podestá se estudió también una posibilidad de mediación americana, que sería apoyada por la Cancillería argentina, en caso del fracaso de la SdN. La Argentina puso en conocimiento a la Cancillería chilena las bases paraguayas, y ésta, el 14 de febrero de 1935, resolvió enviar a La Paz, como agente confidencial, a Félix Nieto de Río. La disposición en que éste encontró al canciller boliviano David Alvéstegui no era favorable a la modificación de las recomendaciones del 24 de noviembre. Alvéstegui no quiso admitir el plan tramitado por Podestá Costa en Asunción y que Chile, ahora, prohijaba.

Paraguay se retira de la SdN: el 24 de febrero de 1935 expiraba el plazo que la SdN fijó al Paraguay para la aceptación definitiva de las recomendaciones, hasta ese momento ningún resultado había obtenido la gestión argentino-chilena. Paraguay creyó llegado el momento de adoptar la actitud que correspondía al sentirse víctima de una injusta sanción por lo que el Canciller Riart se dirigió el 23 de febrero al Secretario General de la SdN anunciándole la determinación del Paraguay de retirarse de la misma.

Canciller del Paraguay Dr Luis Riart
El 11 de marzo de 1935 se reunió la Comisión Consultiva, y ante ella, el Secretario General planteó la situación del Chaco mediante una serie de preguntas que reflejaban el espíritu marcadamente hostil de la burocracia de Ginebra respecto al Paraguay. José María Cantilo, que había reemplazado a Ruiz Guiñazú como delegado de la Argentina, declaró que el Artículo 16 del Pacto no admitía la aplicación de sanciones sin la determinación del agresor, y que su país había votado las resoluciones del 16 de enero fue porque “entendió votar tan sólo una advertencia, una medida política, tendiente al fomento de la paz”, y no como medida correctiva, jurídica, derivada del pacto. Y en lo que respecta a la retirada del Paraguay, Cantilo declaró que era un acto de soberanía que debía ser considerado con todo respeto. La conjura de la Secretaria General no tuvo éxito, y cuando días después, el 14, las delegaciones de Argentina y Chile comunicaron que las gestiones que venían efectuando podían alcanzar buenos resultados, el Comité Consultivo resolvió diferir la cuestión del Chaco a la Asamblea, convocada al efecto para el 20 de mayo. Pero desde ese momento la cuestión escapó de la jurisdicción de Ginebra y los trabajos pacificadores quedaron radicados de nuevo en una instancia netamente americana.

Formación de un grupo mediador americano: el 9 de marzo de 1935 el Canciller Cruchaga Tocornal propuso la firma de pactos de honor entre los beligerantes y con los limítrofes, comprometiéndose a cesar la guerra y a no continuarla en lo futuro, con la garantía de los mismos limítrofes. El Paraguay encontró razonable la propuesta, pero expresó que no hallaba conducente anticipar opiniones antes de la constitución de un organismo mediador con un plan definido. El mando boliviano, consultado acerca del plan tramitado por Podestá Costa y Nieto del Río, lo aceptó, y entonces el Canciller Alvéstegui anunció que también lo aceptaría, con algunas modificaciones, y vinculándolo a la aceptación previa de los “pactos de honor” propuestos por Cruchaga. El 15 de marzo el Canciller chileno presentó un plan en que estaban incluidos tanto los pactos de honor como las recomendaciones del 24 de noviembre, con las modificaciones introducidas por Ayala y las que anunciaba Alvéstegui. La simultaneidad de las negociaciones amenazaba producir fricciones entre la Argentina y Chile. Saavedra Lamas no encontraba aceptables los pactos de honor y tampoco veía con buenos ojos que Chile asumiera la dirección de una mediación que había sido incluida conjuntamente.

Canciller de Chile Dr Miguel Cruchaga Tocornal
El presidente Ayala, previendo los inconvenientes que podrían cometer estas desinteligencias, instruyó a la Legación en Bs As que se insistiera en la necesidad de que se constituyese previamente el grupo mediador. “Nos parece más acertado – decía el memorándum del ministro Rivarola – constituir el grupo mediador en Buenos Aires, en la forma sugerida, o sea incluyendo a EEUU y Uruguay”. La indicación paraguaya fue atendida y el 1° de abril de 1935 las Cancillerías de Buenos Aires y Santiago, simultáneamente, invitaron a los Gobiernos del Brasil, EEUU y Perú a cooperar en sus esfuerzos.

Paraguay hace un llamamiento a Bolivia: la constitución del grupo mediador tropezó con un grave e inesperado inconveniente. En la relación de antecedentes, por omisión involuntaria, no se había hecho figurar al Brasil entre los países que integrarían la Conferencia económica sugerida por el presidente Ayala. Tampoco figuraban los EEUU, y en cuanto al Uruguay, no se le señalaba sitio en la misma. Todas estas omisiones motivaron una enérgica reacción del Brasil, protestando contra su exclusión de la proyectada Conferencia, se excusó de participar en las negociaciones para la solución del conflicto del Chaco.
El Gobierno paraguayo sabía que en Bolivia había disposición favorable para la paz y estaba sorprendido por las demoras en la constitución del grupo mediador, lo cual significaba la prolongación innecesaria de la guerra, que, según declaró el presidente Ayala, iba “llegando a su desenlace natural”. El 24 de abril Ayala hizo categóricas declaraciones en un discurso que pronunció en Itá. “Nuestro país – dijo – está pronto para poner fin a la lucha. Un día menos de guerra pagará el esfuerzo que se haga en conseguirlo. Confiamos en que se acordará la formación de un grupo mediador capaz de afrontar el problema en toda su amplitud… Estamos dispuestos a tratar con el Gobierno de Bolivia, aun sin mediadores. No encontrará en nosotros un enemigo implacable”.

Situación en el frente – Marzo/Mayo 1935: al tiempo en que Ayala formulaba este llamamiento, la guerra se desarrollaba en territorio plenamente boliviano. El 5 de abril de 1935 los paraguayos habían logrado vadear el río Parapití, cerca de Amboro, el 6 caía Coperé y el 8 estaban bajo su dominio las dos márgenes de ese río en una extensión de 100 kilómetros. Comenzaba la invasión del territorio de Santa Cruz, hacia cuyo corazón se adentró el Ejército paraguayo dividido en tres columnas. El 16 de abril cayó Charagua, la primera ciudad que sufría los efectos de la guerra y cuyos habitantes, de origen guaraní, recibieron con simpatía al invasor. El mando boliviano, para defender la ofensiva paraguaya que amenazaba los yacimientos petrolíferos de Camiri, realizó una audaz maniobra; descendiendo de las montañas, el 27 de abril, tropas bolivianas rebasaron el ala derecha paraguaya de la línea de Villa Montes, tomando Boyuibé. Desde ese momento el ejército expedicionario a Santa Cruz quedó gravemente amenazado de ser copado, al propio tiempo que los bolivianos, continuaron su avance, recuperaban La Penca, Tarairí hasta llegar a Mandeyupecuá, y ponía el peligro Carandayty. Fue necesario ordenar el repliegue de las fuerzas que operaban en Santa Cruz. El 23 de abril los bolivianos recuperaron Charagua y el 27 la lucha se intensificó en todo el extenso frente desde Villa Montes hasta Ingavi. El 16 de mayo las fuerzas paraguayas repasaron nuevamente el río Parapití y ese mismo día, los paraguayos, después de intensa lucha, volvieron a tomar a Mandeyupecuá, luego batieron a los bolivianos en el Cuervo y reanudaron la ofensiva en dirección al Parapití, obligando a las fuerzas bolivianas a replegarse hasta Huirapitindi, que fue de nuevo tomado el 28 de mayo. Las operaciones quedaron otra vez establecidas, y desde Huirapitindi hasta Palo Marcado, pasando por Mandeyupecuá y Machareti, ambos ejércitos, atrincherados, esperaron los resultados de las negociaciones diplomáticas que habían llegado a su fase final y decisiva.

Los Cancilleres se trasladan a Buenos Aires: no sin esfuerzo se obtuvo el 2 de mayo de 1935 que el gobierno brasileño aceptara las explicaciones que le fueron dadas. EEUU y Perú ya habían admitido su inclusión en el grupo mediador, el cual fue ampliado con el Uruguay y por fin el grupo mediador quedó constituido en Buenos Aires el 11 de mayo, con el Canciller  Saavedra Lamas y los representantes diplomáticos de Chile, Brasil, Perú, Uruguay y EEUU, quienes, colectivamente, se dirigieron ese día a los cancilleres del Paraguay y Bolivia invitándoles a trasladarse a Bs As. El 13 la invitación fue aceptada por el Paraguay, y el 16 por Bolivia, a cuyo canciller, Tomás Manuel Elío, que acababa de reemplazar a Alvéstegui, acompañaría la delegación ya constituida para la Conferencia de la Paz. Esta última determinación mostraba sobradamente el anhelo de paz que animaba a Bolivia. Consultado además, el mando boliviano había manifestado su criterio “de ir a la paz sin vencedores ni vencidos, y a condición de que se salve el decoro del país y del Ejército; que se vaya, en su caso, a una transacción territorial, sin pensar en ir a la confluencia de los dos ríos”.
El 26 de mayo de 1935 arribaron en Bs As los Cancilleres de los dos países beligerantes, también días antes había llegado a esa ciudad, correspondiendo a la vista del presidente Justo, el presidente del Brasil Getulio Vargas, a quien acompañaba el Canciller Juan Carlos Macedo Soares. Tanto el presidente Justo como el presidente Vargas y el canciller Macedo Soares, que quedó incorporado al grupo mediador, participaron activamente en las negociaciones, y en muchos casos decisivamente. La Delegación chilena fue completado con Félix Nieto del Río y la de los EEUU integrada por los embajadores Hugh Gibson y Alexander W. Weddell.
Al iniciar sus actividades el grupo mediador, el Canciller Riart sostuvo que la mediación no debía tener en cuenta ninguna de las gestiones anteriores, y que, por consiguiente, su punto de partida tenía que ser “el examen de la situación general y de las opiniones de las partes expresadas ante la mediación”. El gobierno paraguayo entendió que la intervención de los cancilleres debía estar limitada a las negociaciones para el inmediato cese de las hostilidades con seguridades adecuadas y al procedimiento en general para la conferencia de paz, una vez logrado el fin de las hostilidades con garantías de seguridad, Riart proponía que la mediación se constituyese en Conferencia de la Paz con los siguientes fines: 1° definición de los límites entre el Paraguay y Bolivia, sea por convenio, sea por arbitraje; 2° establecimiento de un régimen de tránsito, de comercio y de navegación que convenga a la posición geográfica de los contendientes; 3° facilidades o concesiones de distinto género destinadas a favorecer el desarrollo de los países beligerantes; 4° responsabilidad de la guerra.




Tapa de la revista CARAS Y CARETAS – Año XXXVIII - Num 1916 -Buenos Aires , 22 de junio de 1935 - El Dr Tomás Elío, ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia y el Dr Luis A. Riart, ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, los "cancilleres representantes de sus respectivos países en las tramitaciones por la paz del Chaco realizadas con éxito en Buenos Aires y en las que han sabido actuar con dignidad y altura"    
La delegación chilena insistió en que se tuvieran en cuenta las anteriores gestiones, pero el canciller brasileño zanjó la cuestión proponiendo en nombre del presidente Vargas una tregua inmediata para entrar a negociar los problemas controvertidos, prescindiendo de lo actuado anteriormente. Aunque esta primera proposición no tuvo éxito, fue la base de otras y de contraproposiciones de las partes, en que pudo verse que eran muchos los puntos de contacto en las posiciones de ambos contendientes en las cuestiones fundamentales. Al fin Bolivia estaba de acuerdo con el Paraguay en que lo primordial era que cesaran las hostilidades, con seguridades suficientes y sobre las bases de las posiciones actuales. El Paraguay, por su parte, estaba de acuerdo con Bolivia en que, simultáneamente con el cese de la lucha, había que estipular las bases de arreglo de las diferencias en cuanto a límites, por acuerdo directo o por arbitraje. Las únicas dificultades eran, por parte del Paraguay, el temor de que las garantías no fueran suficientes y que Bolivia sólo buscara una tregua para rehacerse de sus pérdidas, y por parte de Bolivia, el temor de que el Paraguay, conservando sus posiciones, dilatase la solución final y no se aviniera a someterse al arbitraje. Estas dificultades no parecían insuperables y los mediadores, asistidos por el presidente Justo, que intervenía personalmente cada vez que era necesario, trabajaron con infatigable afán para allanarlas y hacer posible el acuerdo total.

El Canciller Elío adopta una actitud conciliadora: casi todos los puntos de vistas anteriores de Bolivia habían sido abandonados. Las opiniones del mando militar, de acuerdo con la situación de los ejércitos, influyó en esta actitud y a ello contribuyó también la firme decisión del Canciller Elío, quien, apremiado por las intransigencias de algunos de los delegados de su país, particularmente Bautista Saavedra, el 5 de junio de 1935 declaró ante la delegación boliviana: “Si la mediación pacifista fracasa, por nuestras intransigencia o por un mal entendido patriotismo, pues a veces ambos términos se confunden, será muy grave nuestra responsabilidad”. Refiriéndose al expresidente Salamanca y a su desdén por los procedimientos de conciliación, agregó: “Pero la realidad es que el señor Salamanca arruinó al país y lo arruinó por muchos años. He aquí una dolorosa realidad, que, como ejemplo, es bueno recordar. Prácticamente hemos perdido el Chaco” y terminaba “Dejar que continúe la guerra, que ha de mejorar la posición diplomática de Bolivia, es colocar al país en una peligrosa aventura. Tres años de experiencia son suficientes para imponer una política de cordura. No es posible hundir a la nación a base de puras fantasías”


Imágenes de los principales protagonistas de la actividad diplomática que llevó al Protocolo de Paz
Paraguay propone una paz sin vencedores: si el curso de la guerra había aplacado la intransigencia oficial de Bolivia, en el Paraguay, el calor de los éxitos militares, había quienes sostenían que la suerte de las armas daba derecho a imponer las condiciones propias de un vencedor. Ayala no compartió esta opinión porque sabía que Bolivia aún no había sido aplastada. Había perdido el Chaco, pero sus centros poblados se hallaban casi intactos, su extenuación no era sino un poco mayor de la que el Paraguay había producido el inmenso esfuerzo de los tres años de guerra. Ciertamente Bolivia no tenía ninguna probabilidad de reaccionar inmediatamente en el terreno militar, pero el alejamiento de sus bases, la situación económica y el cansancio general, no hubieran permitido al Paraguay multiplicar el esfuerzo en el grado necesario para romper el equilibrio y para llevar la guerra al territorio boliviano hasta imponer la paz anhelada por el patriotismo. El presidente Ayala estaba dispuesto a asumir valientemente la responsabilidad de una paz de iguales.
La proposición formal de paz que el 7 de junio presentó el Canciller Riart al grupo mediador estaba inspirada en este deseo de concertar una paz que Bolivia pudiera firmar sin humillación. Se adoptaban todas aquellas medidas que el Paraguay consideraba indispensables para su seguridad militar y que Bolivia ya había aceptado con anterioridad; y en cuanto al procedimiento para llegar a la solución de las cuestiones de fondo, se establecía que la Conferencia de la Paz debía “promover la definición de los límites entre el Paraguay y Bolivia, por convenio entre las partes, o por celebración entre éstas del compromiso arbitral, con designación de la Corte de Arbitraje de La Haya como árbitro”.

Se llega a un acuerdo el 9 de Junio de 1935: el proyecto Riart fue aceptado por Elío casi íntegramente, sólo ponía objeciones a la falta de precisión en cuanto a la seguridad de la concertación del compromiso arbitral, para el caso de no llegarse al acuerdo directo. El embajador de Perú, Barreda Laos, encontró el día 8 la fórmula que contemporizaba con esa exigencia boliviana. Decía que la Conferencia de la Paz debía “promover la resolución del diferendo territorial o de límites, entre Bolivia y Paraguay, por acuerdo directo entre las partes, siendo entendido que Bolivia y Paraguay, caso de no alcanzar éxito las negociaciones directas, asumen por este convenio la obligación de resolver el diferendo del chaco por medio del arbitraje de derecho, designando desde ahora como árbitro a la Corte Permanente de Justicia Internacional de la Haya. El compromiso arbitral, en todo caso, quedará suscrito en el término máximo de noventa días, prorrogables hasta ciento ochenta, por la Conferencia de Paz de acuerdo con las partes”. Riart aceptó la fórmula de Barrera Laos, menos en lo que se refería al plazo para subscribir el compromiso arbitral, y aquella fue suprimida para ser reemplazada por otra que decía: “La Conferencia de Paz pondrá término a las negociaciones directas cuando en su concepto haya llegado el momento de declarar que mediante ellas no es posible lograr el arreglo definitivo; llegado este paso se pasará a la concertación, por las partes, del compromiso arbitral, no pudiendo la Conferencia de Paz clausurar sus funciones en tanto que ese compromiso arbitral no quede definitivamente concertado”.
En la madrugada del 9 de junio de 1935 Riart y Elío aceptaron esta fórmula, quedando allanado el último obstáculo para llegar a la paz. El texto completo del protocolo fue sometido a los Gobiernos para su aprobación definitiva, pero surgieron algunas dificultades imprevistas. El presidente Tejada Sorzano instruyó el 10 de junio a Elío para que procurara introducir dos modificaciones en el protocolo: una; por la cual la cuestión integral tendría que pasar automáticamente, en un plazo de noventa días, en caso de falta de acuerdo o de no aprobación constitucional del compromiso arbitral, a la jurisdicción arbitral de La Haya, y dos; que el territorio ocupado por las armas no podría ser objeto de “ningún acto de dominio o señorío, quedando sujeto al control de vigilancia de la Comisión militar neutral prevista en el Protocolo hasta el final de la contienda”. A lo cual, Elío insistió en que el Protocolo fuera aprobado en su texto íntegro y amenazó con su renuncia. El 11 de junio el Gobierno de Tejada Sorzano aprobó el Protocolo, y como el presidente Ayala ya había dado a Riart análoga autorización, quedó concertado para el 12 de junio la firma del Convenio.

Firma del Protocolo de Paz (Ver la transcripción al final del anexo): el 12 de junio de 1935, con gran solemnidad y en medio de júbilo de América, se firmó el protocolo por el cual se convenía el cese definitivo de las hostilidades sobre la base de las posiciones actuales de los beligerantes, se adoptaban medidas de seguridad encaminadas a evitar la reanudación de la guerra y se ratificaba el reconocimiento por los beligerantes de la declaración del 3 de agosto de 1932 sobre adquisiciones territoriales.



12 de junio de 1935. Firma del Protocolo de Paz en el Salón Blanco de La Casa Rosada, Argentina. El presidente de la República Argentina, Gral. Agustín P. Justo, tiene a su derecha, al canciller boliviano Tomás Manuel Elio, al canciller brasileño José Carlos de Macedo Soares; a la izquierda, al canciller argentino Carlos Saavedra Lamas y al canciller paraguayo Luis Riart en el momento de su firma
La Conferencia de la Paz debía ser convocada por el presidente de la Argentina, con los fines siguientes: 1° ratificar solemnemente el Convenio; 2° resolver las cuestiones prácticas que surgieran en la ejecución de las medidas de seguridad; 3° promover la resolución de los diferendos entre Paraguay y Bolivia por acuerdo directo entre las partes; siendo entendido que esos países, caso de no alcanzar éxito las negociaciones directas, asumirían la misión de resolver los diferendos del Chaco por medio del arbitraje de derecho, designando desde entonces como árbitro a la Corte Permanente de Justicia Internacional de la Haya. La Conferencia de la Paz pondría término a las negociaciones directas cuando en su concepto hubiese llegado el momento de declarar que mediante ella no era posible lograr el arreglo definitivo; llegado este paso se pasará a la concertación, por las partes, del compromiso arbitral, no pudiendo la Conferencia de la Paz clausurar sus funciones en tanto que ese compromiso arbitral no quedara definitivamente concertado; 4° promover oportunamente el canje y repatriación de prisioneros, de acuerdo con el Derecho de Gentes; 5° establecer un régimen de tránsito, comercio y navegación que contemplare la situación geográfica de las partes; 6° promover facilidades y convenios destinados a impulsar el desarrollo de los países beligerantes.

La Conferencia de la Paz debía constituir una Comisión Internacional que dictaminara acerca de las responsabilidades provenientes de la guerra. Las posiciones de los ejércitos en lucha, sobre cuya base se concertaba el alto en la lucha, debía ser determinadas en el terreno mediante una Comisión militar neutral integrada por representantes de las naciones mediadoras, debiendo las líneas de separación ser mantenidas bajo la garantía de la Conferencia de la Paz, a cuyo efecto la Comisión militar neutral las vigilaría y las controlaría. Las medidas de seguridad adoptadas consistían en; la desmovilización de los ejércitos en un plazo de noventa días, hasta un límite máximo de cinco mil hombres; la obligación de no hacer nuevas adquisiciones de materia bélico, sino para el indispensable para la reposición, hasta la concertación del Tratado de la Paz, y el compromiso de no agresión. Se encargó a la Comisión militar neutral el cuidado de la ejecución de las medidas de seguridad hasta que se hicieran efectivas en su totalidad en cuyo término la Conferencia de la Paz debía declarar terminada la guerra.


Plaza de Mayo-Argentina; la ciudadanía espera la resolución del Protocolo y rompe en vítores al conocer el resultado. La paz vuelve a América.
El 14 de Junio de 1935 cesa el fuego en el Chaco: la última batalla en el Chaco fue en Ingavi, donde se combatió desde el 30 de mayo hasta el 8 de junio, día en que los paraguayos obligaron a los bolivianos a rendir sus armas. La orden de alto el fuego sorprendió a las tropas paraguayas en pleno avance sobre Rabelo. El 14 de junio, a las doce, de acuerdo con el Protocolo firmado dos días antes y estando presente la Comisión militar neutral, que fue constituida con la presidencia del Grl (EA) Martínez Pita, cesó el fuego a todo lo largo del extenso frente. Inmediatamente soldados paraguayos y bolivianos confraternizaron al borde de las trincheras.


Las publicaciones tratan profundamente sobre la gran noticia - Fin de la Guerra.

La Comisión militar neutral cumplió su tarea de fijar mediante hitos las líneas de separación, y promovió dos entrevistas entre los comandantes de los ejércitos del Paraguay y Bolivia, Estigarribia y Peñaranda. La primera se efectuó el 18 de junio en Villa Montes; la segunda, el 24 en Capirenda, Estigarribia dijo en esta ocasión: “Tengo el placer de expresaros que es para mí motivo de honra y sincera satisfacción contar en mi mesa, en estos momentos, con la presencia del Grl Enrique Peñaranda, gran soldado boliviano, conductor capaz del Ejército de su patria, y es más honra esa satisfacción cuando pienso que este acto significa el acercamiento feliz e íntimos a que están llamados nuestros dos países y que debemos tratar, por patriotismo y sentido americanista, sea pronto una verdadera realidad”. Peñaranda contestó: “Nuestros puntos de vistas no son incompatibles con los vuestros. Y estoy seguro de ello, porque hay fundamentales, profundas razones históricas, geográficas y de intereses actuales, dentro de las cuales vuestra patria y la mía pueden hacer obra común en su marcha ilimitada y segura hasta el progreso. Quizás tenemos en nuestras manos, Grl Estigarribia, la clave histórica del futuro de una buena parte de América”.



El Desfile de Victoria se realizará el 22 de Agosto 1935 y participarán 7000 integrantes del Ejército Paraguayo que acaban de regresar del Chaco luego de tres años de guerra y desfilarán por las calles de Asunción de la siguiente manera: en el desfile militar participarán integrantes del Ejército, Aviación, la Artillería, la Sanidad y la Intendencia. También desfilará la Marinería, Comunicaciones y otras unidades menores. El Grl Estigarribia encabezará la marcha montado sobre un caballo, luego le seguirán su ayudante y los jefes y oficiales de su Estado Mayor. A ellos los seguirán el 1erCE comandados por el Cnl Carlos José Fernández. Posteriormente se abrirán paso el 2doCE liderado por el Cnl Rafael Franco y por último el 3erCE comandado por el Cnl Nicolás Delgado. Por parte de la Fuerza Aérea, 12 aviones sobrevolarán el desfile, entre los cuales se encuentran cuatro Potez 25 (tripulados por los capitanes José María Fernández y Carmelo Peralta, y los tenientes Luis Tuya y Homero Duarte) además de dos Fiat C.R.20, y varios aviones de transporte.
Desfile de la Victoria en Asunción: al terminar la desmovilización el Grl Estigarribia hizo su entrada en Asunción, al frente de sus tropas y en medio de júbilo popular. El Congreso acababa de crear para él, el grado de General de Ejército y de otorgarle una pensión vitalicia. El mensaje del presidente Ayala, a quien correspondió la iniciativa, decía: “Designio del proyecto es premiar con una jerarquía excepcional al ilustre jefe militar que ha mandado el Ejército durante la campaña del Chaco. Una democracia se honra al reconocer y consagrar los méritos de los ciudadanos que mueren por el bien de la Patria. No ha de esperar que ello desaparezca ni ha de limitarse el reconocimiento nacional a título honorífico. El Grl Estigarribia, por sus condiciones intelectuales y de carácter, y por su juventud, está llamado a prestar eminentes servicios por mucho tiempo a la Nación. Es nuestro deber independizarle de los cuidados materiales, que hasta hoy ha sacrificado con entero desprendimiento. El general es un prócer paraguayo de la más pura estampa” 


Acto en la Ciudad de Asunción con la presencia del presidente Dr Eusebio Ayala y del Grl José Estigarribia.
Homenaje al Presidente Ayala: el Congreso, valorando lo que la hábil y enérgica conducción nacional en manos del Dr Eusebio Ayala había significado para la defensa del Chaco, le rindió también un homenaje excepcional. Le condecoró con una medalla especialmente creada que le fue entregada en una sesión pública durante la cual el presidente del Congreso, Dr Casal Ribeiro, rindió justicia a los méritos que Ayala había conseguido ante la gratitud nacional. El presidente Ayala expresó que los resultados obtenidos se debían al esfuerzo común, agregando que en la guerra del Chaco se comprobó cual era la capacidad paraguaya, manifestada en la lucha a pesar de los lúgubres vaticinios del pesimismo. “El desaliento – dijo – ha rondado por las esferas en donde se escudriña más el pasado que el alma del presente y en donde la aureola de lo legendario empaña la visión de las nuevas realidades. Hemos esgrimido la Historia para condenar a las generaciones a que pertenecemos; hemos enseñado nuestro pasado como la cumbre de donde fuimos precipitados al abismo de la decadencia. La guerra del Chaco reanudó el curso de nuestra historia y restableció la filiación de los sucesos”

Se reúne la Conferencia de la Paz: para buscar la solución del problema de fronteras entre el Paraguay y Bolivia, inauguró sus deliberaciones en Buenos Aires, el 1° de julio de 1935 la Conferencia de Paz, integrada por representantes de los exbeligerantes y de Argentina, Brasil, Chile, EEUU, Perú y Uruguay, bajo la presidencia del Canciller Dr Carlos Saavedra Lamas. La jefatura de la Delegación paraguaya fue confiada al Dr Gerónimo Zubizarreta y el Dr Elío continuó dirigiendo la de Bolivia.
Mientras la Comisión militar neutral vigilaba sobre el terreno la desmovilización de los ejércitos, la Conferencia se dedicó al estudio de las diversas cuestiones cuya solución debía promover de acuerdo con el Protocolo de Paz, obrando sus miembros neutrales como cuerpo mediador.

El primer acuerdo a que llegó fue el de la constitución de una Comisión internacional que debía dictaminar sobre las responsabilidades de la guerra, pero que nunca tuvo vida por acuerdo tácito de los exbeligerantes. La desmovilización se realizó sin ningún incidente dentro de los noventa días fijados por el Protocolo, Bolivia licenció 54.105 y Paraguay 46.515, hasta quedar reducido ambos ejércitos al máximo estipulado de 5.000 soldados.
Terminada la desmovilización, la Comisión militar neutral regresó a Buenos Aires y la Conferencia de la Paz, después de aprobar sus informes, dictó una resolución declarando terminada la guerra entre el Paraguay y Bolivia.

La Conferencia propone una línea de frontera: sugerida por el presidente de la Comisión militar neutral, Grl (EA) Martínez Pita, la Conferencia de la Paz formuló a las partes, el 15 de octubre de 1935, una proposición de arreglo de la cuestión de fronteras, que consistió en una línea diagonal desde un punto situado entre Bahía Negra y el río Negro y la intersección del paralelo 22 en el río Pilcomayo. La fórmula estaba inspirada por el pensamiento de dividir el Chaco en dos partes más o menos iguales y en conceder a Bolivia una porción, aunque fuera mínima y completamente inutilizable, del litoral del río Paraguay. La Delegación paraguaya rechazó terminantemente el proyecto, por considerar que vulneraba gravemente “sus intereses y derechos fundamentales”. Decía la nota paraguaya: “Las líneas que sugiere son puramente geométricas, vale decir artificiales. Sólo alcanzamos a ver en él un criterio puramente transaccionista, que por resultar en desmedro del ya escaso patrimonio territorial de nuestro país, nos es imposible aceptar”. Y continuaba: “Bolivia apeló a la guerra para apoderarse de ese mismo territorio. El litoral fue el norte de la invasión boliviana y el propósito quedó frustrado por la guerra misma. ¿El Paraguay ha de pagar esa conducta, que le ha costado sangre y dolores, con el premio de una concesión que importaría el sacrificio de una gran parte de su territorio”. La Delegación paraguaya, en contrapropuesta decía; tomar como punto de partida de la solución el reconocimiento de la soberanía paraguaya sobre el polígono determinado por las líneas de las posiciones ocupadas en aquellos momentos, sin perjuicio de someter a arbitraje el resto del territorio occidental. Bolivia tampoco aceptó la fórmula de la Conferencia, haciendo a su turno otra contraposición: sugirió la línea Fuerte Olimpo-Fortín Linares.

Prisioneros bolivianos en algún lugar cercano a Asunción a la espera de repatriación
Repatriación de prisioneros (se amplía en ANEXO 12º – las acciones del CIRC...): fracasada esta primera tentativa de arreglo de la cuestión principal, la Conferencia de la Paz se concentró en la negociación de un acuerdo sobre la devolución recíproca de los prisioneros de guerra. La delegación paraguaya sostuvo que por los usos internacionales no cabía la liberación total de los cautivos sino después del Tratado definitivo de Paz. Bolivia alegó que la declaración de terminación de la guerra equivalía a ese tratado a los efectos de la devolución de los prisioneros. La Conferencia interesada en que se obtuviera la libertad de los cautivos, destacó una delegación especial a Asunción y finalmente el Paraguay, rindiéndose a las razones humanitarias alegadas, aceptó por el acta protocolizada del 21 de enero de 1936 que se procediera a la devolución recíproca de los prisioneros, sin esperar la concertación del tratado definitivo de paz. Por el mismo documento quedaron confirmadas las obligaciones derivadas del Protocolo del 12 de junio relativas a la Conferencia de la Paz; a la cesación definitiva de las hostilidades sobre la base de las posiciones, tal como ellas habían sido determinadas por la Comisión militar neutral; a las medidas de seguridad cuya subsistencia, después de la declaración de terminación de la guerra, era objeto de controversias, y al reconocimiento de la doctrina del 3 de agosto. De este modo se dio carácter de estatuto territorial provisional a la demarcación de las posiciones militares, hecha por el Protocolo del 12 de junio solamente a los efectos del término de las hostilidades. La Conferencia, poco después, entraba en receso, después de constituir una Comisión ejecutiva.
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Protocolo de Paz del 12 de junio de 1935En Buenos Aires, a los doce días del mes de junio del año mil novecientos treinta y cinco, reunidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina los Excelentísimos señores, doctor Tomás M. Elío, Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia y doctor Luis A. Riart, Ministro de Relaciones de la República del Paraguay, con asistencia de los miembros que forman la Comisión de Mediación constituida para promover la solución del conflicto existente entre la República de Bolivia y la República del Paraguay, a saber: Excmo. Doctor don Carlos Saavedra Lamas, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina Excmo. Señor doctor José Carlos de Macedo Soarez, Ministro de Relaciones Exteriores de la República de los Estados Unidos del Brasil y Excmo. Señor doctor José Bonifacio de Andrada e Silva, Embajador de los Estados Unidos del Brasil; Excmo. Señor doctor Luis Alberto Cariola, Embajador de la república de Chile y Excmo. Señor doctor Félix Nieto del Río, Delegado Plenipotenciario de la República de Chile; Excmo. Señor Alexander Wilbourne Weddell, Embajador de los Estados Unidos de América y Excmo. Señor Hugo Gibson, Embajador Especial Plenipotenciario de los Estados Unidos de América; Excmo. Señor doctor Felipe Barreda Laos, Embajador de la República del Perú y Excmo. Señor doctor Eugenio Martínez Thedy, Embajador de la República Oriental del Uruguay.
Exhibidos que fueron los plenos poderes de los excelentísimos señores Ministros de Relaciones exteriores de la República de Bolivia y de la República del Paraguay, y encontrados en buena y debida forma resolvieron, bajo los auspicios de la expresada Comisión de Mediación, concertar “ad referéndum” de sus respectivos Gobiernos las siguientes bases:
I. Solicitar del Grupo Mediador se sirva rogar al Excmo Señor Presidente de la Nación Argentina que convoque, inmediatamente, la Conferencia de Paz, con los fines consiguientes:
1. Ratificar solemnemente el presente Convenio.
2. Resolver las cuestiones prácticas que surjan en la ejecución de las medidas de seguridad adoptadas para la cesación de las hostilidades.
3. Promover la resolución de los diferendos entre Bolivia y Paraguay por acuerdo directo entre las partes, siendo entendido que Bolivia y Paraguay, caso de no alcanzar buen éxito las negociaciones directas, asumen por este Convenio la obligación de resolver los diferendos del Chaco por medio del arbitraje, designado desde ahora como árbitro a la Corte Permanente de Justicia Internacional de La Haya.
4. La conferencia de Paz pondrá término a las negociaciones directas, cuando en su concepto haya llegado el momento de declarar que mediante ellas no es posible lograr el arreglo definitivo; llegado este caso se pasará a la concertación, por las partes, del compromiso arbitral, no pudiendo en Conferencia de Paz clausurar sus funciones en tanto que ese compromiso arbitral no quede definitivamente concertado.
5. Promover, cuando lo considere oportuno, el acuerdo entre partes con relación al canje y repatriación de prisioneros teniendo presente los usos y principios del derecho internacional.
6. Establecimiento de un régimen de tránsito, comercio y navegación, que contemple la posición geográfica de las partes.
7. Promover facilidades y convenios, de distinto género, destinado a impulsar el desarrollo de los países beligerantes.
8. La Conferencia de Paz constituirá una comisión internacional que dictaminará acerca de las responsabilidades de todo orden y clase provenientes de la guerra; si las conclusiones de dicho dictamen no son aceptadas por alguna de las partes, resolverá en definitiva la Corte Permanente de Justicia Internacional de La Haya. Los Gobiernos de la República de Bolivia y de la República del Paraguay se comprometen a obtener, en el término de diez días de la fecha de firmado este Convenio, su aprobación legislativa.

II. La cesación definitiva de las hostilidades sobre la base de las posiciones actuales de los ejércitos beligerantes. Las posiciones de los ejércitos en lucha se determinan en la siguiente forma:
a) Acuérdase una tregua de doce días con el objeto de que una comisión militar neutral, formada por representantes de las naciones mediadoras, fije líneas intermedias de las posiciones de los ejércitos beligerantes. La tregua comenzará a horas veinticuatro, meridiano de Córdoba, del día en que la Comisión Militar Neutral, traslada ya al teatro de operaciones, se considere lista para iniciar su misión. La Comisión Militar Neutral oirá a los comandos beligerantes para determinar la línea de separación de los ejércitos, y resolverá los casos de discrepancias. Cumplido su cometido comunicará a la Conferencia de Paz.
b) Vencido el plazo de la tregua establecido por el inciso a) la Conferencia de Paz lo prolongará hasta la ejecución total de las medidas de seguridad previstas en el artículo III.
c) La Comisión Militar Neutral, dispondrá las modificaciones que aconseje la experiencia en la línea de separación de los ejércitos, después de oír a los comandos beligerantes.
d) Las líneas de separación de los ejércitos, durante la tregua y su prórroga, serán mantenidas bajo las garantías de la Conferencia de Paz, a cuyo objeto la Comisión Militar Neutral las vigilará y controlará.



III. La adopción de las siguientes medidas de seguridad:
1. La desmovilización de los ejércitos beligerantes en el plazo de noventa días, a partir de la fecha de la fijación de la línea de separación de los ejércitos a que se refiere el artículo II, en la forma que establezca la Comisión Militar Neutral, después de oír a los comandos beligerantes, y hasta el límite fijado en el inciso siguiente.
2. La reducción de los efectivos militares a la cifra máxima de cinco mil hombres.
3. La obligación de no hacer nuevas adquisiciones de material bélico, sino el indispensable para la reposición, hasta la concertación del Tratado de Paz.
4. Las partes, al suscribir ante los mediadores el presente Convenio, contraen el compromiso de “no agresión”. La Comisión Militar Neutral tendrá a su cargo el Control de la ejecución de las medidas de seguridad hasta que se hagan efectivas en su totalidad. Cumplidas que sean éstas, la Conferencia de Paz declarará terminada la guerra. Indicada que sea sobre el campo de operaciones la ejecución de las anteriores seguridades y garantías militares, las cuales deberán quedar totalmente ejecutadas en el plazo máximo de noventa días ininterrumpidos, se iniciará también, al mismo tiempo, el estudio de los diferendos, y la Conferencia de Paz ejercerá las funciones especiales en el artículo I.

IV. Queda reconocida por los beligerantes la declaración del tres de agosto de mil novecientos treinta y dos sobre adquisiciones territoriales.

V. En homenaje a los sentimientos de humanidad de los beligerantes y mediadores, quedan suspendidos los fuegos a partir del día catorce de junio a las doce horas (Meridiano de Córdoba) En virtud de lo cual suscriben de común acuerdo, conjuntamente los representantes de los Estados Mediadores, y en doble ejemplar, el presente Protocolo, que sellan y firman en la fecha y lugar arriba indicados: Tomás Ml. Elío - Luis A. Riart - Carlos Saavedra Lamas – José Carlos de Macedo Soarez - José Bonifacio de Andrada e Silva - Luis Alberto Cariola - F. Nieto del Río - Alexander Wilbourne W.- Hugh Gibson - Felipe Barreda Laos - Eugenio Martínez Thedy.

Protocolo Adicional - A objeto de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo V, y del Protocolo firmado en esta fecha, las Altas Partes Contratantes solicitan de la Comisión de Mediación el envío inmediato de la Comisión Militar Neutral al frente de operaciones.
Una vez allí, reglará el cese del fuego previsto en el citado artículo V y comenzará el trabajo de fijación de la línea de separación de los ejercicios, estipulado en el artículo II, inciso a), del Protocolo Principal. Ratificado que sea el Protocolo Principal por los Congresos de Bolivia y del Paraguay, en el término de diez días establecido para el efecto, el cese provisorio del fuego, a que se refiere el presente Protocolo Adicional, se convertirá automáticamente en la tregua inicial prevista para la cesación definitiva de las hostilidades en el artículo II, inciso a), del Protocolo principal; y, en caso contrario, esto es, de no producirse dicha ratificación fenecerá ipso-facto la suspensión de los fuegos a que se refiere el artículo V antes mencionado.
En fe de lo cual suscriben el presente Protocolo Adicional en doble ejemplar, en Buenos Aires, a doce de junio de mil novecientos treinta y cinco. Tomás M. Elío - Luis A Riart - Carlos Saavedra Lamas – José Carlos de Macedo Soarez - Luis Alberto Cariola - F. Nieto del Río - Alexander Wilbourne W.- Hugh Gibson - Felipe Barreda Laos - Eugenio Martínez Thedy.

Fuentes: “La Paz del Chaco”. Ministerio de Defensa de Bolivia. Memorias Históricas. Publicaciones Oficiales. La Paz. 2012 - Memoria de la Casa de la Libertad. Sucre. Bolivia. 1956. Biblioteca del Senado de la República de Bolivia. La Paz. 1988
Masamaclay. Historia Polìtica, Militar y Diplomática de la guerra del Chaco”. Roberto Querejazú Calvo. La Paz. Bolivia 1975

Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay - Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina. 
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Continúa en el; Anexo 6 - 4ta Parte - La actividad diplomática en la Guerra del Chaco (1932/1935) - Desde Febrero de 1936 a la Rúbrica del Tratado el 09 Julio 1938 – Tratado de Paz del 21 de Julio de 1938 – Abril de 2009; Memoria final de demarcación de límites