Pero la matriz de todos estos cambios ha tenido origen, sin duda, en los profundos cambios económicos, sociales, políticos e institucionales sufridos por Rusia durante los últimos treinta años, muy difíciles de avizorar con certeza desde muchos puntos del planeta, incluidas las orillas del Río de la Plata.
Antecedentes
Mirada a la distancia, todavía se recorta en el imaginario colectivo la imagen de aquella poderosa Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), donde catorce repúblicas rodeaban a la Federación Rusa bajo el manto de una ideología comunista. Un Estado omnímodo, manejado desde el Kremlin, era dueño de todos los medios de producción, de comunicación, de propaganda, de represión y de defensa. Cubría una superficie euroasiática inmensa, de 22 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a la sexta parte de las tierras continentales del mundo.
La ideología marxista-leninista impregnaba todas las actividades económicas, sociales, culturales, científicas y militares de un conjunto multi-étnico manejado con mano de hierro mediante una planificación centralizada donde nada quedaba librado al azar.
Terminada la 2daGM o la Gran Guerra Patriótica (como la llaman los rusos), se abrieron paso dos caminos, dos ideologías, dos modelos, dentro del conjunto de todas las naciones: un modelo comunista, y un modelo capitalista, rivales entre sí
Tan rivales, que el 4 de abril de 1949, en Washington, varios países crearon la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para contrarrestar el crecimiento militar de la Unión Soviética. Esta, a su vez, y con los mismos fines, junto los países de su órbita de influencia, como Alemania Oriental, Polonia, o Checoslovaquia, firmaron, en 1955, el Pacto de Varsovia.
Ambas alianzas determinaron dos zonas de influencia geográfica, claramente separadas por la llamada Cortina de Hierro y fueron las protagonistas excluyentes de la Guerra Fría, cuya primera etapa duró 45 años desde aquel 9 de mayo de 1945, fecha del armisticio que terminaba con la 2daGM
Durante casi medio siglo, la competencia entre ambos bloques abarcó todos los aspectos de la actividad humana, desde la carrera armamentista, hasta la económica, la cultural, la científica, la conquista del espacio y la supremacía nuclear.
Desarrollo
- Antes de 1945, la historia de Rusia había recorrido varias etapas, incluida la Revolución del 25 de octubre de 1917 (fecha del calendario juliano en Rusia) 7 de Noviembre para el calendario gregoriano, vigente en la Argentina.
La famosa Revolución del Proletariado liderada por Vladimir Lenin siguiendo las teorías marxistas, fue el fin del Imperio casi milenario de los zares, la primera revolución comunista del mundo, y el intento de implantar el ateísmo como ideología oficial del Estado, por aquella definición de Marx: “la religión es el opio de los pueblos”
Karl Marx y Friedrich Engels (con quien compartiría una estrecha colaboración intelectual y política) se centraron en lo que denominaron “socialismo científico”, basado en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las teorías que conducirían a su superación, de hecho, sería la fuerza de la revolución, la forma de acabar con la civilización burguesa.
Concretamente, fue en 1848, a petición de una liga revolucionaria clandestina integrada por emigrantes alemanes, cuando los dos autores plasmaron tales ideas en el “Manifiesto Comunista”. En el Manifiesto expusieron la nueva concepción del mundo, la dialéctica como la más completa doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y el papel revolucionario del proletariado como creador de la sociedad comunista, este libro sentó las bases del comunismo. Partiendo de que sólo el trabajo humano produce valor, Karl Marx señaló la explotación del trabajador, patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista. Denunciaba con ello la esencia injusta e ilegítima del sistema económico capitalista. Sin embargo, para Marx, el capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, lo que daría paso al socialismo y a su máximo objetivo: la emancipación global del hombre, al abolir la propiedad privada de los medios de producción. Algo que era, según él, la principal causa de la alienación de los trabajadores.
El legado de Karl Marx ha sido enormemente importante para el pensamiento económico y gran parte de sus principios siguen en continuo estudio e investigación. Sus ideas englobadas dentro del ideario conocido como marxismo, han sentado la teoría de la filosofía económica comunista (Fuente: economipedia.com)
De todas maneras, el marxismo-leninismo también fue adoptado por otros países de la Tierra, como China, Vietnam, Camboya, Angola, Corea del Norte, entre otros. Entre ellos, el más importante para Latinoamérica es la isla de Cuba, donde una revolución contra el dictador Batista, encabezada en 1959 por Fidel Castro, desembocó en la adopción de un sistema político marxista a la rusa, vigente hasta hoy, desde hace mas de 63 años
- Década de los `90, la Unión Soviética fue disuelta, el 8 de diciembre de 1991, con las firmas de Boris Yeltsin por la Federación Rusa; Leonid Kravchuk por Ucrania; y Stanislav Shushkévich por Bielorrusia, luego de un doloroso proceso de completo derrumbe económico y humillantes derrotas militares en Afganistán.
Toda la década del 80' en el siglo XX fue una agonía, cuando Mijaíl Gorbachov intentó por todos los medios, a través de la “glasnost” (transparencia) y la llamada ”perestroika, de impedir el inexorable colapso
Le siguió un espíritu profundamente revisionista sobre los errores del pasado soviético, encabezado por Boris Yeltsin, quien no ahorró adjetivos a la hora de echar culpas, desde el momento en que asumió, en solitario, la presidencia de la Federación Rusa, desde 1991 hasta el 30 de diciembre de 1999
Sin embargo, el acercamiento a Occidente, con el que se dio carpetazo a la Guerra Fría, supuso que Gorbachov y su Perestroika fuesen ensalzados por las potencias occidentales, donde le llamaban cariñosamente “Gorbi”. En buena parte de Occidente, Gorbachov y su Perestroika pasarán a la historia como los artífices de que se acabase con el “Telón de Acero”, a la vez, no pocos lo consideraban un traidor dentro de su país, donde, a día de hoy, su figura y su legado siguen siendo motivo de controversia (Fuente: eldebate.com/historia)
Uno de los pasos más emblemáticos de ese doloroso proceso fue la restauración de la imagen de los zares (la dinastía Romanov) y la condena pura y dura al exterminio del último zar Nicolás II y toda su familia, incluidos el médico y algunos servidores que acompañaban a esa familia mártir, también ultimados, junto a sus patrones, por revolucionarios bolcheviques, en la ciudad de Ekaterimburgo. La familia real fue asesinada el 17 de julio de 1918, y enterrada en la Catedral de San Petersburgo, el 17 de julio de 1998, ochenta años después. Ahora Nicolás II es considerado, por la Iglesia Cristiana Ortodoxa Rusa, como mártir y santo
La implosión
La adopción del sistema capitalista intentado por Boris Yeltsin fue muy traumático, luego de décadas de un sistema colectivista en extremo, y la población rusa pasó por grandes penurias y carencia de bienes. Para ordenar un poco ese caos inicial, amigos de Vladimir Putin lo recomendaron a Yeltsin para que cumpliera ese cometido, lo cual hizo a la perfección. El viejo líder, cansado, renunció el 30 de diciembre de 1999, luego de diez años en el poder donde recogió más sinsabores que aplausos.
Tal vez por aquello de que ”la caridad bien entendida comienza por casa'', de hecho, instaló un “capitalismo de amigotes”, a quienes encumbró en algunas de las grandes empresas y bancos privatizados, a ex-colegas de la KGB (nombre antiguo de la policía secreta rusa) o compañeros de su paso por la carrera de Derecho (Putin es abogado), elegidos todos por sus excluyentes condiciones de buenos administradores.
No cree en la economía de mercado lisa y llana, porque prefiere tener el control personal de todos los temas culturales, militares y especialmente económicos.
Se apoya especialmente en el Patriarca de Moscú Cirilo I, para fomentar dos cosas:
- una, la importancia de los valores religiosos cristiano-ortodoxos rusos;
- la otra, sus permanentes anatemas contra la depravación moral de los países de ideología liberal, con especial énfasis contra los EEUU
Punto de quiebre
En su política exterior, hay un tremendo punto de quiebre: “la anexión mediante las fuerzas armadas en 2014 de la Península de Crimea y del puerto de Sebastopol”.
Para peor, nos guste o no, este despojo a Ucrania de parte de su territorio sobre el Mar Negro, elevó la popularidad de Putin en Rusia hasta más del 90 por ciento de la población. Fueron días de gloria para él y para su patria pero, a expensas de Ucrania y de una gravísima injuria contra el Derecho Público Internacional, mucho más, si se considera proveniente de uno de los cinco miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con Derecho a Veto de sus resoluciones
Tan contentos estaban casi todos los rusos con la anexión de Crimea y Sebastopol, que la Iglesia Cristiana Ortodoxa Rusa levantó en 2020 una nueva Basílica, en honor al Ejército Ruso, cuyos tres altares principales están dedicados a Stalin, Putin y la Península de Crimea
Para la mentalidad rusa, por lo menos (para no entrar en la psiquis de otros pueblos del Cáucaso) muy influida por la Iglesia Cristiana Ortodoxa Rusa, estos desvíos de la normalidad, son directamente satánicos. Hay todo un grupo de oligarcas rusos que incluso despotrican contra Internet porque consideran que envenenan la mente de los adultos y, especialmente, de los jóvenes y los niños (Foto: israelnoticias.com)
Sienten que deben combatir el ingreso a la Unión Europea, porque está compuesta por países donde impera Satán con todos sus acólitos. El nacionalismo profundo sueña con reconstruir la vieja Unión Soviética, representada un poco por Stalin y su tremendo triunfo en la Gran Guerra Patriótica. Si pudieran, también anexarían, como mínimo, los tres países bálticos, una parte de Moldavia y toda Ucrania ¡¡por lo menos para comenzar!!
Pero bueno, ahora se han atizado todos los nacionalismos europeos, yuxtapuestos en la OTAN y las fronteras se alzan como mojones de soberanía y autodeterminación... si Dios quiere!!
En estos momentos, Rusia, utilizando gran parte de su potencial fue derrotada completamente en Kiev y no logró consolidar una parte mínima del Donbás, como para justificar una invasión, en una campaña que el 24 de febrero de 2023 cumplirá un año
Si quisiera proseguir sus operaciones militares, así sea para completar y asegurar su dominio del Donbás, tendría que hacer una nueva leva de soldados y poner en condiciones un importante número de tanques y blindados en general. Esto tiene la contra de que, en las guerras de desgaste, la relación costo/beneficio es bajo, son esencialmente operaciones a pérdida, de hombres, de material, de recursos económicos
Rusia y el socialismo del Siglo XXI
Cuando se analizan todos los cambios experimentados por el marxismo-leninismo en la Federación Rusa, es evidente que esta nación ha hecho un notable esfuerzo, a través de su ideología nacionalista, para digerir lo mejor de su pasado histórico y darle unidad conceptual.
Los zares, Stalin, los cosacos, la Santa Iglesia Rusa, el odio a Occidente, son elementos de su nuevo ideario, por supuesto, la vuelta al zarismo resulta tan imposible como su vuelta al marxismo-leninismo.
Como dijo Putin: “la vuelta al comunismo soviético es imposible” y, hay otra frase que también se le atribuye “Quienes no tienen nostalgia de la Unión Soviética, no tienen corazón. Los que quieren volver a ella, no tienen cerebro”.
Para poder calibrar mejor el divorcio entre Rusia y el Socialismo del Siglo XXI no hay mejor método que comparar la situación de la Rusia de Putin con la Cuba de Raúl Castro “Nada ha cambiado en Cuba, excepto el envejecimiento y el empobrecimiento de la gran mayoría de sus habitantes. La miseria reina por doquier, la falta de esperanzas de un futuro mejor, también. Los únicos que tienen un pasar mejor son aquellos que reciben remesas del exterior, o están encumbrados en la Nomenklatura. Para el resto, agua y ajo, como dice el axioma”
Conclusiones
De todo lo expresado:
- ¿Cuál sería el futuro del marxismo-leninismo latinoamericano? Sus últimos estertores los dio a través de Venezuela, mientras se iba destruyendo el imperio petrolero de PDVESA. Las últimas rupias siempre iban para Cuba
- ¿Qué le pudo exportar Cuba a Venezuela, aparte de un magnífico sistema de represión a los disidentes? Nada, absolutamente nada. Los venezolanos pagaron todo, los médicos cubanos, el sistema de vigilancia social, cierto protagonismo, les construyeron refinerías en Cuba y, ¡¡pare de contar!!
- Lo único que le interesa a la Federación Rusa de los países de Latinoamérica, es su oposición a los Estados Unidos, pero, en un sistema de libertad de mercados, si no hay un sistema jurídico creíble no se podrá soñar con inversiones, por lo menos del lado de Rusia, embarcada en un sistema de sanciones económicas por parte de los treinta países atlantistas y sus aliados, nunca vista con anterioridad y unos gastos militares absolutamente ruinosos.
El nacionalismo ruso y el Patriarcado de Moscú poco pueden aportar a un Socialismo del Siglo XXI que, evidentemente, tendrá que convertirse en otra cosa, por muy popular que parezca en esta parte de América.
Fuente:
- Rodolfo Oscar Enrique Gallo del Castillo (09/07/2022) – laprensa.com.ar
Mas reflexiones
- La salida diplomática se ve muy lejos en el horizonte, y lo mismo se advierte respecto de una resolución militar. Próximos a los once meses de la invasión, quizás estemos viendo solo los inicios de una guerra larga para la que ninguna de las partes estaba preparada, con un final imposible de prever.
Mas reflexiones
- La salida diplomática se ve muy lejos en el horizonte, y lo mismo se advierte respecto de una resolución militar. Próximos a los once meses de la invasión, quizás estemos viendo solo los inicios de una guerra larga para la que ninguna de las partes estaba preparada, con un final imposible de prever.
Vladímir Putin sobreestimó sus propias fuerzas y subestimó a sus enemigos, ya que, por un lado, creyó a pie juntillas en el discurso oficial sobre la superioridad del Ejército de la Federación Rusa y en el efecto de disuasión del arsenal atómico, a la vez que desdeñó al pueblo y al gobierno ucranianos, a la alianza atlántica, a la Unión Europea y a la capacidad de respuesta de las democracias liberales en general. La retórica rusa de centurias, expresada en sus textos de historia, ha sido la de mirar como “pequeños rusos” a los ucranianos, una narrativa histórica y falaz que ha marcado el universo simbólico de muchas generaciones
“Solía gobernar el mundo y sentir el miedo en los ojos de sus enemigos…” y, en muy poco tiempo, precipitadamente, todo eso se desvaneció en el aire de las ilusiones. Pero la intención de retornar a la tentación bélica, de la expansión con ejércitos que sobrepasaban en número “pero no en calidad” a los enemigos, estaba presente en los discursos tanto de los demagogos ultranacionalistas como Vladímir Zhirinovsky (en las elecciones parlamentarias de 1993, llegó a cosechar nada menos que el 23% de los votos, provocando alerta en Europa) así como de los nostálgicos del antiguo régimen stalinista del Partido Comunista.
Hay analistas políticos que insisten en tener en cuenta la necesidad de que los rusos se sientan en un entorno seguro frente a sus vecinos europeos. Ya se ha vuelto una rutina (dolorosa, trágica y mortal) que cada semana las ciudades de Ucrania sean bombardeadas desde territorio ruso, o bien con drones de fabricación iraní. La ofensiva rusa, utilizando a los mercenarios del Grupo Wagner para tomar el control de Bajmut y Soledar, es una nueva escalada de la guerra tras meses en los que la contraofensiva ucraniana logró recuperar territorio, como la región de Jarkiv y la ciudad de Jersón.
El incremento de las ofensivas, del número de soldados reclutados y de la fabricación de armamentos, tiene una respuesta correlativa desde la alianza atlántica, que ahora envió un escuadrón de tanques del tipo Challenger 2 (a los que podrían sumarse algunos Leopard de fabricación alemana), además de misiles de alta precisión como los HIMARS y de entrenamiento brindado a los soldados ucranianos
El gobierno de Zelensky inició desde hace días una búsqueda de “saboteadores rusos” en las calles de la capital. Serían parte del comando del oligarca ruso Yevgeny Prigozhin, quien conduce a los feroces y entrenados mercenarios. Los agentes están esperando la orden del Kremlin para atacar, y su lista de 23 objetivos incluye también a todo el gabinete, al alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, y a su hermano Wladimir, ambos ex campeones de boxeo que se han convertido en figuras icónicas en la primera línea de defensa de la capital ucraniana.
Las empresas militares privadas, como el Grupo Wagner, se han convertido en los últimos años en una herramienta vital con la que Rusia expande su influencia en el mundo al tiempo que defiende sus intereses. Actualmente, hay presencia de mercenarios rusos en al menos 30 países de cuatro continentes, lo que demuestra la expansión de este fenómeno que tuvo en el conflicto de Ucrania en 2014 su primer ensayo.
Aunque las empresas de mercenarios son técnicamente ilegales según la Constitución rusa, lo cierto es que se han convertido en un componente clave de la estrategia de “guerra híbrida” que viene llevando a cabo Moscú y ofrecen al jefe de estado ruso, Vladimir Putin, un medio con el que “ejecutar sus objetivos políticos y hacer avanzar los intereses de seguridad nacional rusos en todo el mundo”, de acuerdo a un informe el Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) (Fuente: infobae.com)
Vladímir Putin quiere y necesita recuperar la iniciativa no solo para ganar esta guerra, sino también para la supervivencia de su propio régimen, ya que un conflicto prolongado comienza a ser visto como una derrota o, por lo menos, con un costo humano y material muchísimo más alto que el previsto en febrero de 2022.
Putin se va convirtiendo en un paria a nivel internacional, rechazado y agredido en muchos foros del Planeta
Fuente:
- Ricardo López Gottig – infobae.com (17/01/2023)
Vladímir Putin quiere y necesita recuperar la iniciativa no solo para ganar esta guerra, sino también para la supervivencia de su propio régimen, ya que un conflicto prolongado comienza a ser visto como una derrota o, por lo menos, con un costo humano y material muchísimo más alto que el previsto en febrero de 2022.
ResponderEliminarPutin se va convirtiendo en un paria a nivel internacional, rechazado y agredido en muchos foros del Planeta.
Todo lo expresado es una realidad y continúa, a pesar de las acciones de la OTAN, la ONU, la UE, y más!! que esperamos, rezar y que más? es tiempo que se encuentren otras vías para terminar con un conflicto que el próximo 24 de febrero de 2023 cumplirá un año!! impensable cuando inició pero es cierto, como también el sufrimiento del pueblo ucraniano y también del pueblo ruso (el que marcha a primera línea).
Cordialmente
José María