He aquí, algo más sobre la historia…
San Martín con el uniforme de Coronel de Granaderos (Fuente: Wikipedia) |
Antecedentes
El despacho de Teniente Coronel de Caballería, y Comandante del Escuadrón de Granaderos a Caballo próximo a organizarse, otorgado por el Gobierno Superior de las Provincias Unidas del Río de la Plata a José de San Martín, dado en Buenos Aires el 16 de marzo de 1812, decía: “El Gobierno Superior Provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata a nombre del Señor D. Fernando VII. Atendiendo a los méritos y servicios de Dn José de San Martin y a sus relevantes conocimientos militares, ha venido en conferirle el empleo efectivo de Teniente Coronel de Caballería con sueldo de tal desde esta fecha y Comandante del Escuadrón de Granaderos a Caballo que ha de organizarse.- Concediéndole las gracias, exenciones y prerrogativas, que por este título le corresponden. Por tanto manda y ordena, se le haya tenga y reconozca por tal Teniente Coronel de Caballería para lo que le hizo expedir el presente despacho, firmado por el mismo gobierno, refrendado por su secretario, y sellado con el sello de las armas reales, del cual se tomará razón en el Tribunal de Cuentas y en las Cajas del Estado.
Dado en Buenos Aires a diez y seis días de marzo de mil ochocientos doce.
Feliciano Antonio Chiclana, Manuel de Sarratea, Bernardino Rivadavia, Nicolás de Herrera”.
Uniforme y armamento del Granadero en 1812 (Fuente: Wikipedia) |
El mismo 16 de marzo de 1812 fue constituido el Regimiento de Granaderos a Caballo con el 1er Escuadrón. Fue el entonces Teniente Coronel José de San Martín quién organizó, educó, disciplinó y condujo al mencionado regimiento.
Dice Bartolomé Mitre; “El primer escuadrón de granaderos a caballo fue la escuela rudimental en que se educó una generación de héroes. En este molde se basó un nuevo tipo de soldado animado de un nuevo espíritu, como hizo Cromwell en la revolución de Inglaterra, empezando por un regimiento para crear el tipo de un ejército y nervio de una situación. Bajo una disciplina austera que no anonadaba la energía individual y más bien la retemplaba, San Martín formó soldado por soldado, oficial por oficial, apasionándolos con el deber, y les inoculó ese fanatismo frío del coraje, que se considera invencible y es el secreto de vencer. Los medios sencillos y originales de que se valió para alcanzar este resultado, muestran que sabía gobernar con igual pulso y maestría espadas y voluntades”.
En este 1er Escuadrón de Granaderos, estaba el santiagueño Ramón Saavedra, quién, como muchos otros, llegaron desde todos los rincones de la Patria para integrar la unidades militares que realizarían las campañas a fin de lograr su independencia.
Camino a la gloria
Desde la sitiada ciudad de Montevideo, el último baluarte español en el Río de la Plata, los realistas disponían una amplia supremacía naval que era usada, entre otras operaciones, para aprovisionarse de suficientes víveres en nuestro litoral para la población y por supuesto para las fuerzas que soportaban el largo sitio de la ciudad. Entonces, era necesario dar fin a esas incursiones que tropas realistas realizaban a lo largo de la costa del Paraná impunemente y, si bien se encargaban de incautar víveres y olfatear dónde se escondían los caudales, no habría que descartar que los españoles buscaban un punto del litoral donde hacerse fuertes e iniciar una ofensiva sobre Buenos Aires
Croquis de la zona de operaciones del Regimiento de Granaderos a Caballo (Fuente: Wikipedia)
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Para proteger las costas occidentales del Paraná desde Zárate hacia el Norte, se comisionó al Tcnl San Martín y a su flamante unidad, el Regimiento de Granaderos a Caballo, porque hasta ese momento las riberas eran custodiadas por milicias, sin instrucción, mal armados y sin organización militar adecuada
Según señala el Gral Miller en sus memorias: "Este oficial (San Martín) fue el primero que levantó y organizó un regimiento de caballería, arreglado al sistema europeo, compuesto de cuatro escuadrones, y al cual dio el nombre de granaderos a caballo. Hasta esa época la importancia de la caballería disciplinada, instruida y maniobrará, así como el modo de emplearla, era casi desconocido en las provincias del Río de la Plata".Se transformaría en una unidad de élite y la piedra basal del profesionalismo en el ejército, era un calco de la caballería napoleónica, que San Martín había enfrentado en la península. Los granaderos eran sometidos a un duro entrenamiento, donde se forjaban su carácter y disciplina. Estaba regido por un férreo código de honor, escrito por el propio San Martín.
El 29 de enero de 1813 San Martín llegó con su unidad a Santos Lugares y tuvo su primer inconveniente: el maestro de postas no había recibido la orden de dejar lista la caballada, lo que supuso el primer retraso en la marcha. A partir de San Nicolás, donde las tropas patriotas alcanzaron el río Paraná, San Martín decidió marchar solo de noche, para evitar ser visto por los españoles, había dejado de lado su uniforme y lucía un chambergo de paja americana para pasar lo más desapercibido posible. El portaestandarte Pacheco fue el que seguía más de cerca los movimientos de los barcos españoles y reportó a San Martín que en la madrugada del sábado 30 de enero habían echado ancla en San Lorenzo.
Un destacamento español había desembarcado y se dirigió al convento de San Carlos Borromeo en busca de carne fresca. Previsores, los frailes habían alejado al ganado y los españoles debieron contentarse con algunas gallinas y melones, hasta los propios curas habían partido quedando el padre guardián, fray Pedro García.
De pronto, irrumpió Emeterio Celedonio Escalada, a cargo de la comandancia militar del Rosario, que al ver al contingente español lo atacó con 20 hombres de infantería y 30 de caballería e hizo tronar el pequeño cañón que llevaban, sin lograr la dispersión de los españoles pero, al contrario, el fuego de la artillería de los barcos frenó a Escalada.En la noche del 31 un paraguayo (3), prisionero en la flota española, que logró fugarse, dio datos más concretos: aseguró que la tropa realista era de 350 hombres y que lo que pretendían era registrar el convento, ya que pensaban que allí se guardaban los caudales de la localidad.
En San Lorenzo
San Martín llegó a San Lorenzo el 2 de febrero por la noche y Escalada le proveyó de caballos frescos, existentes en la posta del lugar. Allí se encontró con un personaje que estaba de viaje rumbo al Paraguay: el inglés Guillermo Parish Robertson, a quien había conocido en las tertulias en la casa de su suegro, Antonio Escalada. Junto a su hermano John, se dedicaban al comercio en el Río de la Plata hasta que en la época de Juan Manuel de Rosas emprendieron el regreso a Gran Bretaña. Como se presumía que Guillermo apoyaba a la Logia Lautaro, entonces ¿estaba, en realidad, de viaje o había sido enviado por la Logia por algún motivo especial? El encuentro con el inglés fue amistoso y acordaron encontrarse más tarde para festejar con vino añejo la victoria.
Campanario del convento San Carlos de Borromeo, lugar desde el cual San Martín observaba el desplazamiento de las fuerzas realistas (Fuente. Wikipedia) |
Los granaderos ingresaron por la puerta trasera al convento y tenían prohibido hacer fuego o hablar en voz alta. San Martín subió a la torre de la iglesia y ahí mismo diseñó el plan de batalla. En el amanecer del 3, los granaderos ocupaban los patios ubicados del lado opuesto al río Paraná; a las 05:00 horas, 250 españoles desembarcaron al mando del Capitán de artillería urbana Antonio de Zabala, sin sospechar nada, pero prudentes y precavidos, como todo soldado profesional, marchaban en doble columna, a paso redoblado, con bandera desplegada en dirección al convento.
San Martín, mientras observaba, expresó: "En dos minutos estaremos sobre ellos, sable en mano". Ordenó a sus granaderos montar, que no disparasen un solo tiro y que usasen sables y lanzas; "Espero que tanto los Señores Oficiales como los Granaderos, se portarán con una conducta tal cual merece la opinión del Regimiento".
En la “Historia del Regimiento de Granaderos a Caballo”, de Camilo Anschütz, relata que; San Martín dividió su fuerza en dos escuadrones, de 60 hombres cada uno; el 1er escuadrón, a su cargo, donde revistaba el granadero Ramón Saavedra, atacaría de frente mientras que el 2do escuadrón, a cargo del Capitán Justo Germán Bermúdez, daría un pequeño rodeo y atacaría el flanco izquierdo realista para cortarles la retirada
Cuando los españoles vieron la carga de San Martín, se formaron en martillo, y efectuaron una cerrada descarga de fusilería y metralla, según señala Bartolomé Mitre en su “Historia de San Martín”; el caballo bayo de cola cortada al garrón de San Martín recibió una bala en su pecho y se desplomó aprisionando con su cuerpo muerto la pierna derecha del Teniente Coronel impidiendo que pudiese incorporarse por propios medios, junto a él estaba su cuñado, el portaestandarte Manuel Escalada, a quién le gritó; “Reúna usted al Regimiento y vayan a morir", un soldado español, al verlo inmóvil, le lanzó un golpe de sable a la cabeza que el jefe de granaderos alcanzó a esquivar, a pesar de que le provocó un corte en su mejilla izquierda. Otro español arremetió con su bayoneta, pero el puntano Juan Bautista Baigorria lo mató de un lanzazo, mientras el correntino Juan Bautista Cabral lograba, con mucho esfuerzo, sacar a San Martín pero otro español lo clavó con su bayoneta provocándole una herida mortal.
Ese momento de indecisión de los granaderos, al ver a su líder caído, fue desbaratado por el Capitán Bermúdez, que había hecho un rodeo demasiado largo y que recién llegaba a la acción y al grito de "viva la patria", junto al Teniente Manuel Díaz Vélez, cargaron sobre los realistas quebrando su formación y obligándolos a retirarse en forma desorganizada persiguiéndolos hasta la barranca misma del río
Mientras, en acciones que continuaba en combates cuerpo a cuerpo, el Teniente Hipólito Bouchard mataba al abanderado español y capturaba la bandera, causando desánimo entre las tropas enemigas. Entre las notas que resaltan el heroísmo y la voluntad de vencer se destaca el cura Julián Navarro, capellán accidental del Regimiento, que San Martín había incorporado, se movía en el fragor del combate dando la extremaunción, entre ellos a Ramón Saavedra, y alentando a los granaderos en la búsqueda del triunfo patriota
En la persecución de los realistas hacia el río, el Capitán Bermudez fue alcanzado por la metralla enemiga que le destrozó la rótula quedando fuera de combate, en tanto Diaz Vélez, con todo su ímpetu que arrastraba a los realistas, con su caballo cayó por la barranca y recibió descargas de fusilería y golpes por parte de los españoles que lo tomaron prisionero, el único en el combate, con una profunda herida en la cabeza y varias en todo el cuerpo. Fue canjeado al día siguiente y moriría el 20 de mayo en la ciudad de Buenos Aires a causa de las heridas recibidas en el combate.
Pintura, al igual que la anterior, sobre el mismo momento (Fuente: es.wikipedia.org) |
A las 06:00 horas la acción en San Lorenzo había finalizado, el combate en sí había durado 15 minutos y el resultado fue la victoria de las armas patriotas; los españoles tuvieron 40 muertos, 13 heridos y 14 prisioneros, mientras que los patriotas 14 muertos (1) ver lista de los caídos), 27 heridos y un prisionero. San Martín tenía una herida en la mejilla y una dislocación del brazo, los heridos fueron llevados al convento, donde recibieron las primeras curaciones en un lugar acondicionado a tal efecto, en ese lugar moriría Cabral y donde trabajó intensamente el cirujano Francisco Cosme Argerich enviado desde Buenos Aires.En el parte de la victoria (2), San Martín destacó: "Los ataqué de derecha a izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por los fuegos de los buques pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los Granaderos cargaron sobre ellos sable en mano" y también expresa; "Seguramente el valor y la intrepidez de mis granaderos hubiera terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas que ellos no desamparan, no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar, sin temor, que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores"
Después del combate
Al día siguiente de la batalla, el jefe español Zabala, herido en una pierna, se acercó al convento, fue invitado a desayunar, deseaba conocer a aquella tropa que se había batido con semejante coraje y disciplina.
El 5 de febrero, los realistas cambian el rumbo y se marchan río abajo. En este día, pasadas las 12:00 horas, la noticia del éxito llegó a Buenos Aires, donde se la celebra con una salva de artillería y repique de campanas, a la vez, el gobierno dispuso mil pesos a distribuirse entre los vencedores. El día 6, San Martín redacta un segundo parte, mucho más circunstanciado, y comunica que, aunque considera que el enemigo no podrá repetir sus invasiones, destaca una vanguardia para que los vigile, en tanto que el resto de sus tropas emprenderá el regreso. No lo hará sin antes visitar a los heridos y despedirse de los conventuales, metropolitanos todos, a los que manifiesta afecto y agradecimiento.
El Capitán Bermúdez fue uno de los heridos que, por su gravedad, no había sido llevado a Buenos Aires, le habían amputado la pierna. Este uruguayo de 29 años se sentía culpable por no haber podido cumplir con la orden de atacar al mismo tiempo.
Bermúdez había participado del sitio de Montevideo, entre 1810 y 1811, había sido hecho prisionero y, una vez en libertad, por recomendación del Gral Rondeau, fue incorporado como Tte 1º de la primera compañía de Granaderos y falleció el 14 de febrero. La historia oficial dice que fue a consecuencias de sus heridas; la versión que dejaron correr los frailes del convento fue que se arrancó el vendaje para morir desangrado, por la vergüenza sufrida. El 27 de febrero, San Martín solicitó una pensión para su viuda, Dominga Rosas, "que ha quedado desamparada con una criatura de pecho, como también para la familia del granadero Juan Bautista Cabral". El resto de las familias de los muertos también recibieron una pensión. Los granaderos fallecidos fueron enterrados en una fosa común, en el huerto del convento, más tarde, los frailes construirían un cementerio, donde serían llevadas las cenizas.
Convento de San Carlos en la actualidad (Fuente:es.wikipedia.org) |
El cuartel de Granaderos estaba ubicado donde hoy está la Plaza San Martín, su jefe hizo colocar, sobre la puerta de entrada, un tablero con la siguiente inscripción: "Al Soldado Juan Bautista Cabral. Murió en la acción de San Lorenzo el 3 de febrero de 1813. Sus compañeros le tributan esta memoria". También, se atribuye, al propio San Martín, en una carta enviada a la Asamblea que, en sus últimos minutos, Cabral habría dicho "muero contento, mi general, hemos batido al enemigo".
Todas las tardes, en la lista mayor, el sargento primero encargado del primer Escuadrón, al pasar lista llama "Juan Bautista Cabral"! y el sargento más antiguo contesta: "Murió en el campo del honor, pero existe en nuestros corazones. ¡Viva la Patria, Granaderos!", tradición que continúa hasta nuestros días
Monumento en bronce que recuerda al Sargento Cabral auxiliando a su jefe atrapado por su caballo muerto y el soldado español que le provocara las heridas mortales (Fuente: Wikipedia) |
- Los españoles dejaron de realizar incursiones desde Montevideo a través del río, lo que significó un debilitamiento progresivo de los realistas y permitió desalojar, más adelante, a los españoles del actual Uruguay
- Produjo un ambiente de seguridad a todos los pobladores de las provincias cercanas que sufrían constantemente el asedio, decomiso de ganado y dinero por parte de las tropas españolas
- Permitió la fluidez comercial con Paraguay, que, era una fuente importante de víveres y comercio para la época
- Representó el impulso definitivo de toda una gran campaña de independencia en el sur del continente americano
- Luego del triunfo en San Lorenzo, el Regimiento comenzó a tener mayor prestigio, mejor preparación, nuevos recursos y, sobre todo, el ánimo y la moral capaces de formar hombres valientes que posteriormente sirvieron para armar los Ejércitos del "Norte" y de los "Andes", que sostuvieron a punta de espada, cañón y coraje el nacimiento de una nueva Nación en el concierto de los pueblos libres.
Años después, en su correspondencia con Miller, al referirse a la caballería, el Libertador tendrá muy presente a los granaderos y a este combate al decir: “Hasta la época de la formación de este cuerpo, se ignoraba en las Provincias Unidas la importancia de esta arma, y el verdadero modo de emplearla, pues generalmente se la hacía formar en línea con la infantería para utilizar sus fuegos. La acción de San Lorenzo demostró la utilidad del arma blanca en la caballería, tanto más ventajosa en América cuanto que lo general de sus hombres pueden reputarse como los primeros jinetes del mundo”
El Gral San Martín en el exilio en Francia, tiempo de su correspondencia con su antiguo Ayudante de Campo el Gral Miller (Fuente: Wikipedia) |
Reflexión final
El granadero Ramón Saavedra, oriundo de Santiago del Estero, fue uno de los artífices del triunfo patriota en San Lorenzo, como integrante de los 125 granaderos que tomaron parte de la acción junto a sus oficiales, entre ellos, el Coronel José de San Martín, llamado a ser, por los valores morales que lo adornan, sus sacrificios y esfuerzos en la conducción de las fuerzas a su mando para lograr la independencia de las Provincias Unidas del Río de La Plata, Chile y Perú, el “Padre de la Patria”.
Ramón Saavedra, la entrega de su vida en servicio de la incipiente Nación Argentina es merecimiento para que su nombre sea enaltecido por todas las generaciones de santiagueños, como homenaje a su figura de soldado y el permanente recuerdo en la gesta expresada.
Fuentes
Enciclopedia de Historia
Adrián Pignatelli “El combate de San Lorenzo, 15 minutos que quedaron en la historia”
Wikipedia, enciclopedia libre
Agustín Pérez Pardella “El Libertador Cabalga”
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Referencias:
(1) Lista de los caídos en el Combate de San Lorenzo – 3 de febrero de 1813
Durante muchos años se cometieron errores (ortográficos y de filiación) con los nombres y apellidos de los muertos en el combate, tratando de que las filiaciones sean las más exactas posibles, pero existen dudas al día de hoy, será compromiso de los historiadores ahondar en las investigaciones para esclarecerlos. Una de estas dudas trata sobre el lugar de nacimiento del granadero Blas Vargas, natural de La Rioja para unos y para otros de Santiago del Estero.
Primera Compañía del Primer Escuadrón
JANUARIO LUNA, hijo de Crespín y de Mónica Amaya, natural del Partido de Guzmán, San Luis. Estado civil soltero.
JUAN BAUTISTA CABRAL, hijo de Francisco y de Carmen Robledo, natural de Saladas, Corrientes. Estado civil soltero
BASILIO BUSTOS, hijo del Granadero Lorenzo y de Luisa Rodríguez, natural de San Luis, partido de Renca. Estado civil soltero
FELICIANO SILVA, hijo de Francisco Antonio y de Florenciana Navarro, natural de Corrientes. Estado civil soltero
Segunda Compañía del Primer Escuadrón
RAMÓN SAAVEDRA, hijo de José Lorenzo y de María Juana Díaz, natural de Santiago del Estero. Estado civil casado
BLAS VARGAS, hijo de Martín y María de los Santos, natural de La Rioja. Estado civil soltero
Primera Compañía del Segundo Escuadrón
Cabo RAMÓN ANADÓN, hijo de Ramón y de Francisca Sosa y Cabral, natural de Montevideo. Estado civil soltero
JOSÉ MÁRQUEZ, hijo de Agustín y de Juana Méndez, natural de Tulumba, Córdoba. Estado civil soltero
Segunda Compañía del Segundo Escuadrón
Sargento DOMINGO POURTAU, hijo de Bernardo y de Catalina Gazave, natural de Labarthe-Riviere, Saint Godens, Altos Pirineos, Francia. Estado civil soltero
JOSÉ MANUEL DÍAZ, hijo de Juan Antonio y de María Barroso, natural de Córdoba. Estado civil soltero
JULIÁN ALZOGARAY, hijo de Vicente y de Josefa Coria, natural de la Villa de San Martín, Quillota, Chile. Estado civil soltero
DOMINGO SORIANO GUREL, hijo de Juan Gil y de Justa Herrera, natural de la ciudad de La Rioja. Estado civil soltero
JUAN MATEO GELVES, hijo de Luis y Francisca Vielma, natural de la Cañada de Escobar, Buenos Aires. Estado civil soltero
Segunda Compañía del Tercer Escuadrón
JOSÉ GREGORIO FRANCO FREDES, hijo de Eduardo y de María Liberata Fredes, natural de San Luis, partido de Renca. Estado civil soltero
Oficiales
Capitán JUSTO GERMÁN BERMÚDEZ, hijo de José Andrés y de Juana García, natural de Montevideo, Uruguay, fallece, a causa de sus heridas, el 14 de febrero de 1813 en San Lorenzo. Estado civil casado.
Teniente MANUEL JOSÉ DÍAZ VÉLEZ, hijo de Francisco y María Petrona Aráoz, natural de Buenos Aires. En esta ciudad fallece, a causa de sus heridas, el 20 de mayo de 1813. Estado civil casado.
En total: 16 muertos; 2 oficiales, 2 suboficiales (un Sargento y un Cabo) y 12 soldados granaderos
Fuente: "Soldados de San Martín en San Lorenzo" de Colimodio, Roberto A. y Romay, Julio A. (2012) Alfar Editora.
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(2) Parte del combate de San Lorenzo; suscrito por el Coronel José de San Martín al superior gobierno:
Exmo Señor.
Tengo el honor de decir a V.E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de San Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por los fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V.E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D Hipólito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Vélez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo.
El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V.E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores.
Dios guarde a V.E. muchos años.
San Lorenzo febrero 3 de 1813.
Coronel José de San Martín
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(3) el paraguayo mencionado fue un botero de nombre José Félix Bogado, que había conseguido huir de las naves españolas, joven, de fuerte contextura y mirada noble. San Martín lo quiso escuchar personalmente; “créame señor, dijo Bogado, que ellos son más de 300, porque eso es lo que oí a bordo, aunque para mí son muchos más porque ellos nunca dicen la verdad sobre sus fuerzas...créame señor, los realistas no tardarán en pisar tierra”. Cuando terminó de hablar solicitó ser admitido entre los uniformados para pelear contra los españoles y se produjo el siguiente dialogo entre San Martín y el paraguayo:
-¿cómo se llama usted?
-Félix Bogado, señor
- Muy bien Bogado, por lo que ha dicho, por lo que hizo y por lo que sé que será capaz de hacer, no tardará usted en ser merecedor de pertenecer a nuestro cuerpo.
No sólo que formó parte de los granaderos sino que alcanzó el grado de Coronel, con todos los ascensos logrados por los méritos en combate y, con el cargo de Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo en julio de 1826, regresó a Buenos Aires con los últimos granaderos sobrevivientes de la campaña libertadora.
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El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V.E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores.
Dios guarde a V.E. muchos años.
San Lorenzo febrero 3 de 1813.
Coronel José de San Martín
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(3) el paraguayo mencionado fue un botero de nombre José Félix Bogado, que había conseguido huir de las naves españolas, joven, de fuerte contextura y mirada noble. San Martín lo quiso escuchar personalmente; “créame señor, dijo Bogado, que ellos son más de 300, porque eso es lo que oí a bordo, aunque para mí son muchos más porque ellos nunca dicen la verdad sobre sus fuerzas...créame señor, los realistas no tardarán en pisar tierra”. Cuando terminó de hablar solicitó ser admitido entre los uniformados para pelear contra los españoles y se produjo el siguiente dialogo entre San Martín y el paraguayo:
-¿cómo se llama usted?
-Félix Bogado, señor
- Muy bien Bogado, por lo que ha dicho, por lo que hizo y por lo que sé que será capaz de hacer, no tardará usted en ser merecedor de pertenecer a nuestro cuerpo.
Coronel de Granaderos José Félix Bogado, de apasionante trayectoria en la historia del Regimiento de Granaderos a Caballo y de su fidelidad al Gral San Martín (Fuente: es.wikipedia.org)
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Estimados amigos del blog. El presente artículo desarrolla brevemente, la historia de un granadero del Regimiento de Granaderos a Caballo en el año 1812 y la participación de este cuerpo de caballería al mando del Cnl San Martín en el combate de San Lorenzo. No está dentro de los contenidos propuestos por el blog, pero lo hice para enviarlo, como aporte, a la Biblioteca Popular “Jorge W. Abalos” en su página de internet ADN del barrio Autonomía en Santiago del Estero, donde nací hace 66 años y como un tributo al granadero Saavedra, también santiagueño, que participó y murió en ese combate. Hecho de armas de poca magnitud pero de consecuencias trascendentes para la emancipación de nuestra Patria. Cordialmente
ResponderEliminarJosé María