2.11.12

Anexo 2º - Detalles de la Batalla de Boquerón- 1ra Parte

Boquerón
- Tuvo una gran significación para ambos ejércitos, en especial para Paraguay debido al triunfo alcanzado el 29 de septiembre de 1932 y que puso a todo el pueblo paraguayo en apoyo incondicional con sus fuerzas armadas y el objetivo nacional de reconquistar el Chaco.

- En cuanto a Bolivia, el ejército escribió una de las páginas más brillante de su historia dando muestras de un heroísmo admirable y, a pesar del revés sufrido, el pueblo admiró y apoyó a sus fuerzas en el conflicto chaqueño.

* Ambos países pensaron que este episodio definiría el carácter de la guerra e influiría sobre la moral nacional.

Boquerón: situación geográfica (Fuente: portalguarani.com)
Antecedentes
Julio de 1932
- El 5 de julio la delegación paraguaya se retiró de la conferencia en Washington debido al "incalificable" ataque boliviano al fortín “Carlos Antonio López” en Pitiantuta. Este ataque se realizó el 15 de junio mientras, a pedido de Bolivia, se estaban realizando conversaciones para firmar un pacto de no agresión en el Chaco y un mes después del ataque, el 15 de julio, las fuerzas paraguayas desalojaron a los bolivianos del fortín Carlos A. López.

En represalia el presidente Salamanca ordenó la captura de tres fortines paraguayos: Corrales, Toledo y Boquerón. El Cnl Enrique Peñaranda ocupó el 27 de julio el fn Corrales, el día 28 el fn Toledo, y el día 31 el Tcnl Luis Emilio Aguirre ocupó el fn Boquerón. Todas estas operaciones militares se hicieron ante fuerzas paraguayas escasas que se retiraron sin ofrecer resistencia salvo en la emboscada planeada mucho antes por el Tte paraguayo Heriberto Florentín en Boquerón y que fue ejecutada por el Tte Eulalio Facetti que le costó la vida al Tcnl Aguirre y a varios oficiales y soldados que fueron acribillados mientras estaban izando la bandera boliviana en el centro del fortín creyendo que los paraguayos se habían retirado del lugar: “Nadie se preocupaba por explorar o reconocer los alrededores fuera de la patrulla [boliviana] que siguió a los que huían hacia Isla-Poí [...] una multitud abirragada se había congregado en la placita, atronando con sus cantos, vítores y hurras [...] Mientras tanto de nuestro lado la expectativa era enorme [...] Cada soldado, cada tirador, embelezado y perplejo ante semejante cuadro no atinaba a fijar la puntería sobre un blanco determinado [...] Un trío de jefes a caballo apareció del lado de Yujra y su presencia fue saludada con grandes ovaciones. Entonces di la señal [...] Todas las ametralladoras y todos los fusiles abrieron fuego simultáneamente [...]La sorpresa fue total sembrando la muerte y el pánico" del Tte  Facetti.
 
La versión boliviana de este suceso al final del capítulo, "...o volvemos héroes o quedamos en los fortines" Tcnl Luis Emilio Aguirre

Casas en Boquerón (Fuente: portalguarani.com)

Agosto de 1932
- El 3 de agosto se produjo una declaración continental por la cual las naciones americanas comunicaron a Bolivia y Paraguay que no reconocerían en el Chaco ninguna posesión territorial que no fuera obtenida por medios pacíficos. Esta declaración se dirigía esencialmente a Bolivia en la creencia de que esta pulverizaría fácilmente a Paraguay, pero pese a esta advertencia, el día 7 fuerzas bolivianas ocuparon el fortín paraguayo Carayá bautizándolo Huijay, como parte del plan del Grl Quintanilla Comandante del 1er CE, de avanzar hacia Isla Poí - Villa Militar, que era la base de operaciones del ejército paraguayo.

Previendo el fracaso de las negociaciones diplomáticas entre Bolivia y Paraguay debido a la dura posición del gobierno de Salamanca de no devolver los tres fortines capturados, el comando boliviano ordenò mejorar las defensas de Boquerón; de inmediato se procede a la construcción de "chapapas" (trincheras cubiertas al nivel del suelo), nidos de ametralladoras camuflados y en todo el sector de pajonales y montes se abrieron campos de tiro para facilitar el fuego medido y calibrado y al mismo efecto se quemaron los pastizales alrededor del fortín, el emplazamiento de puntos defensivos y medidas de seguridad, sin descuidar los ejercicios militares. Las obras realizadas por este personal son admirables: el cavado de zanjas, revestimiento y reforzamiento de las posiciones y parapetos; el emplazamiento de las pocas piezas de artillería, de forma que estén sincronizadas para batir el avance del enemigo y plataformas en altura con nido de ametralladoras que dominaban ventajosamente el campo. Los trabajos de preparación para la contienda incluían la apertura de avenidas anchas y fortificadas a los lados; una vez que fueran descubiertas e invadidas por el enemigo, recibían fuego de ametralladora, que barría con el avance sobre el fortìn. Todo esto entre otros obstáculos dispuestos para frenar el avance tumultuoso paraguayo, que no ponía fin a sus ansias de asaltar e invadir Boquerón.

Sin conocer la masiva y veloz movilización del ejército paraguayo, el Comandante del EB Grl Osorio, comunicó a su vez al Grl Quintanilla, que tenía "datos fidedignos [de] que la mentalidad del comando paraguayo es aniquilarnos a fuerza de frecuentes emboscadas, pequeñas y grandes”. El 17 de agosto, en el mismo momento en que Osorio advertía a Quintanilla “Asegure defensa de Boquerón que probablemente mañana será atacado por Huijay e Isla Poí […]”, fuerzas paraguayas recuperaron preventivamente el Fn Huijay, defendido por el My Raimundo Cárdenas quien en dudosa actitud abandonó a su tropa y se refugió en Boquerón siendo recriminado por el Tcnl Marzana a cargo de ese fortín. En su cifrado Nº 1925, el Grl Quintanilla, en represalia por la pérdida de Huijay, solicitó a Osorio el permiso para ocupar el fn Nanawa con los regimientos "Ayacucho", "Azurduy" y dos compañías del batallón Lairana del RI 14 (pertenecientes a la 7ma DI) y, una vez que llegara el RI 15, preparar un ataque hacia Isla Poí. Esta solicitud lo hizo agregando que se vería obligado a pedir su reemplazo si el EMG no aprobaba el pedido que él proponía; "Así Quintanilla, el General de las Represalias, movido un tanto por la orden presidencial y más por sus ansias locas por popularizarse [...] obteniendo triunfos baratos sobre el Paraguay, indirectamente cooperó [...] para precipitar al inerme pueblo boliviano a la vorágine del Chaco" (del Tcnl Tabera). El Grl Osorio le respondió que había causado "malísima impresión" al presidente Salamanca la facilidad con que los paraguayos retomaron el Fn Huijay y que este no autorizaba el ataque a Nanawa por razones diplomáticas.

- El 22 de agosto, Osorio firmó la orden de "no abandonar Boquerón de ninguna manera prefiriendo morir en su defensa antes que dar parte de retirada" y se justificó aludiendo dos razones;
* 1º quebrar la moral del enemigo, 
* 2º desmentir la propaganda paraguaya sobre la incapacidad del ejército boliviano.

- El 23 de agosto, debido al fracaso en la utilización de camiones para trasladar fuerzas desde Villa Montes hacia el SE chaqueño, en una reunión, Salamanca acordó con Osorio que estos marcharían a pie en secciones de 200 soldados cada dos días previéndose en el trayecto las etapas de alimentación y descanso necesarias.
A fines de agosto, el gobierno boliviano intentó justificar la no devolución de los fortines capturados y de paso amedrentar al Paraguay diciendo que si devolvía los fortines "se producirían trastornos en su política interna y derrocado el [actual] Gobierno sería sustituido por otro más intransigente y guerrerista"

Preliminares de la batalla

01 de septiembre de 1932, en el Fortín Boquerón, las tropas bolivianas han organizado sus defensas en los 360º (Fuente: Atlas Histórico Militar de la Guerra del Chaco 1932/1935)

Septiembre de 1932
- El día 3, el Grl Quintanilla recibió una importante información de su amigo personal Jorge Alemán de visita en el fn Muñoz. Alemán era un comerciante argentino que desde Formosa (Argentina) proveía de alimentos, combustibles y repuestos de camiones a la 4ta DIB con asiento en el fn Arce: "[Alemán le advirtió que] Paraguay tenía fuertes concentraciones de tropas desde Casado a Isla Poí y que en próximos días desencadenaría su ofensiva sobre Boquerón con 6000 hombres [...]". La respuesta de Quintanilla no fue alertar al Grl Osorio en La Paz sino negar rotundamente esa posibilidad en función de sus propias limitaciones: "¡Ni nosotros podemos poner en el Chaco 5000 hombres y el Paraguay va a atacarnos con 6000 [sólo en Boquerón], usted trata de desmoralizarnos!" le respondió Quintanilla. El EB contaba con la 4ta y 7ma DI con un total de 4000 hombres conformaban el 1er CE al mando del Grl Quintanilla dispersas en una amplia zona que cubría los fortines Muñoz, Saavedra, Toledo, Arce, Castillo, Yujra, Lara, Ramírez y Boquerón. En días posteriores ambos ejércitos recibieron nuevos refuerzos.

Para fijar la situación de los contendientes y apreciar en su verdadero sentido las características de la primera batalla con que se inició la guerra, es necesario consignar previamente los efectivos con que ambos mandos se empeñaron en esta acción: el 1er CE paraguayo disponía de 9.500 hombres, 24 cañones 10.5 y 7.5, 15 morteros, 250 ametralladoras pesadas y livianas. El orden de batalla del CE el día del ataque a Boquerón era el siguiente: en línea de contacto con este, la 1ra DI al mando del My Carlos Fernández, compuesta de los siguientes regimientos: RI Nº2 “Ytororó” y RI Nº4 “Curupaytí”, RC Nº2 y Grupo de Artillería Nº 2 con 4.500 hombres. En el sector de Isla Poí-Campo Esperanza, la 2da DI al mando del Tcnl Luis Ayala con 5000 hombres, compuesta de los RI Nº1 y RI Nº3 y Grupo de Artillería Nº1. RC Nº3 Fn “Cnl Martínez”; RC Nº1 en Rojas Silva con un total de 800 plazas. El 1º de setiembre el My Juan Manuel Garay había entregado en Casanillo al Tcnl Estigarribia la orden del presidente Ayala de retomar Boquerón con el objeto de demostrar a los países neutrales que el Paraguay poseía capacidad militar, según rezaba el documento y con este en la mano, Estigarribia tomó de inmediato las disposiciones para la ofensiva contra el Fn Boquerón.

Septiembre de 1932,  en el Puesto Comando, el Comandante del EP en campaña Tcnl Estigarribia y su JEM el Mayor Manuel Garay, antes del inicio de las operaciones contra el Fortín Boquerón (Fuente: portalguarani.com)

Martes 6 de Septiembre de 1932: En Isla Poí, el Tcnl José Félix Estigarribia imparte su Orden General de Operaciones N°1, que dice textualmente:

"1° Cuerpo de Ejército, Estado Mayor, 1° Sección, N° 1"
"P.C. Setiembre 6 de 1932, 14 horas."
"Orden General de Operaciones N° 1 (1° Parte)"
"1- SITUACION GENERAL: Tropas enemigas desprendidas de BOQUERON se acercan a nuestra posición adelantada en POZO VALENCIA, probablemente para atacar y apoderarse de ella
"2- El Cuerpo de Ejército marchará mañana 7 de Setiembre, a las cuatro (4) horas, para reforzar las tropas de ocupación de POZO VALENCIA e impedir que el enemigo se apodere de dicho puesto. "El Cuerpo de Ejército marchará en dos escalones: "Primer Escalón: 1° División de Infantería y Regimiento Corrales de Infanteria N° 3". "Segundo Escalón: 2° División de Infantería (menos el Regimiento Corrales), con el Regimiento Valois Rivarola de Caballería N° 1.
3- Ejecución del movimiento: Itinerario N° 1: camino antiguo de VILLA MILITAR a BOQUERON. Itinerario N° 2: Recta de VILLA MILITAR a BOQUERON.
"Durante los descansos, tanto de día como de noche, las tropas dejarán libres los caminos de marcha a fin de permitir la circulación de los vehículos de abastecimiento."
4- Seguridad: A cargo de la División del primer escalón."


El día 7, el Tcnl Estigarribia, inició la marcha de aproximación desde Isla Poí con un contingente de 5000 combatientes cuyo primer objetivo era recuperar el Fn Boquerón. La aviación boliviana atacó a estas fuerzas que avanzaban hacia éste y asimismo, el Tcnl Manuel Marzana recibió la orden terminante de: "El destacamento tiene la misión de defender sus posiciones sin abandonarlas bajo ningún pretexto", esta, que respondía a razones políticas, selló la suerte militar de Marzana y sus fuerzas.
El dìa 8 por la noche, el Tcnl Marzana escribió en su diario: “se escuchan nuevos disparos en dicho puesto (se refiere a uno de los mas avanzados) y como el fuego se intensifica, se ordena el repliegue de la gente y que las secciones ocupen sus posiciones de apronte en espera de órdenes para romper el fuego. (...) el santo y seña para esta noche: Oruro-Potosí”.

La Batalla
Dìa 9 de septiembre: A las 05:30 de la mañana, la artillería paraguaya abrió fuego sobre el fn Boquerón provocando las primeras bajas bolivianas y a las 07:00 comenzó el ataque paraguayo al fortín con la 1ra DI y encabezado por el RI 4 "Curupayty" (desalojado de Boquerón el 31 de julio y que pidió el honor de atacar primero) con la misión de atacar por el camino viejo; al RI 2“Ytororó” se le asignó la misión de atacar por el camino principal; el RC 2 “Toledo” como reserva divisionaria. A los 100 metros de distancia el fuego sistemático y preciso de las ametralladoras y fusilería boliviana detuvo el ataque, en el que cayeron muchos jinetes con sus cabalgaduras y decenas de muertos quedaron en el campo de nadie, los artilleros del fortín sorprendieron por la espalda a fuerzas paraguayas que atacaron desde el SO, justo entre su posición y las trincheras del reducto, causando también numerosas bajas. Reiniciado el fuego de artillería, los paraguayos lanzaron un nuevo asalto y nuevamente el ataque frontal fue rechazado con gran cantidad de bajas para los atacantes. El RI 4 “Curupaytí” mantuvo inquieto al enemigo en sus posiciones con repetidos y tenaces asaltos durante toda la noche. En el enfrentamiento de ese día se pudo apreciar la utilización de todas las armas incluyendo a la aviación que trabó combate con tres aparatos enemigos, saliendo heridos pero airosos los pilotos.

En el fortín una veintena de efectivos bolivianos resultaron víctimas de la artillería, pero el ataque frontal paraguayo fracasó por la inexperiencia en este tipo de ataque a lo que se sumó la desorganizada provisión de agua que debía traerse de Isla Poí (40 kilometros de distancia) y que no alcanzaba para satisfacer la sed de tantos soldados (se había provisto a cada soldado un litro de agua y una lata de carne conservada) obligando a muchos de ellos a abandonar las líneas para proveerse de ese vital elemento, por igual razón las fuerzas de caballería tuvieron que desprenderse de los caballos. La lucha continúa ardorosa todo el día, como así también ardía las entrañas del combatiente por falta de agua y alimentos que estaban absolutamente convencidos de que bastaría un día de combate para desalojar al enemigo, ya que para la noche se arremolinaban desesperados en los bosques con signos evidentes de agotamiento.


El EB había preparado cuidadosamente la defensa del fortín, el Tcnl Marzana tenía a sus órdenes en el reducto a 28 jefes y oficiales y 683 de tropa provistos de 15 ametralladoras pesadas y 7 viejas, 2 piezas de artillería y 2 cañones antiaéreos, sin embargo, ni el Tcnl Marzana en Boquerón, ni el Cnl Francisco Peña en Arce ni el Grl Quintanilla en Muñoz se dieron cuenta de que estaban enfrentando a una parte importante del ejército paraguayo cuyo objetivo no era sólo la recuperación del fortín sino la destrucción de todo el 1er CEB. Un mes y medio atrás se habían capturado tres fortines defendidos por muy pocos paraguayos y era difícil suponer que ahora vinieran por miles para retomar el fn Boquerón. Los servicios de inteligencia y el EM boliviano desconocían que el Paraguay había completado su movilización general en tiempo récord iniciando una ofensiva militar en una escala sin precedente en el Chaco. Esa noche Marzana envió el siguiente parte a su jefe, el Cnl Peña: "Después de 15 horas de reñida y heroica resistencia, rechazamos enérgicamente a las fuerzas paraguayas que se retiran precipitada y desordenadamente, dejando numerosas bajas...". Parte de Marzana a Peña (El historiador boliviano Ayala Moreira consideró que este equivocado parte de Marzana, que tanto Peña como el Tcnl David Toro reenviaron apresurada y directamente al presidente Salamanca, pasando por sobre Quintanilla, desfiguró la realidad sobre el valor y cantidad de enemigos al que había que enfrentar). Ante esto Quintanilla no se quedó atrás e informó lo siguiente: "[…] nuestras tropas enérgicamente han rechazado a las fuerzas paraguayas […] evaluadas en dos mil hombres […]. Ante nuestra fuerte y enérgica persecución, ellos se retiraron precipitada y desordenadamente […]. Esta derrota paraguaya puede ser considerada a justo título como el desastre más resonado del ejército paraguayo”. Grl Quintanilla Comandante del 1er CE, pero fue algo más lejos al decir a la prensa el "suicidio” del Tcnl Estigarribia, no tenía en ese momento ninguna certeza sobre el contenido de este mensaje que envió al EMG de La Paz.

La directiva del Tcnl Estigarribia fue rodear Boquerón por la izquierda y presionar sobre el enemigo hasta posesionarse de su zona de seguridad. No se disponía de mapas auténticos del fortín, sino de un croquis trazado de memoria por el antiguo Comandante del fortín el Tte Heriberto Florentín. El RC “Toledo” logró interceptar el camino de Yujra, pero tuvo que regresar en busca de agua, uno de los problemas que aparecieron desde el primer día de combate, como se señaló más arriba, y en consecuencia, el comando paraguayo debió descartar por impracticable la tentativa de tomar en un solo día de ataque el Fn Boquerón, pasando a sitiarlo para poder derrotarlo

Boquerón: posiciones defensivas bolivianas. Nótese el fuerte parapeto de la posición con ramas de espinas cuyo efecto es similar a las alambradas con puntas. El asalto de la infantería se dificulta tremendamente en lo físico y también en lo psicológico (Fuente: Memorias de la Guerra del Chaco grupo facebook)

Dia 10: Desde las posiciones ocupadas el día anterior y con mucho más cuidado, el EP atacó el fortín empleando cañones, morteros y armas automáticas, en los alrededores, desde los bordes de los montes e islas, comenzó a controlar los caminos que iban al fortín. El comando paraguayo tuvo especial interés en controlar la entrada al gran cañadón que se abre a 3km de Yujra ocupando los bordes e islas en el lado S, fue cortada la línea telefónica de 8km que unía esta con Boquerón. Marzana movió los cañones dentro del reducto ante la posibilitad de que fueran copados.

El My Lairana, con la 1ª y 2ª compañías del 1er batallòn/RI 14, salió hacia Boquerón con la orden de "limpiar el camino desde Boquerón hacia Isla Poí", se asumía así que los paraguayos habían huido de ese sector según el equivocado informe de Marzana y porque habían llegado a Yujra, sin problemas, dos camiones provenientes de Boquerón con heridos.

Emboscada a la patrulla del Mayor Lairana (Fuente: portalguarani.com)

El Cnl Peña desconocía que él mismo corría peligro en su puesto de mando en Yujra por la presencia de patrullas enemigas en los alrededores, pese a tener un vehículo adelantado como punta de la patrulla al mando del Tte Luis Hugo Rada. La columna Lairana cayó en una emboscada sobre el camino Yujra-Boquerón en la que murieron la mitad de sus soldados y el My y algunos de sus hombres cayeron prisioneros.
A las 12:00 horas, la 3ª compañía del 1er batallòn/RI 14 al mando del Tte Rosendo Villa, se lanzó al ataque desaprensivamente contra fuerzas superiores y fue aniquilada: "una fracción del 14 de Infantería intenta romper el cerco enemigo, pero los camiones son descubiertos y los paraguayos causan muchas bajas. En una acción heroica el Tte Rosendo Villa a bayoneta calada se lanza contra un nido de ametralladoras paraguayas y salva la vida de los pocos bolivianos sobrevivientes al ataque. Lo misterioso hasta el día de hoy es que jamás se encontró el cuerpo de Villa, ni siquiera por los paraguayos. Desde entonces se conoce a Rosendo Villa como el "teniente fantasma" y a su destacamento como "la brigada fantasma" integrada por los tenientes Teleche, Rosendo Villa, Hugo Rada y los subtenientes Hernán Salazar y Melquiades Cossío.
 
Tte Rosendo Villa "el teniente fantasma" (Fuente: Historias de Bolivia)
La desorganización paraguaya, motivada en algunos casos por la falta de agua, provocó claros en el cerco, así, al anochecer, la 4ª compañía del 1er batallón/RI 14 al mando del Cap Tomás Manchego, logró ingresar a Boquerón sin problemas desde el Fn “Ramírez” con alimentos, municiones y dos ametralladoras Vickers, que fueron ubicadas en la denominada "Punta Brava", sector potencialmente vulnerable del fortín. A las 22:00 horas, el My Montalvo, con parte del 2do batallón del RI 14, más los sobrevivientes de la unidad del My Lairana y fracciones del RC Nº6, avanzó por el sur preparándose para ingresar al fortín al amanecer del día siguiente. A la noche, un mensajero del Tcnl Marzana se infiltró entre las fuerzas paraguayas llevando un comunicado para el Cnl Peña donde le exponía la situación de los defensores ante el continuo bombardeo y pidió ayuda desde el exterior


El Tcnl Estigarribia reajustó sus planes, pues informes de prisioneros bolivianos indicaron que el EB cuenta en ese momento con 6000 combatientes y 600 oficiales aunque en Boquerón sólo están rodeados 619 hombres: su comandante, un mayor, 4 capitanes, 7 tenientes, 14 subtenientes, 2 médicos, un enfermero, un chofer y soldados. La nueva táctica consistió en plantear un sitio formal con hostigamiento de morteros y ametralladoras en tanto que las acciones principales se trasladaron más allá del fortín. Pero el principal enemigo que seguía enfrentando el EP no eran los bolivianos sino la aridez de toda la zona lindante a Boquerón lo que obligaba a la provisión de agua desde Isla-Poí, sin contar con la suficiente cantidad de camiones: "Empezó la movilización de cuanto carromato mecánico había en la República disponible para el frente. Todos recordamos que no alcanzó a 70 el número de camiones que con nombres jocosos o pintorescos los encontramos destrozados o exhaustos, en los campos de Yucra-Arce-Alihuatá-Platanillos" del Cap Nav José Bozzano.

Este mismo día fue movilizado el Cnl Rafael Franco desde su retiro de Paraguarí, pues estaba separado del Ejército desde abril de 1931, por sus inquietudes ante la indefensión del país frente a la sistemática penetración de tropas bolivianas en el Chaco paraguayo (Todo fue como consecuencia de una sublevación del Ejército en el que todos estaban conjurados para derrotar de una buena vez a los gobernantes ineptos, corruptos, de turno y de época. Esa conspiración fue desbaratada por la felonía de los jefes Bray, Villasboa y Aponte, quienes se encargaron de denunciar al Ministerio de Guerra lo que se estaba gestando). Franco fue embarcado en una de las cañoneras con rumbo a Puerto Casado y el día 15 ya se hallaba en el Comando del 1er CE incorporado como Jefe de Informaciones en la línea adelantada de combate de Boquerón. Fue interiorizado de la falta de progresión del CE, encomendándosele la misión de verificar sobre la línea de combate los problemas existentes que impedían la progresión de las tropas paraguayas para la retoma del fortín. Dependería de este informe para sostenerlos unos días más, o en consecuencia, ordenar la retirada a Isla Poí, inserta en una orden secreta del Presidente de la República. Franco se constituyó en primera línea, con un batallón a su cargo, no tardando mucho en descubrir que los motivos estaban más a la vista y que se trataba del problema logístico. La provisión correcta de agua y víveres para 10.000 hombres sedientos y exhaustos que luchaban por la supervivencia y regresó a la Isla Poí con el informe para el Comando. 


Día 11: Al amanecer, el My Montalvo ingresó a Boquerón combatiendo contra las fuerzas que cercaban el fortín. La falta de agua afectó a ambos bandos, especialmente a las fuerzas paraguayas. Desde el inicio del ataque paraguayo, el Cnl Peña había ordenado al Cnl Peñaranda, ubicado en el sector de los fortines Corrales y Toledo que se moviera con su destacamento hacia Arce-Yujra-Boquerón (Este destacamento estaba compuesto por un batallón del RI 5"Campero" al mando del My Jordán (el resto de este regimiento ya se encontraba en Boquerón con su comandante el Tcnl Marzana) y el RI 4"Loa" (250 hombres) al mando del Tcnl Walter Méndez (alias el "tigre rubio") al que se le unió un escuadrón (100 hombres) del RC 6 “Castrillo" que en el curso de la noche del día 11 llegó a Yujra después de tres días de agotadora marcha. Este escuadrón del RC 6 (regimiento que estaba al mando del My Óscar Moscoso) había viajado 40 días desde su cuartel en Cochabamba conducido por el Tte Germán Busch, dejando sus caballos extenuados en Muñoz); estas fuerzas reforzaron las defensas de Yucra y el camino hacia Boquerón en donde repelieron diversos ataques de los regimientos paraguayos "Curupayty" y "Corrales".

Desde Yujra, por un camino diferente, partió rumbo a Boquerón el Cap Víctor Ustárez con 58 hombres del "Loa" como vanguardia del destacamento Peñaranda. A las 21:00horas, esa fuerza, por su pequeño tamaño, ingresó al fortín sin ser detectada, no ocurriendo lo mismo con el resto del destacamento Peñaranda que fue detenido por los regimientos "Corrales" e "Ytororó" a mitad de camino. Desde el Fn Arce, el impaciente Cnl Peña le ordenó a Peñaranda: “Extráñame mucho que su destacamento no se encuentre ya en Boquerón. Lo responsabilizaré por incumplimiento de mi orden...Llene usted su misión arrollando todo obstáculo que encuentre a su paso”. El cerco paraguayo sobre los alrededores del fortín y los caminos de acceso no era total, pero fue mejorando paulatinamente en detrimento de las fuerzas que querían ingresar o salir de Boquerón.


Día 12: El plan de Estigarribia fue tardíamente descubierto por Marzana, quien ordenó consecuentemente el ahorro de municiones, comida y agua; "Vista del exterior, la situación de los defensores del fortín Boquerón a los ojos del profano podría parecer haber sido contenida después de tres jornadas de ataques violentos [...]. Pero la realidad era muy diferente [...] Enseguida Marzana se había dado cuenta de que la táctica realizada por Estigarribia lo llevaría en un término más o menos corto a tener que contar sólo con él mismo. Marzana decidió enviar una patrulla de reconocimiento para saber qué ocurría fuera de Boquerón y a las 10:00hs salió el Cap Ustárez acompañado del Subte Julio Murillo y 50 hombres para tomar contacto con Yujra, el fortín más cercano. Ustáriz, el oficial con más experiencia y conocimiento del monte chaqueño, cayó en una emboscada a escasos 1500 metros de Boquerón siendo ametrallado por fuerzas del cabo 1º Patricio Colman del RI Nº 3  "Corrales" al ser detectado detrás de un árbol cuando dirigía a sus soldados con un silbato, la pérdida del "Charata" Ustariz se sintió en el fortín porque era un querido y admirado oficial por toda la tropa.

Capitán Ustariz Ance, el "Charata".
La muerte del Capitán Víctor Ustariz Ance a manos del Cbo 1º Patricio Colman del RI Nº3 "...minutos después de la reconquista del montículo por la compañía del Tte Otaño, avanzaban del lado de “Boquerón” tropas bolivianas desplegadas a caballo sobre el camino “Yucra” con pretensiones de seguir progresando hacia dicho fortín. Nuestras tropas del RI Nº3 instaladas próximas al camino que dichas fracciones enemigas debían seguir, les dejaron pasar hasta una distancia de 100 metros para iniciar los disparos de sus armas automáticas, las cuales una vez en acción, causaron considerables bajas a sus efectivos. En aquel instante el cabo 1° Patricio Colman de la 9° Compañía de fusileros comandada por el Tte1° de Infantería Octavio Barrios Díaz, observó que detrás de un árbol permanecía parado, al parecer, un oficial o sargento, ordenando a las tropas en combate por medio de un silbato y contra aquel hombre el cabo 1º Colman concentró los disparos por ráfagas de su fusil ametrallador del grupo de combate.
Los sobrevivientes bolivianos después del suceso quemaron el pajonal y a través de la cortina de humo huyeron, dejando abandonados armas, muertos y heridos. El hecho ocurrió a no más de 1500 metros de “Boquerón” sobre el camino a “Yucra”, frente al subsector ocasional del “Corrales”. Antes de verificarse los muertos, el cabo 1º Colman dirigiéndose a su Comandante de Compañía Tte1º Barrios Díaz y con un brazo levantado en la dirección del lugar del reciente combate, donde estaba ardiendo el pastizal, le dijo: “Detrás de aquel árbol me pareció haber matado o herido a un Oficial. Yo dirigí los disparos del fusil ametrallador de mi grupo contra él y lo vi caer”.
Un profesional y mismo un lego en la materia que lea con atención, pondría en duda mi afirmación, porque en verdad sería difícil precisar en el combate, proyectil de qué fusil ametrallador y disparado por quién habría matado a un determinado enemigo, a no mediar cierto antecedente que referiré de inmediato. Para constatar dicho informe, el mismo cabo 1º Colman fue enviado al lugar del suceso. Allí encontró el cadáver de un oficial boliviano con el uniforme chamuscado. A su regreso el cabo entregó a su comandante de compañía ciertos documentos con la billetera semiquemada que perteneciera al Oficial muerto y que revisada se constató que contenía documentos y fotografías del famoso capitán boliviano Victor Ustárez. Al mayor Torreani Viera entregó un revólver calibre 38 con el mango quemado, al Tte Manuel Montero una brújula y al sargento Justo Garay las botas. El cabo 1º Patricio Colman, el héroe de episodio, se quedó con algunos pesos bolivianos" (Fuente: De Rafael Mariotti, Facebook Memorias de la Guerra del Chaco - Del libro Batalla del Carmen – Sucesos Inéditos (1976) del My (SR) Dionisio Balbuena Rojas)


El fuego de hostigamiento, especialmente de morteros (que Marzana creyó que eran cañones de largo alcance), continuó incesantemente y en este día se registraron una decena de bajas y un sorpresivo ataque de sondeo paraguayo realizado al anochecer terminó siendo desbaratado. Con unidades que van completando su marcha de aproximación, el EP reforzó sus líneas de ataque alrededor de Boquerón y de emboscadas en toda la zona circundante. Las fuerzas bolivianas al mando de Peñaranda, atrincheradas delante de Yujra, atacaron hacia Boquerón sin poder romper el cerco enemigo pero siguieron aumentando con la llegada del resto del RC 6 (365 soldados).

La aviación boliviana bombardeó a las fuerzas enemigas en el camino que viene de Isla Poí con escasa eficacia debido a que lo hizo a nivel de vuelo y desde gran altura, mientras en Muñoz, al cuarto día de combate, el Grl Quintanilla siguió sin tener una idea clara sobre la cantidad e intenciones de las fuerzas enemigas. Los partes de la aviación boliviana aumentaron su confusión: “Impresión aviación es que enemigo retírase habiendo dejado solo fracciones destinadas proteger retirada y evitar salida nuestras tropas. Urge destacamento Peñaranda ataque vigorosamente esas fracciones para despejar definitivamente [...] todos puntos resistencia enemiga para después efectuar persecución limitada dirección Isla Poí”. Mensaje del Grl Quintanilla al Cnl Peña. Por consiguiente, tropas recién llegadas de los regimientos RI Nº16 y RI Nº14, fueron enviadas apresuradampente en columnas motorizadas para "perseguir al enemigo" y cayeron nuevamente en emboscadas sobre el camino Yujra-Boquerón. El My Julio Viera que vino desde Muñoz con su destacamento, recibió municiones, ración seca y te en Arce “sin bajar de los camiones”, luego salió para Yujra y el frente. En pocas horas perdió más del 50% de sus fuerzas y se retiró grávemente herido rumbo a Yujra. Quintanilla advirtió a Peña que esas fuerzas debían rodear y no atacar frontalmente a las "escasas" fuerzas enemigas: “Conviene ordenar que fuerzas Yujra rodeen posiciones enemigas con débil ataque frontal. No se explica [como las] fuertes fuerzas [ de] Yujra háganse amarrar y realicen sólo ataques frontales contra posiciones preparadas, incurriendo [en] grave falta conducción, ayudando [así] al fácil cumplimiento misión [de las] fuerzas enemigas. Si logra rodearse posición enemiga [que tiene] escasas fuerzas [que] la defienden [...]". Mensaje de Quintanilla a Peña.

Bloqueo al Destacamento Peñaranda (Fuente: Portal Guaraní)

Dia 13 y 14: El presidente Salamanca amonestó al Grl Osorio por seguir utilizando camiones para desplazar tropas desde Villa Montes al frente sabiendo las comprobadas deficiencias de ese medio y no cumplir con lo acordado en el mes de agosto. Desde Yujra, a las 06:00 de la mañana, Peñaranda, con efectivos del "Campero" y "Loa", efectuó un nuevo y fuerte ataque pero fue rechazado desde la denominada "Isla del Diablo". Mientras tanto, Boquerón amaneció tranquilo. El movimiento del ejército paraguayo se observó en la polvareda provocada por decenas de camiones que proveen municiones, víveres y sobre todo agua. El ataque de todos los días se realizó por la tarde, con los mismos resultados anteriores: los paraguayos, pese a sus denodados esfuerzos, fueron violentamente rechazados, pero en esta acción falleció el Tte boliviano Juan de Dios Guzmán Montalvo.

A la noche, Marzana escribió en su diario de campaña: “La artillería enemiga concentra su fuego sobre nosotros. Nuestros tres cañones contestan de tarde en tarde para no agotar demasiado rápido su escasa munición. La infantería paraguaya hace esfuerzos sobrehumanos para ganar nuestras trincheras [...]. Se han agotado los medicamentos. El ánimo levantado de jefes, oficiales y tropa se mantiene inalterable. Parece que actuáramos en una maniobra y ninguna calamidad nos arredra". Sin embargo, estratégicamente, a partir del día 14, al reducirse dramáticamente el abastecimiento de comida, medicina y municiones que provienen del exterior, el destacamento Marzana ya no tuvo otro destino que rendirse en un plazo relativamente corto, dada la imposibilidad de salir de Boquerón ante un enemigo superior que consolidaba día a día el cerco y el control cada vez mayor de las zonas aledañas y que lo podía aniquilar fácilmente ni bien saliera de la protección de las trincheras y tuviera que recorrer varios kilómetros en una zona infestada de enemigos.

Este miércoles 14, como era de prever, se generaliza en el sector paraguayo el tormento de la sed, los soldados de las distintas unidades, aprovechando la oscuridad de la noche, comienzan a remolinear en los bosques para luego ir marchando dos o tres kilómetros sobre la ruta principal a Isla Poí, donde asaltan los escasos camiones que transportan agua al frente; organizándose con ese motivo descomunales desórdenes y grescas con los encargados de la custodia. Existe exasperación de la tropa en la medida que muchos de ellos logran agua a punta de fusiles en apresto de hacer fuego, otros más impacientes perforan a balazos los tanques perdiéndose de esta forma lamentablemente el preciado elemento. 


Días 15 y 16: Tratando de burlar el asedio salió de Boquerón el Subte Francisco Lazcano Antezana, que al ser descubierto por el enemigo recibió varias heridas que provocaron su muerte, por su parte, el Sargento Deheza, a la cabeza de 16 hombres, logró ingresar a Boquerón desde el fortín “Castillo”. El Cnl Peñaranda, en su quinto día de ataque, reforzado con una parte del "Campero" y una compañía del RI Nº7, apoyados por una pieza de artillería Schneider MPC2 y una pequeña tanqueta Carden-Loyd, insistió en romper por el sector Yujra, y nuevamente fue rechazado por un enemigo superior y bien posicionado.

Los aviones bolivianos arrojaron cinco bultos conteniendo víveres y municiones, de los cuales, una parte cayó en el fortín y la otra en las filas enemigas. Muy poco de este socorro pudo aprovecharse, ya que al tirarlos desde muy alto por temor al fuego antiaéreo enemigo, el fuerte impacto los destruyó en un elevado porcentaje. Fue herido el Cap John Kenneth Lockhart, ingeniero estadounidense, conductor de la tanqueta Carden-Loyd, estas resultaron de poca utilidad en el denso y caluroso monte chaqueño, al igual que los más pesados tanques Vickers tipo Mk.E (A o B). El EM boliviano invirtió muchas libras esterlinas en la compra pese a la oposición de sus propios asesores militares enviados a Inglaterra y que no fueron tenidas en cuenta.

También el día 15 de septiembre de 1932, soldados del sector vecino encuentran al Tte  Femando Velásquez, que se debate entre estertores de muerte, un proyectil se le ha incrustado en la cabeza, a la altura de la sien derecha, está delirando y tiene la herida totalmente infectada. Al enjugarle el rostro, el paraguayo nos extiende una mano, da a entender que quiere obsequiarnos su anillo a condición de conservarle la vida pero como es natural no aceptamos el regalo. En esto asoma  el Cap Manchego y exclama: “Conozco a este “pila”, es un buen hombre, me tuvo prisionero en Media Luna el año 28, después del ataque a Vanguardia” y toma su pañuelo y amarra la cabeza al herido, Velásquez repite los nombres de su esposa y de su hija. Encontramos en medio de su pecho unas fotografías y una pequeña Virgen envuelta en un pedazo de tul, probablemente del que vistiera su novia el día de sus nupcias. Este hombre, de casi dos metros de estatura, nos consterna. Cada vez que podemos le visitamos en el “buraco” que le han adaptado los camilleros, al mozo se le va apagando la vida, pero su agonía se prolonga. Sus ojos azules, fijos en los rayos de luz que dejan pasar los troncos mal unidos del techo que le cobija, parecen escrutar el misterio de su destino



El día 16, a las 09:35 el Cnl Peña le informó al Grl Quintanilla que Boquerón no tenía munición ni víveres y más tarde, Quintanilla le transmitió al Grl Osorio en La Paz que la situación era grave por la creciente presión enemiga sobre Yujra, a lo cual Osorio le contestó: "Queda usted en libertad de resistir o retirarse". Sin embargo, horas después Osorio preguntó: "Por su cifrado 140 hago deducción que tropa Boquerón encuéntrase completamente sitiada. Quiero saber qué medidas ha tomado para romper [el cerco]" confundiendo de esta manera al Grl Quintanilla.

El mismo 16 llega el RI 6 “Boquerón”, flamante unidad organizada sobre la base de jefes, oficiales y cadetes de la Escuela Militar bajo el comando del My Bray, director de la Institución con acompañamiento de artillería y un escuadrón de caballería con un total de 1600 hombres y era considerada la mejor unidad del ejèrcito. 

16 de septiembre de 1932 - 16:45 horas, el Comandante del Fortín ha hecho llegar a todos los sectores la presente orden: Para su lectura a la tropa en todos los Puestos de Combate: “Jefes, oficiales y soldados de Boquerón: El dedo de la fortuna nos ha señalado el insigne honor de representar en esta Batalla al pueblo de Bolivia, a sus instituciones y a la salvaguardia de su honra nacional. No debemos discriminar sobre las desventajosas condiciones en que luchamos. Nuestro deber es llegar al convencimiento de que el enemigo podrá pasar después sobre nuestros cadáveres, con el respeto que infunde la memoria de los soldados que supieron caer como leales defensores de su bandera”. “No tengo motivos para recomendar a mis oficiales y soldados, el cumplimiento de sus obligaciones en sus puestos de combate, porque han dado pruebas de no precisarlo; pero debo anotarles la gravedad que entrañaría el gasto insulso de munición.

Cada tirador debe vigilar su propio empleo de fuego, ya que no tenemos esperanzas de ser reaprovisionados. El arma blanca será nuestro único y último recurso cuando se agote la dotación insignificante que aún nos queda; hay que aniquilar hombre por hombre al atacante. Las ametralladoras y la fusilería deben apuntar exactamente al cuerpo del adversario.

Cualquier descuido puede ocasionar la sorpresa, que dé lugar al enemigo para romper nuestro encuadramiento de defensa. Cualquier punto que sea fracturado de él, significará el derrumbe de nuestras aspiraciones y de la expectativa que en nosotros cifran todos los bolivianos, cuya integridad y suerte para el futuro, nos han confiado”. “Hasta este momento, le tenemos paralizado en su avance al enemigo, impotente ante nuestra decisión de servir a la Patria; pero también debemos vencer al sueño, a la fatiga y a todas las privaciones que las circunstancias obligan. Un día podremos lucir con orgullo el galardón que nosotros mismos nos hemos impuesto en este memorable campo del Honor, paradigma que recordarán nuestros sucesores. Soldados de Boquerón: obedeced rigurosamente las órdenes de vuestros denodados oficiales, cuidad de sus vidas como algo necesario a vosotros mismos; y si caen, reemplazadles en el puesto del sacrificio. Jefes, oficiales y soldados de Boquerón: “¡SUBORDINACIÓN Y CONSTANCIA!”. Leída la anterior orden a mis soldados, éstos se ponen de pie, y tocados en lo más íntimo de su ser, por el efluvio de su probado patriotismo, y pese al agotamiento físico, llenan el aíre con un furente: ¡VIVA BOLIVIA! (Fuente: Diario de Campaña del My Alberto Taborga Terrazas)


Día 17: A las 04:00horas, los paraguayos reiniciaron sus ataques sobre Boquerón disparando con 8 cañones de 105mm, 14 de 75mm y 20 morteros sin causar daños decisivos  A continuaciòn se iniciò el ataque del RI 6 “Boqueròn” que, apremiado por el Comando del 1er CE entró en acción sin haber tenido tiempo de orientarse en un terreno boscoso totalmente desconocido, sin haber recibido objetivos definidos y sin saber siquiera hacia donde quedaba el fortín. En esas condiciones, las acciones sacrificadas del regimiento no podían rendir sus frutos, sumándose a lo dicho, que estando en plena marcha de aproximación (durante la cual se dictaron las òrdenes de ataque) el 2do y 3er batallòn, al oscurecer de ese día, en la dirección del camino Ramírez-Boquerón fueron sorprendidos por la espalda con un fortísimo ataque enemigo proveniente del Destacamento Peñaranda, que intentaba ingresar al reducto y que estaba atrincherado delante de Yujra, tenía adelantada su ala izquierda hasta 2km de Boquerón. Desde allí, sin conocer el avance enemigo, el Batallón Montalvo (2do batallòn/RI-14) y el escuadrón Eduardo del RC 6, avanzaron nuevamente con el objetivo de ingresar municiones y víveres en el fortín y estas fuerzas, en su cautelosa progresión, se encontraron sorpresivamente con las espaldas de los batallones 2do y 3er/RI 6 "Boquerón" en plena maniobra de ataque con frente invertido hacia el fortín.

Estos batallones no habían asegurado suficientemente la retaguardia, convencidos de lo que les habían informado que otras unidades amigas ya cubrían la retaguardia en la dirección de Ramírez y que solamente debían de preocuparse del enemigo de su frente ¡Dicha información resultó ser falsa!!. El 1er batallón, en cambio, hizo una correcta marcha de aproximación y toma de contacto en pleno bosque, se detuvo al salir a los campos de tiro de las posiciones enemigas como consecuencia de lo que ocurrió en su ala derecha de los batallones 2do y 3er, con los cuales se perdieron los enlaces y que a la vez, la acciòn del enemigo los desorientò completamente y como consecuencia, el ataque del Regimiento no produjo el resultado que se esperaba.Ese día 17 murieron heroicamente, entre otros, los cadetes del 4º Curso Oscar Otazú del 1er Batallón, Pastor Pando del 2do Batallón y cayó prisionero el cadete Rogelio Fiore, asimismo, se tuvo que lamentar las bajas de los Tenientes Marcelino Ramírez y Eugenio Ramón Fernández, Comandantes de Pelotones del RI 1“2 de Mayo”, pero esta vez por la propia artillería paraguaya.

Por el claro abierto, el batallón Montalvo y el escuadrón Eduardo avanzaron en dos columnas hasta el borde de Boquerón y se desplegaron en líneas paralelas para tratar de mantener abierta la brecha, pero sólo ingresaron al fortín los Tenientes Banegas y Montes con sus secciones. El RI "Ytororó", que se encontraba de reserva, inició un rápido contraataque para cerrar esta imprevista brecha, y el combate duró todo el día, logrando los paraguayos aislar a las fuerzas de Montalvo y Eduardo de su retaguardia que estaba a cargo del Cnl Walter “Tigre Rubio” Méndez. Tanto Montalvo como Eduardo, viendo que su posición era peligrosa, ingresaron en Boquerón, sin embargo, como en el fortín había una acuciante escasez de víveres y solo podían permanecer las fuerzas indispensables para la defensa, tuvieron que salir combatiendo contra el RC "Mongelós" sufriendo considerables bajas y heridos.

Por el lado paraguayo, lo sucedido en el frente de batalla debido a tremendos errores de conducciòn fueron observados con creciente preocupaciòn a lo que se agrega que, en la retaguardia existían algunos que emplean el agua de la “única laguna” de Isla Poí en reconfortantes baños, mientras las tropas se baten como leones bajo los rayos de un sol abrasador, en estado de insolación, agotados físicamente, mugrientos, labios resecos y ojos saltados por la sed agobiadora. En la retaguardia, los cortesanos de la metrópoli del Ejército dilapidan el vital líquido, en vez de usarlo en el lavado de heridas, en la salvación de los insolados, o en la refrigeración de las armas automáticas.

Por el lado boliviano, el Grl Quintanilla le anticipó al Cnl Peña que el RI 15, que había salido 30 días antes, había llegado a Ballivian y que por fracciones se dirigía hacia Arce. Ese mismo dìa, el presidente Salamanca envió su tercer oficio al Grl Osorio para que acelere el traslado de tropas y deje de usar los camiones para tal fin, constituyendo una clara intervenciòn improcedente en los planes operativos del ejèrcito en campaña. Posteriormente Osorio y Quintanilla utilizarán esta demora como justificación de los resultados obtenidos en Boquerón y alrededores. 

Ese enemigo tan terrible que convierte en infierno verde al Chaco ¡¡ La sed!!  (Fuente: Portal Guaraní)
Días 18 y 19: Hasta ese momento, los regimientos bolivianos que intentaron romper el cerco desde afuera fueron los siguientes: RI 4 con 200 soldados; RI 5 con 300 soldados; RC 6 con 220 soldados; RC 5 "Lanza" con 110 soldados; RI 7 "Azurduy" con 80 soldados; RI 16 con 500 soldados; Grupo de Artillería “Calero” con 40 soldados; Grupo de Artillería de acompañamiento con 60 soldados, el envío de esta escasa fuerza de 2400 hombres por parte del Grl Quintanilla se debió a dos razones: a) el Tcnl Estigarribia ordenó a las fuerzas estacionadas en Nanawa (al sur) que realicen ataques demostrativos para fijar ahí la mayor cantidad de tropas bolivianas; b) el Grl Quintanilla siguió sin darse cuenta del tamaño de las fuerzas atacantes.
Salieron de Boquerón rumbo al Fn Castillo, distante 11km, el Subte Grossberger y el cadete Luis Estenssoro Machicado al mando de una fracción de 45 hombres del RC "Lanza", y a pocos kilómetros del fortín cayeron en una emboscada del RI 2 "Ytororó", Estenssoro, al verse muy mal herido, se suicidó. Nuevamente las fuerzas bolivianas que lograron burlar el cerco propiamente dicho chocaron con fuerzas aún superiores emboscadas cada vez más lejos del fortín Boquerón. Esta salida fue parte de un plan del Grl Quintanilla para sacar a las fuerzas del Tcnl Marzana en la noche del día 19 por el camino Boquerón-Ramírez, supuestamente el sector más débil del dispositivo paraguayo. Este plan no pudo realizarse por una orden del Grl Osorio de permanecer en Boquerón, justificando esta medida que "Evacuar Boquerón, en la actualidad, sería nuestro desastre definitivo ya que no podríamos sostenernos en otro punto", a lo que el My Moscoso criticò: “Justamente el menos adecuado para detener al enemigo era Boquerón, donde estábamos obligados, no a defendernos solamente sino a atacar desventajosamente para alimentar a los sitiados”. El día 19 el Cnl Peña transmitió al Grl Quintanilla que sus últimas reservas, y sólo parcialmente, eran la batería Moreno y el RI 15, pero esta unidad sólo había llegado desde Ballivián, tras dos días de desplazamiento, la 5ª Compañía con la mitad de los soldados sin caramañolas, además, desde varios días atrás, el abastecimiento de agua a las fuerzas ubicadas en los fortines Castillo, Yujra y Ramírez se estaba haciendo desde el fortín Arce. Por otra parte Peña presumía que el enemigo estaba relevando parcialmente sus fuerzas para hacerlas descansar además de seguir sumando nuevos efectivos llegados desde Asunción e informó a sus superiores: "la captura de los últimos prisioneros nos demuestra que no están muriendo de hambre y sed los paraguayos" 


Días 20 y 21: El martes 20 de septiembre, en reunión de Comandos Divisionarios convocada por Estigarribia, éste insistió en un plan de retirada hasta Isla Poí (ya propuesto en otra reunión del día 12, al que se opuso el My Fernández). Para esta reunión Estigarribia invitó al Cnl Franco, uno de los oficiales más capacitados del ejército paraguayo, quien, interiorizado del plan, expuso su opinión de que la victoria sobre los bolivianos dependía de una mejor organización del servicio de abastecimiento de agua y víveres maximizando el uso de los escasos camiones y la posterior distribución entre las unidades y a continuación propuso una organización adecuada cuya ejecución se la encomendó en forma inmediata el Tcnl Estigarribia, creándose de esta forma la Sección Abastecimientos a su cargo. Por las noches, desafiando el hostigamiento paraguayo, los soldados bolivianos sitiados en Boquerón buscaron proveerse de agua, galletas y municiones de los innumerables cadáveres en estado de putrefacción que estaban abandonados frente a sus posiciones.

La confianza de los comandos bolivianos comenzó a claudicar a medida que fueron tomando conciencia de la desventajosa situación ante la que se encontraban, como lo demuestra el Cnl Peña que alertó a su jefe, el Grl Quintanilla: “En estos momentos mi División atraviesa una situación muy delicada. Todos los informes que recibo me hacen saber que las tropas se encuentran totalmente desmoralizadas y agotadas. Hemos intentado tres ofensivas con fuerzas frescas, llenas de entusiasmo a objetivos bien definidos, ninguna ha podido ser culminada por la superioridad aplastante del adversario, tanto material como de especial instrucción de combate en el bosque; cualquier nueva ofensiva con los elementos que dispongo seria de resultados negativos, llevando a nuestro personal a un sacrificio estéril. Me permito sugerir buscar una defensa sólida en Arce y una momentánea intervención diplomática para salvar al destacamento Marzana en Boquerón y completar nuestra preparación”. Este escueto y excelente informe de situación del Cnl Peña reunió todos los elementos tácticos y estratégicos que explicarían los posteriores tres meses del avance paraguayo hacia Saavedra.

En su edición del día 20, el periódico "El Diario" de la Paz afirmó que una de las enseñanzas de la 1ra GM había sido "la necesidad imprescindible de un comando único" y propuso la "necesidad imperiosa de centralizar el comando en el jefe del Estado Mayor General", es decir, en el Grl Osorio, dando a entender que eran varios los que se inmiscuían en las operaciones militares complicando su ejecución. La propuesta boliviana de una tregua y la de la Comisión de Neutrales de enviar una delegación militar para supervisar su cumplimiento fue rechazada por Paraguay, alegando que en el Chaco era prácticamente imposible ese control y que no estaba “dispuesto a facilitar el plan bélico de Bolivia”, señalando además que no daba curso a una tregua sin garantías ni aceptaba la calificación boliviana de Paraguay como ¨país agresor¨ porque se considera con el derecho y con el deber de velar por su propia seguridad y en esta actitud el Paraguay no puede ser declarado país agresor porque esta calificación debe estar fundada en los hechos que precedieron a la contienda actual […] Bolivia retiene aun varios fortines paraguayos y es, en consecuencia, un país invasor. Y no es posible que en virtud de un criterio arbitrario el país invadido precisamente durante la celebración de una conferencia sobre un pacto de no agresión, resulte ahora convertido en agresor.” 


Días 22 y 23: El Cnl Peña informó al Grl Quintanilla que Boquerón podía sostenerse dos días más y que lo que suceda después de su caída dependerá del espíritu ofensivo paraguayo, el mismo dìa a las 14:40, el Grl Quintanilla advertíó a Peña que el abandono de Boquerón no debía hacerse antes de la noche del día 23. En la noche del día 21 al 22, los Tenientes Germán Busch y Arturo Montes, con 15 soldados del RC 6, se retiraron por la picada Boquerón-Yujra. "Empezamos nuestro retiro […] Paso por medio de una lluvia de balas. Sigue la masacre. Aumenta peligrosamente el número de muertos[…]. Por fin logramos pasar toda la zona donde se encontraba el enemigo y llegamos al Comando. Todos pedíamos pan y agua. Ya no éramos los muchachos entusiastas y fuertes que salimos de Oruro. No éramos más que sus espectros. Todos queríamos irnos". Diario del Tte Germán Busch. La aviación boliviana continuó lanzando víveres y municiones que se perdieron en gran parte al impactar en tierra o caer en poder del enemigo. Los médicos bolivianos Eduardo Brito y Alberto Torrico ya no pudieron atender a los enfermos y heridos por falta de drogas y elementos de curación lo que hizo cada vez más angustiosa la falta de agua y víveres.
Aquí unos mecánicos bolivianos colocando bombas A-3 en el ala de un Curtiss Hawk, estas bombas eran de poco calibre , por eso se usaban generalmente para arrojàrselas a la infantería paraguaya (Fuente: Historias de Bolivia)
El Grl Quintanilla transmitió al Estado Mayor en La Paz que Boquerón podía sostenerse hasta el día 23 a la noche y ordenó al Cnl Peña que tomara medidas para que el Tcnl Marzana abandone el fortín el día 25. Evaluando la difícil situación militar el gobierno boliviano intentó una última salida diplomática y se dirigió a la Comisión de Neutrales diciendo que estaba dispuesto a aceptar el cese del fuego en Boquerón a partir del día 24 a las 12:00 horas. La Comisión le respondió que la propuesta hecha oportunamente a las partes se refería al cese de las hostilidades en todo el Chaco. 


Días 24 y 25: En fecha 24, a las dos semanas de iniciada la batalla de Boquerón, el Cnl Franco hizo llegar al Comando de Estigarribia, la comunicación de que el agua de la laguna de Isla Poì, que abastecia a todo el Ejército, comenzaba a causar síntomas de descomposición. No había agua sino en las colonias mennonitas o en el Río Paraguay alargando la logística en 230kilómetrosy traerlas de sitios tan lejanos era prácticamente imposible. Esto no hizo sino agudizar un problema que se había presentado desde los primeros días de la batalla con caracteres alarmantes, la sed era más temible y peligrosa que el propio enemigo. Los fuertes calores y la falta total de lluvias agravaron la situación, porque se multiplicaron las escenas pavorosas de deshidratación y muertos por la sed, sin embargo, pese a todas estas adversidades, los combatientes de primera línea no abandonaron sus posiciones. Los servicios de agua fueron prestados las 24 horas, inclusive aprovechando la oscuridad de la noche, muchos de estos héroes perdieron la vida en el cumplimiento de su humanitaria labor.

Por otro lado, la finalización de la movilización del ejército boliviano, que estaba prevista para fines de diciembre, obligaba a seguir avanzando hacia Arce-Muñoz para abandonar, además, la aridez del hinterland que rodeaba a Boquerón. En el reducto boliviano el problema del agua no se presentaba tan agudo, porque disponían de una laguna y un pozo que les sirvió hasta que quedó bajo el fuego directo de un batallón del RI 2 “Ytororó”. El Grl Quintanilla anuló la orden de evacuar Boquerón dada al Cnl Peña el día anterior. Los combates se mantuvieron con la misma intensidad y el ejército paraguayo aumentó sus efectivos que llegan a más de 14 000 hombres ubicados más allá del fortín, sobre todo en los caminos que van a Yujra, Castillo, Lara y Ramírez. Es evidente que el Tcnl Estigarribia ya piensa en el fortín Arce. En el exterior del cerco, los soldados bolivianos de la 4ta y 7ma DI continuaron su intento de prestar ayuda a los sitiados. El Grl Quintanilla rogó al Cnl Peña un último esfuerzo antes de abandonar Boquerón sin saber que las fuerzas de la 4ta DI luego de fracasar nuevamente en capturar las islas ocupadas por el enemigo estaban en retirada. La táctica de las fuerzas paraguayas era ocupar los bordes de las islas desde donde batían a los atacantes hasta que estos se acercaban a los 50 metros, luego se retiraban dentro del monte donde transformaban el combate en una serie de emboscadas. Los aviones siguieron lanzando víveres y municiones sobre el fortín con los resultados conocidos.


El ejército paraguayo controló completamente las incursiones bolivianas hacia Boquerón y aseguró el cerco, mientras el interés estratègico del Tcnl Estigarribia se centró en producir el mayor desgaste posible en las fuerzas que intentaban acudir en socorro de los sitiados, sin embargo, existió impaciencia por capturar el fortín; se planificó un asalto decisivo concentrando en un punto 2000 hombres que apoyados por la artillería debían abrir una brecha de 200 metros.


Día 26: Como estaba previsto, se inició en la mañana el ataque definitivo sobre Boquerón, concentrando los fuegos en un frente de 200 metros y al cabo de quince minutos, un Destacamento de la 1ra DI atacò el extremo Oeste de una lengua de bosque que circundaba el fortìn en audaz avance se apoderaron de pocos metros de trincheras aunque los defensores lograron mantener las líneas principales. El RI 6 “Boqueròn” haciendo una conversiòn de su ala derecha apoyò y acompañò esta acciòn, pero la artillería paraguaya, que tenía la misión de destruir los reductos, no concentró sus disparos sobre el punto de ruptura sino que los diluyó en todos los sectores, no sin causar bajas. Una granada de mortero alcanzó al Subt boliviano Luis Reynolds Eguía, cuando trataba de desalojar al enemigo que había ocupado un sector de las trincheras y en muchos lugares los atacantes llegaron a menos de 50 metros y por la noche en repetidos y heroicos asaltos alcanzaron la segunda línea de defensa boliviana rompiendola en tres sitios y abriéndose paso a punta de bayoneta y machete. Los defensores de Boquerón, afectados por la deshidratación, hambrientos y faltos de municiones, comenzaron a desesperarse, ademàs de que los pocos víveres y pertrechos que lanzaron los aviones, no aliviaron en nada esa difícil situación. 

Dìa 27 : A las 05:50 horas el Cnl Peña puso en conocimiento del Grl Quintanilla que sus fuerzas ya no estaban en condiciones de atacar hacia Boquerón salvo una acción demostrativa para distraer a las fuerzas paraguayas y ayudar a los cercados a escapar del fortín: “Como ve usted señor general, nuestra situación para colaborar a la salida del destacamento Marzana, en relación al día 24 del presente, en que ya se dictó la orden de abandono, ha variado desfavorablemente para nosotros”. A su vez, Marzana ordenó al Cap Luis Rivero que, con una pequeña fracción de soldados, saliera hacia Yujra, evidenciado el desconocimiento de la magnitud que había alcanzado el control enemigo alrededor de Boquerón y mucho menos la presión que este ya estaba realizando a varios kilómetros de distancia sobre todos los fortines aledaños. Rivero trató de romper el cerco, fue rodeado y murió con todos sus subordinados. Este día el capellán Luis Alberto Tapia sobrevoló el fortín y lanzó una proclama a los defensores de Boquerón.

Se realizó una reunión de siete generales en Muñoz. Estuvieron presentes el viejo Grl Ismael Montes, expresidente de Bolivia; el Grl Filiberto Osorio, Comandante en Jefe del Ejército; el Grl Carlos Quintanilla, Comandante del 1er CE en el Chaco y el Tcnl Bernardino Bilbao Rioja, inspector de aviación, entre otros. En una acalorada discusión destinada a repartir culpas, Bilbao Rioja llegó a sacar una pistola apoyándola sobre la cabeza de Quintanilla. Finalmente se comunicó a Marzana que debía quedarse diez días más con la promesa de que lo liberarían con un ataque masivo, por lo que la suerte de Marzana ya estaba echada: 1) En Boquerón, los defensores estaban exhaustos por la sed, el hambre, una lucha de 18 días y casi sin municiones, por lo tanto no podían ni ayudar desde adentro ni salir por sus propios medios. 2) Aún reuniendo todas las fuerzas bolivianas en el Chaco, lo que era imposible, era muy tarde para enfrentar a un enemigo cada vez más poderoso y que había tenido tiempo de consolidar el control de la zona exterior del fortín, el cerco del mismo y que ya preparaba su avance sobre los fortines circundantes. 3) Los soldados y oficiales bolivianos estaban agotados y desmoralizados. Muchos regimientos estaban al borde de la insubordinación y el desbande. 


Murió en Boquerón el Cap Tomás Manchego, otro experimentado oficial boliviano “En diciembre de 1928, siendo subteniente, había caído prisionero de los paraguayos durante el incidente del fortín Vanguardia y liberado en mayo de 1929 después de 5 meses de cautiverio. Había conducido la 4ª Compañía (C-4) del 1er Batallòn/RI14 que ocupó el fortín paraguayo Rojas Silva (Falcón) el 6 de septiembre, tres días antes del ataque paraguayo sobre Boquerón”.

"A las 11:00, un camillero pasa corriendo por mi zanja, grita: “¡A mi Capitán Manchego le han metido un tiro en la cabeza!” Corro al Puesto de Sanidad: Manchego, el corajudo Manchego, se debate en convulsiones. No puede hablar.. Hace crujir los dientes… Quiere arrancarse las vendas… Patea, lucha desesperadamente con la muerte. Vuelvo preocupado a mi puesto, se van acabando los oficiales, ya cayeron Juan de Dios Guzmán y Alfredo Vargas. Yacen heridos: Banegas, Caro, Dávila, Peñaloza, López Sánchez, Miranda, Daza y Aguirre. Este día es el más trágico. Los augurios son nada alentadores. El. Capitán Ustárez ha sido abatido al practicar un reconocimiento sobre la picada a Yujra. Su estafeta el cabo Cadencia, con la pierna rota, vuelve al Fortín. Cuenta que Ustárez le obligó a sostener la liviana sobre el hombro mientras el legendario Capitán disparaba… El fantasma del Chaco, el soldado bohemio, el “charata” Ustárez, pagó su tributo. Voy perdiendo la fe. Si Ustárez ha muerto, ¿por qué habré yo de librarme? Un hombre tan dueño de sí, parece imposible no hubiera podido hurtarse a la fatalidad. Mando a mi estafeta a preguntar por el estado de Manchego. Vuelve y no necesito interrogarle… Manchego, el bravo Manchego, ¡también ha muerto!. Leños en forma de cruz, marcan las tumbas de dos hombres que un día se conocieron en un incidente casual y, otro, se volvieron a encontrar en las encrucijadas de la vida, para bajar juntos a la misma hora, defendiendo dos banderas distintas, pero a cual más heroicas. Ellos son: el Capitán Tomás F. Manchego y el Teniente Fernando Velásquez, de los Ejércitos boliviano y paraguayo, respectivamente" (Fuente: Diario de Campaña del My Alberto Taborga Terrazas)

Capitán Tomás Manchego - En la primera jornada del 9 de Septiembre de 1932, los paraguayos se acercaron hasta menos de 50 metros de las trincheras bolivianas pero fueron repelidos con fuego nutrido. Los batallones bolivianos que salieron a socorrer Boquerón no pudieron llegar a su objetivo, todas las vías estaban cortadas por el enemigo, pero los paraguayos retrocedieron desanimados ante la magnífica defensa boliviana, la desorganización y el desconcierto en filas paraguayas provocó claros en el cerco permitiendo que el viaje en camiones desde Yujra se realizase sin contratiempo alguno; así, al anochecer, ingreso a Boquerón la 4ta. Compañía del RI N.º 14 al mando del Cap Tomás Manchego, transportaba alimentos, municiones y dos ametralladoras “Vickers, que fueron ubicadas en la denominada "Punta Brava " sector potencialmente vulnerable del fortín y al cual las fuerzas paraguayas hostigaban permanentemente.
Tres días tardó el ejército paraguayo en rodear completamente el Fn Boquerón y el Tcnl Marzana había agotado las municiones de los cañones y pidió ahorrar munición y disparar sólo con blanco seguro. Muere en Boquerón el 26 de Septiembre de 1932 el Capitán Tomás Manchego, siendo la ausencia más sentida y uno de los principales puntales de la resistencia, experimentado oficial, alcanzado por fragmentos de una granada paraguaya, después de una agonía sin conciencia. Fue enterrado al lado de su amigo el Teniente paraguayo Velásquez, fallecido el día anterior (Fuente: Historias de Bolivia, blog)

Día 28: Las agotadas fuerzas bolivianas ubicadas entre Boquerón y Lara-Castillo, presionadas por el enemigo, comenzaron la retirada: “Lo primero que hice fue tratar de incorporarme a mi unidad [...] pues esta se retiraba y acá supe de que el enemigo había atacado y rodeado al Comando [...] donde todo era confusión y desorden [...] la situación era muy grave, por la tarde empezó nuestra retirada, extenuados por la sed a las 6 horas llegamos a puesto Lara y luego pasamos a Castillo donde pude tomar un poco de agua”. Del Tte Germán Busch. En la tarde de este dìa, el Tcnl Marzana reunió a la oficialidad para tratar la capitulación de la plaza y solicitar al enemigo que le permita y otorgue los medios para retirarse con sus tropas a causa de la falta de víveres, municiones y las lamentables condiciones físicas y sanitarias. Durante el día, el Grl Montes sobrevoló Boquerón y mediante mensajes exhortó a mantener la defensa diez días más, asegurándoles la victoria contra las fuerzas enemigas. El tajamar, que apenas abastecía las necesidades de los defensores, cayó bajo el control de los francotiradores paraguayos y fue contaminado por los cadáveres de los que se arriesgaron a proveerse de agua. 
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En el interior del fortìn... 19 días de combate habían transcurrido, 19 días en que, como un pulpo, nuestro ejército fue estrechando el reducto boliviano hasta llegar, en algunos sectores, a 25 metros del enemigo.


Los sitiados sentían ya el peso abrumador de nuestras fuerzas, todos sus empeños en abandonar el cerco, primero; en ayudar a la llegada de refuerzos, después, resultaron inútiles. Desde hacía varios días comían carne de mula y bebían orín o agua podrida, los heridos amontonados en un rancho, sin atención médica, sin medicamentos, sin vendas siquiera, anhelaban la muerte que les aliviaría el dolor que sus heridas agusanadas les causaban. El cuadro que presentaba el reducto era horroroso; desorganización, miseria y hambre. El cruel egoísmo que da la desesperación hacía que el hermano negara un sorbo de agua al moribundo.

Así empezó para ellos el día 28 de Setiembre: del diario de guerra del Tcnl Marzana, en el amanecer de ese día, dice: “Nada que se parezca a batalla, sino los horribles y desesperantes cuadros que presentan los heridos, en su mayor parte por granadas, cascos y proyectiles de artillería, mal curados por falta de drogas, gasa, algodón y desinfectantes, mal atendidos de alimentación, por falta de agua y víveres y, finalmente, agrupados en un solo galón, por ser el único capaz de resistir algo el efecto demoledor de los proyectiles de artillería y bombardeos".


A la tarde de ese día, los sitiados avistaron a lo lejos un avión amigo que rápidamente logró llegar hasta el reducto y en pocos minutos en que los bolivianos llenáronse de esperanzas, vendrían víveres, agua tal vez, buenas noticias.… el avión voló en círculo, ladeó sus alas y lanzó al espacio una bolsa. Ávida se lanzó la tropa sobre lo que creían era, para ellos, toda una vida, nerviosamente los jefes la abrieron, entre algunos, (muy escasos) víveres, sus compatriotas les enviaban balas y el Grl Quintanilla, una nueva proclama: "Solo pido a mis valientes soldados -decía una parte de ella- que resistan diez días más".


El Tcnl Marzana negóse a leer esta proclama a la tropa, no era ya hora de emplear gros literarios en aras de un mentido patriotismo; no eran papeles ni balas lo que su tropa precisaba, sino víveres y agua. Esa proclama era una ironía, era un insulto... La reflexión, entonces, vino y dijo al oído de cada oficial y de cada soldado: "¿Es así como Bolivia ayuda a sus hijos?". La venda cayó, vieron claro, entonces, comprendieron que eran las víctimas de una política insensata y resolvieron poner fin a esa angustiosa situación ¿Para qué sacrificarse más? la rendición fue resuelta en una reunión de jefes y oficiales y se acordó efectuarla al día siguiente, al rayar el alba.
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En la noche del 28 al 29 de septiembre, la 1ª Compañía/RI 6 “Boquerón”, al mando del Tte Guggiari avanzó hasta los bordes de las posiciones bolivianas de Punta Brava. Los defensores bolivianos gritaron "no tiren más que vamos a salir firmes para rendirnos". El comando paraguayo ordenó desestimar esta propuesta y continuar los preparativos del ataque previsto para el amanecer.

Las ùltimas acciones en los siguientes gràficos:



 29 de Septiembre de 1932: Al amanecer, se tuvo conocimiento por prisioneros capturados, que el día anterior, los Grl(s) Montes y Osorio volaron sobre Boquerón y lanzaron una proclama a los sitiados pidiendo “diez días más de inquebrantable resistencia y la victoria será nuestra. Habéis escrito la página de oro de la historia patria”. El anillo de hierro estaba próximo a estrangular a la heroica defensa.
El Tcl Marzana reunió a sus oficiales para hacerles conocer el mensaje lanzado por los generales mencionados. Los oficiales rodearon a su Jefe en el estrecho agujero techado de troncos que les servía de refugio, sus rostros mostraban las huellas dejadas por 19 días de un constante batallar, tensión nerviosa y escasez de alimentos y agua, muchos ya se encontraban en el límite de sus resistencias. Marzana pasó revista de los convocados y la ausencia más sentida fue la del Cap Tomás Manchego, uno de los puntales de la resistencia, quién murió a las 48 horas después de una agonía sin conciencia. Fue enterrado al lado de su amigo el Tte paraguayo Velázquez, fallecido el día anterior.
Los camaradas del galpón agonizaban sin un solo medicamento que aliviase sus dolores y su fiebre entre moscas y la putrefacción de los heridos. Lo que pedía el Comando Supremo era irrealizable, no sabía que la munición estaba agotada y que las tropas paraguayas ya se encontraban a poca distancia de las trincheras, por lo que la caída del fortín era inminente.
Del lado paraguayo la expectativa de los combatientes iba cada vez en aumento a medida que transcurrían los minutos. La artillería no se atrevió a atacar por la proximidad entre atacantes y atacados. El Tcnl Estigarribia había ordenado que sus divisiones se jueguen ese día el todo por el todo y Boquerón tendría que caer a cualquier costo.


A primera hora del dìa, después de un intercambio de disparos que duró media hora y terminó a las 06:00 horas, frente al RI 4 Curupayty, el Cap boliviano Antonio Salinas Crespo del RI 5 “Campos” y el Subof Carlos Davila del RI 14 “Florida” salieron de sus posiciones en Punta Brava portando banderas blancas llevando el siguiente mensaje: “El Comandante del fortín Boquerón al Comandante de las Fuerzas Paraguayas en el mismo sector. Señor; el oficial portador de la presente, capitán Antonio Salinas lleva la misión de entrevistarse con usted, en representación mía. Dios guarde a Ud, Tcnl Marzana”. 

Frente al RI 6 “Boquerón”, los Tenientes bolivianos Daniel Aguilar y René Miranda con 17 soldados hicieron lo mismo llevando un pedido de entrevista de Marzana.

Los soldados paraguayos, con justa razón, creyeron que los soldados bolivianos se rendían; salieron simplemente de sus posiciones, ya a muy pocos metros de las trincheras enemigas llenos de júbilo, vivando a la patria, atropellaron el reducto en toda la línea. ¿Qué había ocurrido? Al no recibir fuego de respuesta y viendo los lienzos blancos en el sector de la “Punta Brava” el Tte paraguayo Manuel Islas convencido de que se trataba de una rendición se lanzó a la carrera hacia el fortín seguido por la compañía a su mando del “Curupaytí”, con la intención de cosechar el lauro de tomar prisionero al propio Marzana. Al escuchar el clásico grito de triunfo paraguayo lanzado por las tropas, las demás unidades también se precipitaron al fortín.

Testigos de tan honroso combate
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Escenas de los ùltimos momentos de la batalla... Bello día!. Las noticias de los días anteriores, cada vez más favorables a nuestras tropas, la certidumbre de que la victoria estaba cercana, ese "algo" extraordinario que precede a los grandes acontecimientos, todo, presagiaba a nuestro ejército que, ese, sería el día tan ansiosamente esperado.

Al amanecer, nuestras tropas rompieron el fuego. Pocos, muy pocos, disparos se hicieron. Acostumbrados, como estaban nuestros soldados, a que por un tiro paraguayo respondieran cien del enemigo, quedaron sorprendidos al no ver contestados, como de costumbre, sus disparos. A la luz, todavía, confusa de la aurora, se notaban vagamente unas manchas blancas que surgían de entre los montes. Pronto un rayo de sol iluminó el campo y pudo distinguirse con claridad qué era aquello. A lo largo del, ya pequeño, reducto boliviano, clavadas en burdas estacas, aparecieron innumerables banderas blancas hechas con girones de mosquiteros y camisas.

¡Era el pedido de tregua! Sin embargo, nuestras tropas no abandonaron sus posiciones. Conocedores de la falacia boliviana, no deseaban caer en una emboscada. Pocos minutos debieron aguardar ya que de entre el monte surgió la figura de un oficial boliviano. Era el Cap Antonio Salinas quien, por orden del Comandante de las fuerzas bolivianas, deseaba parlamentar con el Jefe de nuestro Ejército. Inmediatamente fue llevado en presencia del Tcnl Estigarribia, con quien departió breves instantes, quedando luego en el Campamento de este Comandante. Simultáneamente a la presentación del Cap Salinas, salieron del reducto, por otro sector, los Tenientes Aguilar, de Cochabamba y René Miranda, de La Paz, pidiendo hablar con el My Bray. Una vez en presencia de este jefe, los oficiales bolivianos manifestaron que el Tcnl Marzana deseaba rendirse.

Mientras tanto, los soldados del altiplano, surgiendo como espectros de entre el monte que les servía de refugio, se acercaban a los nuestros y, con voz suplicante, imploraban: "Paraguayitos, por caridad, un poco de agua y galleta". Y, nuestros soldados, que segundos antes, fatigados por las penurias que habían pasado, malhumorados por verse alejados de sus seres queridos por causa de quienes nos atacaron sin razón, prometían no dejar con vida un solo cholo (¡oh milagro que sólo nuestra raza puede hacer!), cuando los enemigos estuvieron al alcance de sus manos, disputaron entre ellos el placer de darles de beber y comer. Sépalo el mundo entero: ¡El soldado paraguayo se privó ese día del jarrito de agua que le correspondía como ración para dárselo a su enemigo de hacía un instante!.

El Tcnl Marzana también abandonó el reducto antes de la vuelta de sus enviados y pudo ver el trato que recibían sus soldados. Cuando llegó hasta él el Cap Santiviago, le pidió lo llevara en presencia del My Bray. El Comandante del Regimiento Boquerón venía también al encuentro del prisionero y pronto estuvieron frente a frente.
- "Coronel Marzana: Ud. es un valiente", le dijo el My Bray.
- "Y Ud. un caballero, mi Mayor", le respondió el boliviano, añadiendo luego: "He quemado hasta el último cartucho y no tengo el derecho de sacrificar a los valientes que han estado conmigo".
Minutos después, no sin antes de haber comido algunos bocados y bebido en abundancia, el My Bray lo llevó en su auto hasta el campamento del Comandante Estigarribia.
Cnl Arturo Bray, al finalizar la guerra


Estigarribia y Marzana: Sereno, nuestro Comandante, esperaba al jefe vencido. En su rostro, un sólo músculo no había cambiado. Apacible, con esa tranquilidad que da el deber honrosamente cumplido, el Tcnl Estigarribia mostraba, una vez más, su temple de varón íntegro. Las ramas del pique indio que conduce al puesto telefónico del Comando, se agitaron al paso de una persona de andar lento, pero firme. El Tcnl Marzana, frente ya al jefe de nuestras tropas, con el semblante muy pálido y un ligero temblor en las manos, pero con voz serena y pausada, le dijo: "Soy el Tcnl Marzana, y vengo a manifestarle, Señor Comandante, que las fuerzas regulares bolivianas destacadas en el Fortín Boquerón, están dispuestas a deponer las armas bajo las dos siguientes condiciones: Primera: Que se nos permita evacuar a los 165 heridos que tenemos desatendidos en los puestos sanitarios, y Segunda: Garantía de vida para los oficiales y tropas".

El Jefe paraguayo escuchó las palabras del Jefe boliviano. Contempló la figura del rival de horas antes, rotas sus ropas, lastimadas las manos, desaliñado, abatido... ¿Tuvo lástima del vencido?. ¿Sintió admiración por el héroe?. En la contestación que le dio, creo interpretar que estos sentimientos se mezclaron por igual. Dijo el Tcnl Estigarribia: "Señor Tcnl Marzana: A lo primero, pláceme contestarle que no puedo consentir, aunque estuviera dentro de mis atribuciones legales el hacerlo. A lo segundo, tiene la más amplia garantía para Ud., los señores oficiales y tropas destacadas en el Fortín Boquerón". Pronunciadas estas palabras, el Comandante Estigarribia se adelantó y estrechó la mano al vencido. ¡Emocionante escena! Dos jefes frente a frente, unidos por el Destino que quiso, esta vez, hacer justicia a la causa del Derecho, el uno atacó lo ajeno, el otro recuperó lo suyo. Dos actitudes antagónicas que finaliza en un fuerte y leal apretón de manos.

¿Podremos, pronto, finalizar nuestro litigio internacional así como terminó el sitio de Boquerón?. Cuantas madres, de los dos países, bendecirán los nombres de quienes puedan lograr igual solución..
(Fuente: El Liberal - 8 de Octubre de 1932 - Año XX - No. 6046; Historias de Bolivia historias_bolivia.blogspot.com)

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Del Diario de Guerra del Tcnl Cuenca; 2do Comandante del fortìn, se puede extractar lo siguiente: “El Cap Salinas y el suboficial D’Avila fueron conducidos ante Estigarribia por el Cnl Rafael Franco a quien le entregaron sus respectivas credenciales y le expresaron que tenían la misión de concretar una entrevista con su Jefe. Puestos ante el Comandante, éste les manifestó que lo esperaba en este mismo lugar, esta mañana a la brevedad posible”.
Mientras tanto, los oficiales y los soldados bolivianos que tenían orden de no combatir hasta que regresen sus parlamentarios se incorporaron temerosos en sus posiciones al ver esta avalancha que se les venía encima. En pocos minutos se vieron rodeados de paraguayos que los observaban y hablaban con curiosidad como si fueran seres de otro mundo. Finalmente el Tcnl Marzana fue hecho prisionero por los tenientes Islas y Valdovinos.
La toma de Boquerón fue empañada por la vista de la espantosa tragedia que envolvía a los defensores: 20 oficiales y 446 soldados en el último extremo de la miseria humana. Por todas partes armamentos, equipos cadáveres y escombros. Rafael Franco no quiso participar de tan horrendo espectáculo, motivo por el cual no intervino en la payasada de último escalón de la degradación humana, la triste y poco edificante actitud de comandos de unidades tapujándose por el derecho de ser ellos los que deberían llevar a Marzana ante el comandante Estigarribia, amén de las múltiples trifulcas entre oficiales paraguayos por el botín.
 “Un jefe paraguayo pregunta: ¿Dónde se encuentran los demás?, la respuesta es: -No hay más soldados...El jefe iracundo, dispara su revólver para amedrentar y replica con voz amenazadora: -No es posible! Digan, ¿por dónde escaparon?, sino avisan serán fusilados. Interviene un sargento y dice: -Señor oficial, no hay soldados, los últimos están en ese galpón. Están heridos; los demás…han muerto. Contempla un momento las armas amontonadas y ve a los rendidos que se hallan sentados, cabizbajos y tristes, en el patio del fortín y exclama lleno de cólera: -Por esta miseria han muerto más de siete mil paraguayos…!! ¡!Añamenbuí… Anará-cope guaré!! ¡!Desgraciados!!... Tal es la cólera de aquel jefe paraguayo, que no pudiendo encontrar la razón de que trescientos sobrevivientes hayan contenido un ejército de más de diecisiete mil paraguayos, gesticula, grita, patea y dispara su pistola a diestra y siniestra…Aquella cólera, luego fue trocándose en admiración y ordena que se nos provea de galletas y agua.” 
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PC DE BOQUERÓN 29-IX-32
1er CUERPO DE EJÉRCITO
COMANDO EN JEFE

A los señores Jefes, Oficiales y Soldados del Primer Cuerpo de Ejército.
El arrojo y la pujanza incontenible de nuestra raza acaba de dar otra prueba ante los ojos del mundo. A nuestros heroicos asaltos durante veinte días el enemigo de Boquerón en esta fecha ha rendido sus armas.

Mi homenaje de recordación conmovida sean para los caídos en esta épica jornada y los de reconocimiento y de calurosa felicitaciones a los bravos del Primer Cuerpo de Ejército que permanecen en pie.

Habeis conquistado todos una de las glorias más puras para las armas paraguayas con el gran triunfo de hoy. Que la historia de nuestra patria guardará como un tesoro.

Transmito las congratulaciones del excelentísimo señor presidente dela república y sus colaboradores, recibidos hoy desde nuestra capital.

                                                                                  Vuestro comandante en Jefe, Estigarribia.
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La bandera paraguaya flamea en Boquerón 
En La Paz, el 1º de octubre, el gobierno boliviano, a quien se le ocultó la caída del fortín, envió un angustioso cifrado al Grl Quintanilla (Cif.247-552 11:50horas): “Falta de noticias sobre la situación de Boquerón induce a opinión pública a dar crédito a comunicados paraguayos que describen la acción con detalles, dando lugar a manifestaciones. Atribuyen al Comando que trata de engañar al país, ocultando la verdadera situación, lo que podría ocasionar desórdenes similares a los que ya se iniciaron en Oruro. Urge enviar partes más frecuentes”. Cifrado de Rivera a Quintanilla

Dado que se había cortado toda comunicación con Marzana desde el día 22, el Grl Quintanilla envió el 1º de octubre un avión de reconocimiento que informó que columnas de camiones paraguayos estaban saliendo de Boquerón rumbo a Isla Poí lo que indicaba que el fortín había caído en poder del enemigo
 El Tcnl Marzana y sus hombres, luego de unos días en el fortín de Isla Poí fueron, luego, conducidos a Asunción. El presidente Ayala al referirse en un discurso al triunfo paraguayo tributó un noble homenaje a los vencidos. Permaneciò prisionero hasta 1936 que retornò a su patria como héroe.
La excesiva cautela que en toda la campaña iba a ser una de las características en la estrategia del Tcnl Estigarribia, salvó, esos días a la 4ª DI boliviana de un completo desastre. Luego de la reconquista de Boquerón, en vez de hacerse una persecución inmediata y enérgica, como mandan los preceptos, a las tropas bolivianas quienes se encontraban en los alrededores de Yujra, se dejaron pasar ocho días antes de la toma de contacto, a pesar de que las dos Divisiones que actuaron en Boquerón fueron reforzadas por una tercera aumentando de este modo el efectivo del cuerpo a 15.000 hombres.
El día 4 de octubre llegó a Boquerón el presidente Ayala y ascendió a Estigarribia a coronel.

04 de Octubre 1932: Ayala asciende a Estigarribia al grado de Coronel luego del triunfo de Boquerón; "Coronel Estigarribia, sos digno de mandar soldados paraguayos" del Doctor Eusebio Ayala al Tcnl José Félix Estigarribia al momento de prenderle las insignias de Coronel

Conclusiones
1. Las pérdidas en hombres por ambas partes fueron importantes
- El My paraguayo Antonio E. González y el historiador boliviano Querejazú Calvo coinciden en que el ejército boliviano tuvo 1000 muertos y que 20 oficiales y 446 soldados cayeron prisioneros - por su parte el ejército paraguayo tuvo 2000 muertos para todo el mes de septiembre
- Mazzacotte sostiene que 24 oficiales y 820 soldados bolivianos cayeron prisioneros en la batalla de Boquerón y que las bajas fueron de 1000 muertos. Atribuye la cifra de 1513 muertos, heridos o desaparecidos para el ejército paraguayo en el periodo de junio a septiembre. La sanidad del ejército paraguayo a su vez registra 1890 hombres como muertos para igual periodo. 
2. La resistencia de Marzana fue ampliamente utilizada por la propaganda del comando boliviano para ocultar lo que desde el comienzo fue una derrota estratégica: la falta de preparación para enfrentar la sorpresiva ofensiva a gran escala del ejército paraguayo, que pese a sus deficiencias organizativas, de mando y logísticas, recién se frenaría cerca de Saavedra, en "Kilómetro 7", tres meses después.
3. La caída de Boquerón, debido al ocultamiento de lo que verdaderamente sucedía en el frente, produjo una conmoción en el pueblo boliviano. Sorprendió a todos que tras el anuncio durante 20 días de victoriosos combates y una supuesta ofensiva en preparación, todo acabara en la abrupta rendición del destacamento Marzana, la caída sucesiva de varios fortines (Yujra, Lara, Ramírez y Castillo) y la desorganizada retirada del resto de las fuerzas bolivianas hacia Arce.
4. La defensa de Boquerón y los repetidos ataques para romper el cerco y aprovisionarlo no obedeció a ninguna razón militar. Boqueron era un punto adelantado y aislado, ubicado a unos 8/12 km de los fortines bolivianos más cercanos, en una zona donde era difícil mantener una brecha abierta para el aprovisionamiento. Si el Grl Quintanilla hubiera asumido la responsabilidad de ordenar el abandono del fortín el día 19, decisión que maliciosamente Salamanca y Osorio descargaron sobre su espalda, quizás se hubieran salvado parte de las fuerzas de Marzana y de las que inútilmente se sacrificaron después para llevar recursos al fortín. Esas fuerzas, imprescindibles en ese momento, hubieran resistido con más posibilidades en la línea Yujra-Arce hasta la llegada de nuevos refuerzos.
5. Boquerón fue el drama de la ilusión en su grado máximo; “ilusión de fuerzas que no existen; ilusión sobre la capacidad del adversario, ilusión sobre un Chaco que se desconoce, ilusión sobre la importancia de la intervención extranjera.[…] ilusión de quedarse con Toledo, Corrales y Boquerón, [ilusión del] estacionamiento incomprensible y fatal de contingentes militares en la retaguardia […] en espera de alguna intervención que paralizaría las hostilidades”.

El triunfo de Boquerón en la prensa
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"...o volvemos hèroes o nos quedamos en los fortines…"
Tcnl Luis Emilio Aguirre, semblanza de un hèroe de Boquerón: cuando mi abuelita Ofelia se vino a vivir a nuestra casa en Cochabamba hace muchos años, yo era una niña, pero con ella pude conocer mejor a mi abuelito Luis Emilio Aguirre, no en persona como me hubiera gustado, sino a través de algunos objetos suyos que ella conservaba en una vitrina. Había entre otras cosas que ya no recuerdo: dos espadas, un flamín y un uniforme militar manchado de sangre, que era lo que más me impresionaba, supe así, que él había sido un héroe de la Guerra del Chaco. Pero sobre Luis Emilio Aguirre, el hombre, el esposo y padre, me habló una tarde mi tía Margoth, su hija, la única persona en el mundo que quedaba entre quienes lo habían conocido personalmente. Aquella vez, sentadas en su cocina y con la hermosa vista de las montañas de La Paz, empezó su relato pleno de emociones y de lágrimas suyas y mías: “La que más lo tiene a mi papá soy yo, él me quería mucho. La Dorita, era el amor de sus amores, yo el cantar de sus cantares y el Emilio era el caimán de sus caimanes”. Ella mencionó sólo a los tres hermanos: Margoth, Dora y Emilio, porque mi mamá, Rosario, la menor de todos, tenía apenas tres meses de vida cuando él murió en el Chaco.

Mi tía Margoth continuó su relato en el que fue mostrando un padre cariñoso, un hombre con una ética elevada y un militar decente que amaba a su patria y al ejército. “Escribía muy bien” –continuó mi tía- "Había un escrito de la revolución del 20 en el que hace una crítica a la participación del ejercito, en una parte decía que era como ver a la patria violada y que la peor democracia es mejor que una dictadura, le dolía ver que cualquier político se iba al ejército para hacer sus revoluciones. En esa ocasión él vio mancillado su ejército. En la Argentina había una revista, creo que se llamaba Atlántida, él escribía artículos para esa revista... ¡Qué pena que todo se olvide!.. Cuando lo nombran comandante del Azurduy, mi papá pensaba que era una pena que un militar, cuando salía del ejército, sólo era militar, así que fundó la primera academia militar, precursora de la EMI, había maestros, filósofos.... De ahí salió la idea de que en el ejército se enseñaran otras cosas aparte de lo bélico”. Hace poco, llegó a mis manos una serie de documentos y recortes de periódicos de la época, que mi abuelita Ofelia había coleccionado y guardado, seguramente intentando inmortalizar la memoria de aquel esposo que tan poco tiempo la acompañó. En ellos pude conocer mucho más sobre su carrera militar, su actuación en el Chaco y su muerte; datos con los que pude además reconstruir su historia: “El Tcnl Luis Emilio nació en La Paz, el 6 de octubre de 1895. Estudió en el Colegio Nacional Ayacucho e ingresó al Colegio Militar en 1910, escalando en su carrera hasta obtener el grado de Teniente Coronel en diciembre de 1929. En 1930 fue Jefe de Estado Mayor de la 2da y luego de la 5ta División; después tuvo a su cargo la Intendencia de la Policía de La Paz y finalmente pasó a ser Comandante del RI 7º “Juana Azurduy de Padilla”

Como incansable viajero visitó todas las fronteras de su amada patria. Fue docente de la cátedra de Geografía en el Colegio Militar y se tituló como Oficial de Estado Mayor en la Escuela de Guerra. Como intelectual y estudioso asumió la dirección de la Revista Militar durante mucho tiempo. Fue condecorado con la Orden de Lafayette por el gobierno francés y al Mérito Militar por el gobierno de Chile. Una brillante carrera que hizo de mi abuelito, una persona muy querida y admirada, una vida que, como otras miles, no merecía ser truncada por la fatalidad y el absurdo de la guerra.
En abril de 1932 un avión boliviano descubre la laguna Pitiantutá en la frontera con Paraguay, dos meses después soldados bolivianos la rodean y ocupan el Fn “Carlos A López” del ejército paraguayo; el hecho es tomado como una afrenta y en julio el ejército paraguayo lo recupera. Entonces, el presidente Daniel Salamanca exhorta al país a levantarse en armas contra Paraguay y ordena la toma de los Fortines: Corrales, Toledo y Boquerón.

Es fácil llevarnos a una guerra cuando se exacerban los sentimientos patrióticos y se llama a la defensa del terruño. El pueblo boliviano vivía un arrebatado fervor cívico cuando salió a las calles a despedir a sus soldados el día que partieron hacia Boquerón, tal como lo describe un periódico de la época: “El desfile de la tropa que ayer viajó al Chaco, culminó en escenas de patético patriotismo, los rostros presentaban la angustia del ultraje inferido y el corazón del pueblo se manifestaba optimista por las brillantes jornadas que le toca conquistar a nuestro ejército. En una de las esquinas por donde pasó el regimiento Azurduy, un grupo de mujeres del pueblo, [...] recibió al Coronel don Emilio Aguirre, comandante de este regimiento, con pruebas de cariño. Una de ellas […] le dijo: ‘Coronel, que vuelva usted general’. El valiente militar agradeció con un saludo de rito y en sus ojos brillaron dos relámpagos de gloria”. 
Tcnl Luis Emilio Aguirre en tres tomas fotogràficas; con su familia, con sus camaradas y retrato personal
Al llegar a Villa Montes, el Tcnl Aguirre, se dirige a su tropa: “El pueblo de La Paz nos ha despedido en forma grandiosa, soldados, y es preciso corresponder a esa confianza y a esa efusión: o volvemos héroes o nos quedamos en los fortines”.
Pero el entusiasmo pronto se convierte en amargo presagio; se cuenta que al salir de Villa Montes expresa: “Estoy triste y no sé por qué. Salí de La Paz con una fe enorme, con un optimismo tan grande que no me explico este estado de ánimo. Tal vez no vuelva nunca. Que me quede allí (los ojos se clavan en la distancia) y que solo viva mi recuerdo. Que solo quede mi nombre”. Y tenía razón, el 31 de julio, en la toma del Fn Boquerón, cae herido y muere el 5 de agosto. La noticia de su muerte es recibida con grandes muestras de dolor e inmediatamente los medios lo convierten en héroe. Mi tía Margo cuenta que en los actos de homenaje se gritaban glorias al Tcnl Luis Emilio Aguirre, héroe de Boquerón y que, hasta se fabricaron cigarrillos con su nombre. Un señor de nombre Macario Camacho V. publica en un fascículo su “Poema Patriótico al esclarecido patricio del Regimiento ‘Campos’ 6º. de Infantería. Teniente Coronel Luis Emilio Aguirre. Hay que pisar fuerte en el Chaco”, el mismo contiene una Invocación, un largo Poema, una Marcha Guerrera y hasta una cueca.

Pero una sombra trata de empañar su gloria: la publicación de un diario argentino relata los hechos atribuyendo heroísmo al accionar de los soldados paraguayos. Ellos aseguran que cuatro mil soldados bolivianos habrían tomado Boquerón y cuando los mismos formaban en cuadro disponiéndose a izar la bandera boliviana, los paraguayos abrieron fuego con dos ametralladoras sembrando la confusión y la muerte.
De este modo se trata de atribuir al Tcnl Aguirre el error de haberse precipitado en una ceremonia que habría puesto en peligro a él y a la tropa; por otra parte, la historia nos dice que no fueron cuatro mil sino cuatrocientos los soldados bolivianos que tomaron Boquerón.

Una entrevista realizada al Tte José Ávila, ayudante de mi abuelito en la campaña, esclarece la verdad sobre lo ocurrido, desmintiendo el relato paraguayo: “El Coronel Aguirre dirigió el asalto y me cupo estar a su lado. Penetramos al recinto del fortín y en momentos en que el coronel me daba instrucciones para impartir la orden de cesar el fuego, se escucharon los disparos de una ametralladora liviana y cayó el coronel. Es falso que hubiera ordenado formar un cuadro y que el destacamento estuviese presentando un grupo compacto. Un militar de alta escuela como el coronel Aguirre, no podía incurrir en esa falla. Murió en uno de tantos eventos que se producen en una acción de armas, pero todo demuestra que su actuación fue no solo valerosa, inteligente u oportuna, sino perfectamente militar”. Varios otros relatos que resaltan u omiten algunos detalles, cuentan más o menos lo mismo: los paraguayos al darse cuenta del asalto, preparan una emboscada en un lugar difícil de distinguir, es así que, cuando los bolivianos piensan que el fortín ha sido abandonado, abren fuego. Si hubo algún error, este fue el no haber destacado inmediatamente, un servicio de reconocimiento para vigilar el monte, pero tal vez no hubo tiempo de hacerlo por la rapidez con la que sucedió el ataque.

Resulta penoso comprobar que en algunos libros de historia, sus autores han relatado erróneamente la versión de los paraguayos, sin tomar en cuenta los testimonios de varios soldados que presenciaron el hecho. Al caer herido, envía el siguiente parte a sus superiores: “Comando de Dto. Cuarta Div. Muñóz. Boquerón, 31 de julio de 1932. Hrs: 10:30. Con destacamento mis órdenes, con Batallones Cuenca y Cárdenas, tomé Boquerón a hs. 10:30. Varias horas de combate. Recibí feliz herida por la patria, juntamente con varios oficiales y tropa. (Firma)Tte. Cnl. Luis Emilio Aguirre”. Herido de muerte, es llevado de un lugar a otro para buscar la forma de embarcarlo a La Paz, pero la infección lo debilita. El relato del canónigo Tapia describe sus últimos momentos: “El coronel, en la víspera de su muerte, cuando la noche era fría y el surazo soplaba con fuerza, quiso enviar un radiograma. Quería que supiesen que viajaba. Y en su delirio, mientras la fiebre lo consumía, recordaba a los suyos. En medio de la inconsciencia de su grave estado pensaba en la familia ausente: ‘Mañana estaré en casa. Mañana abrazaré a mi señora’. Toda la noche fue una noche de agonía para todos, el Coronel se nos iba de las manos, se nos moría cuando sus servicios eran inapreciables, cuando se lo necesitaba más que nunca…” Al día siguiente, cuando estaba a punto de abordar el avión que lo llevaría a La Paz, muere y es enterrado provisionalmente allí mismo, en el Fn Muñoz.

Se cuenta que mi abuelita Ofelia había presentido días antes la desgracia, tal como lo recuerda algún soldado del cuartel de Miraflores: “Noche tras noche recibimos la visita de su digna esposa Ofelia Quintela de Aguirre, acompañada siempre de la esposa del mayor Jordán. Pese a la tranquilidad que la señora Aguirre parecía mantener, no dejaba de traslucir su espíritu una honda congoja que ella quería disipar: ‘Avísenme al teléfono 1035 –nos decía- cuando sepan alguna novedad de mi esposo” Y luego agregaba: ‘Yo no sé por qué estoy tan intranquila”. Cuenta mi tía Margo: “El 5 de agosto, cuando le avisaron a mi mamá, la Dorita y el Emilio habían hecho ese día su primera comunión, entonces la llamó el Grl Simón Aguirre, mi mami fue al teléfono con tu mami en brazos porque era una bebé. Entonces le oí su voz tan rara preguntando: ‘¿Se ha ‘chancado’ el avión?......Ha muerto....’ Al poco tiempo, le devolvieron a mi mamá, su anillo de matrimonio, su billetera, su cartapacio lleno de sangre y sus botas, algo que no habían hecho con nadie. Dos años después, cuando los paraguayos estaban entrando en Muñoz, el aviador Cnl Jordán entró al lugar y personalmente sacó los restos y los trajo en una cajita diciendo que era de herramientas, porque era prohibido hacer eso. Cuando llegaron sus restos aquí le hicieron el entierro porque era muy conocido, querido y respetado”.
Fue enterrado con los honores más altos y en presencia del Vicepresidente de la República, senadores, diputados, autoridades del departamento y el pueblo en multitud. Mi abuelita, la viuda, recibe muchas muestras de gratitud y admiración; numerosas promesas y condolencias de grandes personalidades y autoridades del país, una de ellas dice: “Condolencia del jefe de Estado Mayor a la señora Ofelia Quintela de Aguirre: La patria, al perder un soldado pundonoroso y que era su honra y su orgullo, despliega los colores de su bandera para cubrir maternalmente sus venerados restos. F. R. Osorio. ”

El 26 de agosto de 1940, el Ministerio de Defensa Nacional, emite una Resolución Suprema en la que en su parte sobresaliente reza: “[…] como una legítima recompensa a su sacrificio por la Patria, se le otorga al ascenso póstumo al grado inmediato superior o sea de Coronel, al que fue Teniente Coronel Luis Emilio Aguirre”. La viuda del ahora nombrado Coronel, mi abuelita Ofelia, continúa su vida dedicada a sacar adelante sola, a sus cuatro hijos. Después de vivir unos años en Capinota y luego en La Paz, muere en noviembre de 1967, a la edad de 76 años, en Cochabamba. Así termina la vida de quien fue el primero en tomar Boquerón, dejando llano el camino para que otros continúen con su defensa. El sólo hecho de haber sido una persona de altos valores y de haber marchado a la guerra, honestamente convencido de que era su deber y movido por su amor a la patria, lo hace un verdadero héroe.
Pero hay un misterio poderoso y extraordinario, que nos mantendrá eternamente atados a su fascinación: una carta, la última. Se la entregó a mi abuelita Ofelia, alguien que estuvo con él en sus últimos momentos. La carta es una sucesión de grafías totalmente ilegibles, escritas por una mano moribunda y sin fuerzas. Mi abuelito quiso decir algo a su familia con tanto apremio que sin poder sostener debidamente el lápiz, escribió… escribió e incluso firmó. Nunca sabremos qué fue lo que quiso decirnos…
Nota: Los datos y citas textuales que no tienen referencia bibliográfica corresponden a recortes en los que mi abuelita Ofelia no se ocupó de colocar fechas ni fuentes, porque su interés de guardarlos no fue con propósitos históricos sino más bien sentimentales. Doy fe de que todos fueron fielmente copiados del original. (Por: Rosario Moyano Aguirre)

Alegoría paraguaya al triunfo de Boquerón

Continúa: Detalles de la "Batalla de Boquerón" - 2da Parte - El Tcnl Manuel Marzana