12.9.16

La Guerra del Chaco IV (1932/1935) - 2da Parte - Agosto/Diciembre 1934

Año 1934 -2da Parte

Situación General del Conflicto

I. Situación en el área diplomática                                                                                         Ver: ANEXO 6º - 1ra Parte - La actividad diplomática en la Guerra del Chaco (1932/1935) - Cronología de los antecedentes y actividad diplomática desde el 15 de Junio 1932 al 31 de Diciembre de 1934

II. Situación de las operaciones en el frente - Agosto 1934

Teatro de Operaciones zona Ballivián-El Carmen (Rojo: fuerzas bolivianas - Azul: fuerzas paraguayas) (Fuente: Wikipedia)
Sobre la nueva estrategia presentada por el Presidente Salamanca ...debido a la demora en la ejecución, el 16 de junio de 1934, Salamanca reclamó al general Peñaranda: “Su cifrado 60 me lleva a insistir a ese comando en el proyecto de preparar la campaña en el norte para salir al río Paraguay. […] Nuestra presencia en el río Paraguay sería un golpe mortal para el enemigo y la victoria para nosotros. Juzgo que lo más práctico sería preparar ya una campaña o un golpe de sorpresa sobre Bahía Negra. Como solo la estación seca es aprovechable conviene no perder tiempo." (Cifrado de Salamanca al Grl Peñaranda)
El cifrado mencionado arriba surge de la nueva estrategia que deseaba imponer el presidente Salamanca que consideraba que existían condiciones para una acción diplomática y que se podían fijar los límites sobre las líneas alcanzadas por ambos ejércitos. Previamente, y para compensar los malos resultados de la guerra, pensó que se podía ocupar una zona en el alto río Paraguay (sector norte), sin presencia paraguaya, para un futuro puerto hacia el Atlántico. Salamanca suponía que esto no afectaría en nada al Paraguay ni a las negociaciones diplomáticas y para Bolivia justificaría, en el frente interno, la guerra y su resultado. A tal efecto comenzó a formar el 3ºCE al mando del Grl Lanza pese a la oposición del alto mando que consideraba este plan, propuesto por el Grl Osorio en agosto de 1932, como una distracción de recursos.
En cuanto al sector sur, desde el mes de julio de 1934 resultó evidente para la mayoría de los comandantes bolivianos, salvo el Cnl David Toro, que sostener el fortín Ballivián, concentrando allí el grueso del ejército, era una pésima decisión estratégica pues impedía que se pudieran emprender acciones ofensivas en otros sectores aprovechando la superioridad en hombres y materiales que el ejército boliviano tenía sobre el ejército paraguayo. El presidente Salamanca temía, políticamente, el abandono de Ballivián, símbolo de la presencia boliviana en el Chaco, pero también reconocía que ese fortín era un lastre estratégico desde el punto de vista militar.

Ante la situación planteada por Bolivia, surge la resolución del Grl Estigarribia ...y este es el momento épico de la estrategia del Comandante en campaña, pues mediante pacientes movimientos y gran serenidad de espíritu se colocaba en el fiel de la balanza para poder ser más fuerte en el sitio y momentos precisos […] para poder contrarrestar […] la nueva iniciativa y la superioridad numérica del contrincante que él había tenido el talento de diluir en el gigantesco escenario de las operaciones. Esta consideración surge cuando fue informado de que el nuevo Cuerpo de Ejército boliviano tenía como objetivo el alto río Paraguay (gracias al accionar del servicio secreto e informaciones de elementos argentinos), lo que podía afectar a Puerto Casado desde donde se abastecía todo su ejército, en consecuencia, ordenó la inmediata exploración aérea de todo ese sector y el 31 de julio adelantó su puesto comando al fortín Camacho, primer síntoma de que pensaba modificar el teatro principal de operaciones llevándolo a la zona más desértica del Chaco.
- También el Grl Estigarribía opinaba, desde junio de 1934, que los bolivianos abandonarían en cualquier momento el fortín Ballivián (base clave del ejército boliviano en el sur del Chaco por la magnitud de las tropas y los abastecimientos que poseía) y cada día que pasaba se alegraba de que no lo hicieran permitiéndole tener algún grado de libertad de acción para ejercer presión al enemigo en otro sector, hasta tanto cuente con los recursos para tomar el poderoso sistema defensivo instalado en Ballivián.
  

Avance relámpago hacia Carandaitý
Avance del 2ºCE paraguayo a órdenes del Cnl Rafael Franco en azul (Fuente: Wikipedia)
Movimientos a partir del 13 de Agosto y hasta el 08 de Septiembre de 1934
El Cnl Franco, al mando del 2ºCE recibió la misión de ocupar el fortín 27 de Noviembre y aislar logísticamente al fortín Ingavi, punto de partida del futuro avance boliviano hacia el alto río Paraguay. El día 13 de agosto de 1934 salió de Garrapatal y dos días después capturó el fortín Picuiba (o Paucarpata) tomando 450 prisioneros,15 camiones y un lote importante de armas (morteros, ametralladoras pesadas y fusiles ametralladores) y gran cantidad de munición al costo de muy pocas bajas y heridos. Continuando su avance, en los días 17 y 18 capturan los fortines de Loma Vistosa, Yrendagué y Villazón y el día 19 se apoderó del fortín 27 de Noviembre (en cuyas cercanías veremos desarrollarse en 1935 la contraofensiva boliviana del Parapetí) dando por terminada su misión luego de avanzar 120 km. en solo cinco días.
Dándose cuenta de que había sorprendido al comando boliviano, el Grl Estigarribia permitió que la fuerza motorizada del Cnl Franco girara hacia el oeste rumbo a Carandaitý, teniendo ahora como objetivo el río Parapetí y la zona petrolífera boliviana.
A gran velocidad y riesgo, el día 20, el 14ºRI “Cerro Corá”, después de recorrer 100 km desde el fortín 27 de Noviembre ocupó el cruce de Huirapitindí (en cuyas cercanías veremos desarrollarse en 1935 la contraofensiva boliviana del Parapetí) a 45 km del río Parapetí y por su parte, más al sur y en forma paralela, la 6ºDiv avanzó 160 km en 13 días, a través de un desierto con colinas de arena y malezales, dejando en la retaguardia su propia artillería y a fuerzas enemigas en retirada.


El 22 de agosto aniquiló en Algodonal (ver detalle de la batalla) a un destacamento boliviano al mando del Tte Hugo René Pol lo que produjo muchas bajas bolivianas y la captura de un depósito de armas sin usar (fusiles ametralladores Brno aún encajonados), también ocuparon Ybamirante.
- Este récord de un avance con acción táctica sucesiva [...] resulta [en el] movimiento de la 6º División paraguaya [un] precedente de las divisiones “panzer” del Grl Heinz Guderian en la 2da GM, especialmente por la escasez de agua en el trayecto. Del militar e historiador boliviano Antezana Villagrán

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La Primera batalla de Algodonal, se produjo el 21/22 de agosto de 1934 y formó parte de la ofensiva relámpago (“blitzkrieg”) emprendida por el 2ºCE al mando del Cnl Rafael Franco, rumbo a Carandaitý.
Preliminares de la batalla

Coronel Rafael de la Cruz Franco Ojeda
Las fuerzas paraguayas del 2ºCE, que habían capturado Picuiba el 14/15 de agosto, avanzaron hacia el oeste con gran rapidez recorriendo 70 kilómetros en casi seis días, pese a que había que patrullar y asegurar previamente una zona desértica con arena blanda y montes sucios que facilitaba las emboscadas. El día 21 llegaron a Algodonal y este lugar, no era ni un fortín (había una sola construcción de barro con techo de paja) ni una posición favorable para instalar una defensa, de hecho, a esa fecha no tenía ninguna y tampoco tenía agua. Era solo un punto intermedio en el camino de Picuiba a Carandaitý, distante 70 kilómetros al oeste del primero y a 50 kilómetros al este del segundo, por el que había que pasar necesariamente. Las fuerzas bolivianas que ocupaban el lugar estaban constituidas por un batallón de lo que quedaba del 18ºRI “Montes”, dos escuadrones del RC “Castrillo” y fuerzas que habían escapado de Picuiba al mando del Tte Hugo René Pol, lo que hacía un total de 600 hombres al mando del My (alemán) Wilhelm Brandt. Ante el posible avance de fuerzas enemigas desde Yrendagüé, el destacamento recibió, al anochecer del día 21, el refuerzo de un batallón de zapadores y nuevos reclutas con lo que se duplicó sus fuerzas a 1216 soldados. No podían imaginar que toda una división enemiga pudiera avanzar tan rápidamente por el desierto y que ya estaban siendo observados por las patrullas adelantadas de la misma.

La batalla 
El comando paraguayo, sin conocer la incorporación de estas nuevas fuerzas, planeó un envolvimiento cortando la ruta que va de Algodonal a Carandaitý mientras el resto tomaba silenciosamente posiciones de ataque sobre el fortín. Al día 22, mientras esperaban esa orden, que se daría una vez tomada la retaguardia boliviana, los soldados paraguayos observaron en el cañadón a unos 200 reclutas bolivianos que hacían instrucción militar sin sospechar del peligro que corrían. El My Brandt salió en ese momento de Algodonal rumbo a Carandaitý para solicitar más recursos y a pocos kilómetros se encontró con el Grl Julio Sanjinéz que venía a inspeccionar el lugar. Mientras conversaban en el camino comenzó el sorpresivo ataque paraguayo por lo que se pudieron salvar de caer prisioneros.
“El ataque comenzó con un fuego intenso de ametralladoras y morteros que aniquiló en pocos minutos a todos los reclutas que estaban indefensos en el cañadon. La aviación boliviana detectó el movimiento paraguayo en la retaguardia avisando al comando y este lo comunicó al Tte Pol, que había quedado como comandante interino del fortín. Inmediatamente este oficial eligió a 200 veteranos para romper el cerco hacia el oeste y retirarse hacia Carandaitý, pero este grupo también fue diezmado en pocos minutos debido a la desproporción de fuerzas enemigas por lo que el Tte Pol reunió al resto, unos 500 hombres, y escapó al monte con dirección sur, con la idea de hacer un rodeo y volver más adelante al camino Algodonal-Carandaitý. De estos hombres muchos volvieron para rendirse, otros murieron de sed y agotamiento, porque cada vez que el Tte Pol salía al camino se encontraba con que las fuerzas paraguayas ya habían pasado por el lugar en su rápido avance hacia Carandaitý. Sin posibilidad de salvarse, días después se entregó con 68 sobrevivientes”.
En Algodonal se capturó un parque importante, incluso armas nuevas sin sacar de los cajones.

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Consecuencias del avance “relámpago” del 2ºCE paraguayo.
El 27 de agosto de 1934, la 6taDI llegó a 5 km de Carandaitý, a más de 50 km al N de Villa Montes, se encontraban pisando por primera vez las estribaciones de la cordillera de los Andes y llegando a los límites del Chaco, fueron ocupados los fortines de Ysiporendá y Puesto Burro y el día 30 de agosto hicieron lo mismo con el Fn Florida, así llegaron a la retaguardia de todo el ejército boliviano en campaña y en este punto tuvo que detenerse por;
1) la acción defensiva de los bolivianos “a pesar de estas acciones, las tropas paraguayas fiscalizan las comunicaciones lo que impide al adversario coordinar una acción entre las tropas de Villa Montes y Ballivián; 2) por el agotamiento de los soldados y problemas logísticos, en especial la carencia de agua, la que debía traerse desde Garrapatal (a 250 km de distancia al sureste), lo que la falta de este vital elemento fue una constante preocupación para el Cnl Franco que entre otras medidas, dispuso perforar pozos en distintos puntos, pero su posición pronto se volvió insostenible.

Le esperaba una acción de retardo en un vasto desierto completamente desprovisto de agua y con tropas que venían combatiendo incesantemente desde hacía más de un mes.

Carandaití: pertrechos de guerra abandonados por los bolivianos. El personal en la fotografía se encuentra evaluando la recuperación de los efectos para ser utilizados por las fuerzas paraguayas. (Fuente: Wikipedia)

El presidente Salamanca, alarmado por estas acciones, viajó con urgencia al Chaco para tratar de solucionar este inesperado y vertiginoso avance paraguayo y en la sede del comando del ejército boliviano en Samayhuate se realizó una importante reunión donde estuvieron presentes varios ministros y todos los altos jefes del ejército - Peñaranda, Toro, Sanjinéz, Bilbao y Rivera- en la cual algunos propusieron “tramitar la paz en cualquier condición” e incluso la capitulación - y se acordó conformar el llamado Cuerpo de Caballería, integrado por los mejores regimientos bolivianos y que por razones políticas se confió el mando al Cnl David Toro, como así también y muy importante, de conocer la real situación de las fuerzas paraguayas tras las acciones realizadas.
Ante esta resolución del adversario, el Grl Estigarribia cambió la misión estratégica del Cnl Franco, quién ahora debía retirarse lentamente hacia Picuiba, para ir alejando progresivamente a esta poderosa fuerza boliviana de las operaciones que se estaban planeando en Cañada El Carmen, zona central del dispositivo boliviano.
Así, el Cnl Toro se enfrentaría al oficial más hábil e impredecible del ejército paraguayo, el Cnl Rafael Franco, el mismo que, por propia iniciativa, había cerrado la ruta de escape de dos divisiones bolivianas en Campo Vía.


La distribución estratégica del ejército boliviano en el Chaco, cuya masa principal seguía estando en el fortín Ballivián, se modificó lentamente por el traslado de fuerzas hacia el noreste para formar el Cuerpo de Caballería del Cnl Toro y el nuevo Cuerpo de Ejército al mando del Cnl Bilbao Rioja en la zona del Parapetí: “Era un conjunto de 20.000 hombres de magnífica tropa y dotada de gran potencia de fuego: vale añadir, la flor y nata del ejército”.
Se comenzó a cumplir así lo que había planeado el Grl Estigarribia con la maniobra del Cnl Franco hacia Carandaitý: “que la zona central (Cañada El Carmen) se debilitara posibilitando la fractura en dos del ejército boliviano y el aislamiento de las fuerzas ubicadas en el fortín Ballivián, en el extremo sur”.


Las operaciones desde Septiembre a Noviembre de 1934 
Desde principios de septiembre de 1934, el Cuerpo de Caballería comenzó la persecución de las dos divisiones del 2ºCE del Cnl Franco. Según el Cnl Toro, una vez destruida esa gran unidad, se estaría “en situación de copar el grueso del ejército paraguayo que operaba contra Ballivián - Villa Montes al oeste, aislarlo de sus principales bases y obligarlo, por lo menos, a una desordenada retirada hacia el sudeste”, sin embargo, el avance boliviano por el desierto, en pleno verano, contra un enemigo que, según el plan del Grl Estigarribia, se debía dejar “mordisquear” y huir, iba estirando su línea de aprovisionamiento, debilitando su seguridad y agotando física y moralmente a los soldados.
Los oficiales paraguayos eran conscientes de que sus soldados eran excelentes en la ofensiva pero que no se adaptaban tan fácilmente a las maniobras de permanente retirada, por lo que deberían ejercer una conducción férrea y disciplinada.
“[...] para nosotros el desierto no tiene secretos, hemos aprendido a conocerlo bien. [...] nuestras armas son la capacidad de sufrir, el movimiento continuo y la astucia. La diferencia es que la guerra en el desierto es la gloria de la táctica y el infierno de la logística. Hay que contar con que todo está muy lejos y la retaguardia es inalcanzable”.


Cerco en Puesto Burro 
Al iniciar las operaciones en septiembre de 1934, el Cnl Toro dispuso la ejecución, a través de órdenes muy detalladas, de un amplio cerco lineal de 50 km de radio, en una zona de montes muy densos y difíciles de atravesar, esta acción de doble envolvimiento debían unirse en Puesto Burro, en la retaguardia de la 6ºDiv paraguaya, al mando del Tcnl Paulino Antola.
Esta maniobra adoleció de diversas deficiencias tácticas: la amplitud del cerco; la desigual dosificación de las fuerzas envolventes donde el “brazo norte”, que era el más fuerte, debía recorrer la mayor distancia; y la apreciación “despectiva” que tenía el Cnl Toro sobre la capacidad física y de maniobra que tenían las escasas fuerzas paraguayas
El día 5 de septiembre, Toro ordenó a sus hombres que cercaran a la 6ºDiv, lo que se hizo recién el día 8. “Sin ningún rastro de modestia en su personalidad, el día 9, el Cnl Toro anunció que su victoria le hacía recordar el triunfo del ejército alemán en Tannenberg, en la Primera Guerra Mundial. Pero precisamente ese día, mientras se auto-felicitaba por el triunfo, los paraguayos de la 6ºDiv arruinaron la celebración escapando silenciosamente por una brecha”.
La aviación boliviana lanzó panfletos instando a los paraguayos a rendirse cuando estos ya se habían escurrido del cerco por lo que el Cnl Toro acusó a esta por la falta de cooperación y su poca capacidad para detectar, desde el aire, el movimiento y la ubicación del enemigo

El día 10, el My Ichazo informó al Cnl Ángel Rodríguez, del Estado Mayor General, que el cerco había fracasado, este aprovechó para advertirle que las fuerzas bolivianas, teniendo en cuenta los problemas logísticos que planteaba el desierto, no deberían ir más allá de Algodonal y solo con pequeñas fuerzas mientras que el grueso debería concentrarse en Santa Fe, sobre el río Parapetí y desde allí emprender una acción ofensiva contra el fortín 27 de Noviembre; a lo cual el Cnl Toro rechazó de mala manera estas sugerencias porque lo dejaban en un papel secundario: “Pensamos con Ichazo que sus medidas para futuras operaciones son prematuras. No encontramos explicación enorme acumulación fuerzas en el norte, ya que con las que tengo, reforzadas tal vez con [el regimiento] Ingavi, podemos tomar La Faye, operación rápida pues efectivo total enemigo [que] opera [en] este sector es solo 2461 hombres.” (Mensaje del Cnl Toro al Cnl Rodríguez)

Los siguientes tres meses de combates para llegar a La Faye mostraron la certera visión estratégica del Cnl Rodríguez de no caer en la trampa diseñada por el Grl Estigarribia en el sector de El Carmen, que ni el Grl Peñaranda ni el Cnl Toro tuvieron en cuenta.
El presidente Salamanca, el día 17 de septiembre de 1934, hizo un resumen crítico de todas estas acciones: “Con angustia veo que el enemigo nos empuja rápidamente y que luego nos detiene donde quiere. De un golpe nos lleva a Carandaitý y ahora nos ataja en Algodonal y 27 de Noviembre. Lo peor es que nos cierra el paso a [al fortín] Ingavi, desbaratando los proyectos tardíamente acogidos por ese comando”. (Mensaje del presidente Salamanca al Grl Peñaranda)


Cerco en Algodonal-La Rosa
El día 22 de septiembre nuevamente el Cnl Toro rodeó a la 6ºDiv en Algodonal, maniobra que consideró como “la operación mejor ejecutada” de toda la campaña, pero este rodeo lineal también fue imperfecto porque:
a) El ala sur, por donde era de esperar que el enemigo intentara escapar, era el más débil.
b) No existió coordinación en tiempo y lugar entre ambas alas.
c) No se fijó un punto de encuentro de las mismas.

El Cnl Franco dispuso, como método de seguridad, rodear exteriormente sus fuerzas con “gran cantidad de retenes compuestos por 3 o 4 hombres diseminados en el desierto, unidos por picadas de enlace que eran recorridas por un soldado 2 o 3 veces por día, conformando una tenue y sensible telaraña que le permitía descubrir con anticipación el movimiento del enemigo sin que este se diera cuenta de que había sido detectado”. El Tcnl Paulino Antola, antes de que las fuerzas bolivianas consoliden sus posiciones, concentró todas sus fuerzas en un punto; el 1ºRC “Valois Rivarola” rompió las líneas del 3ºRC “Chuquisaca” y abrió el cerco a toda la división hacia La Rosa de donde también logró zafarse sin problemas. El ejército boliviano realizó estas maniobras de envolvimiento y búsqueda con mucho sacrificio y bajas.

Tensión en los mandos bolivianos: ante esta situación, al día siguiente se realizó una nueva reunión con la presencia del presidente y vice-presidente Salamanca y Tejada Sorzano con los Grl(s) Peñaranda y Rivera, entre otros del Estado Mayor y, como si las relaciones entre Salamanca y los mandos militares necesitaran ser peores, éste tenía en las manos una carta del Cnl Toro en la que reclamaba que su “victoria” de Algodonal no había tenido suficiente cobertura en la prensa. “Manifestaba que 7000 bolivianos habían vencido a 8000 paraguayos que, sin poder escapar a través de ninguna brecha, se vieron obligados a un ataque masivo para salir del cerco por arriba de los cuerpos de los defensores bolivianos”, el Cnl Toro parecía pasar por alto que pese a las dificultades del enemigo para escapar esto no lo transformaba en una victoria, incluso duplicaba el tamaño de las fuerzas paraguayas encerradas y subestimaba las propias fuerzas.

En el mando paraguayo; para prever un ataque desde la zona de Ravelo, al norte, el Grl Estigarribia ordenó al Cnl Franco la captura del fortín Ingavi, para lo cual envió un batallón de 150 hombres apoyados por 5 camiones que estaban estacionados en la laguna Pitiantuta desde julio de 1932. Esa unidad, luego de una marcha de 220 kilómetros a través de un monte impenetrable, capturó el fortín el 5 de octubre de 1934.

Continuación de las operaciones (Noviembre de 1934) - Cerco en Yrendagüé  
El 9 de noviembre, el Cnl Toro, con tres divisiones - 1ºDC y 2ºDC – Cpo Caballería - y la 7ºDiv (al mando del Cnl Ayoroa) y los Regimientos “Chorolque” y “Montes” de la 3ºDiv que había tomado “prestados” del 2ºCE (por lo que el Cnl Rodríguez le advirtió que no podía apoderarse de las unidades de este cuerpo al mando del Cnl Bilbao Rioja que pasaban por Carandaitý rumbo a Santa Fé), pero como siempre el Cnl Toro amenazó con hacer responsable al Comando Superior si se perdía esta "situación tan favorable", logró cercar en Yrendagüé a la 6ºDiv y a la DRG (División de Reserva General) a órdenes del Cnl Franco. Este fortín se volvió importante luego de que el equipo paraguayo de excavación de pozos encontrara allí, por primera vez en el Chaco, una napa con abundante agua dulce, este descubrimiento se hizo el 27 de octubre, trece días antes de que las fuerzas bolivianas comenzaran el cerco de ese fortín.
Equipo paraguayo de excavación de pozos de agua en Yrendagué (Fuente: Portal Guaraní)

El Cnl Toro esperaba lograr una gran victoria “que lo llevaría políticamente a la presidencia de Bolivia”, para lo cual invitó a los Grl(s) Peñaranda y Rivera y a los ministros Alvéstegui y Sanjinez a su puesto de mando para presenciar el curso de la batalla, “pero una vez más el lento aferramiento boliviano permitió que las fuerzas paraguayas tuvieran plena libertad para agruparse. El 11 de noviembre de 1934, el Cnl Franco concentró todas sus fuerzas sobre el RI “Cochabamba”, rompió el cerco y se retiró hacia Picuiba”.
El historiador boliviano Luis F. Guachalla definió como “torista” a estas maniobras del Cnl Toro, que se caracterizaron por ser: “Rodeos lineales con reducido radio y con una fuerza equivalente en ambas alas de maniobra, la cual anulaba en la práctica la eficacia de un centro de gravedad (...). El Comando paraguayo, conocedor de esta modalidad estereotipada, disponía siempre, con acierto y oportunidad, lo que procedía hacer para burlar estos ganchos destinados a cerrarse detrás de sus efectivos, vale decir: escurría sus tropas por el espacio todavía abierto, o rompía la línea cercadora necesariamente débil, o accionaba enérgicamente contra una de las dos alas del rodeo impidiendo o retrasando el cumplimiento de su cometido”.
El Cnl Toro atribuyó el fracaso en Yrendagué al Cnl Ayoroa e indirectamente a su eterno rival, el Cnl Bilbao Rioja, por no haberlo ayudado con sus fuerzas y se burló además de la captura del fortín 27 de Noviembre realizada por este último: “No faltó la nota teatral en esta memorable jornada. Las fuerzas del 2ºCE que avanzaron sobre este fortín, anunciaron por orden del comando [Bilbao Rioja] que habían cercado a un regimiento enemigo. El parte dirigido a los ministros Alvéstegui y Sanjinés fue prontamente rectificado. Se trataba solo de un batallón enemigo, resultando luego que no había ni una sombra dentro del cerco, acabando los cercadores por hacerse fuego entre ellos”.
Continuación del avance boliviano; mientras la 1º y 2ºDiv enfrentaban a los paraguayos en la zona de Picuiba primero y en La Faye después, la 7ºDiv boliviana maniobraba en una amplia zona sobre su flanco derecho. El Cnl Toro no se movió de Carandaitý por lo que ahora su puesto de mando estaba a más de 160 kilómetros de la primera línea, en una zona mucho más benigna en comparación al infernal desierto donde luchaban todas las fuerzas bajo su mando.
- Situación del Cuerpo de Caballería boliviano; a fines de noviembre de 1934, los 12.000 soldados de este cuerpo, con gran cantidad de artillería y armas automáticas, estaban agotados. Habían peleado sin respiro desde los primeros días de septiembre, enfrentando a un enemigo que se detenía, se dejaba rodear y luego escapaba, bajo un calor abrasador, con una sola cantimplora de agua por día, y no era razonable esperar que pudieran continuar así indefinidamente. Su sistema logístico acusaba un progresivo deterioro en cantidad de camiones utilizables y combustible disponible que afectaba la moral del combatiente por la escasez permanente de víveres y agua.
- Situación del 2ºCE paraguayo; esta fuerza quedó reducida a unos 3.500 soldados debido que la 8ºDiv fue trasladada secretamente, a fines de octubre, para reforzar al 1ºCE en la zona de El Carmen, al suroeste, a los fines de ser utilizada en una importante maniobra de aniquilamiento de una división enemiga. Toda esta operación de distracción a cargo del 2ºCE que consistió en atraer a las fuerzas del Cnl Toro al desierto se realizó con gran esfuerzo.
En oportunidad de la acción boliviana sobre Yrendagüé, el Cnl Franco transmitió su preocupación al Grl Estigarribia pidiendo refuerzos porque el enemigo estaba rodeando, esta vez, a todas sus fuerzas. “No se preocupe Franco, dentro del cerco usted lo tiene a Antola”, lo tranquilizó el Grl Estigarribia, aludiendo al Tcnl Antola de la 6ºDiv que ya había escapado varias veces de los cercos bolivianos. [El Cnl Franco recordará posteriormente en sus Memorias que su mayor problema era la excesiva confianza que el Grl Estigarribia tenía en la capacidad del comando, oficiales y soldados del 2ºCE], bien merecido por cierto.


A fines de noviembre, las fuerzas paraguayas tuvieron que abandonar el fortín Picuíba a donde habían retrocedido, así, lo que el Cnl Franco logró en 16 días (de Picuíba a Carandaitý), el Cnl Toro lo revirtió en agotadores y costosos tres meses de lucha (septiembre a fines de noviembre de 1934). [Años después de terminada la guerra, el Cnl Toro escribió en su libro que “esas acciones constituyeron las páginas más brillantes de nuestra historia”. En 1944, el Cnl Ángel Rodríguez criticó estos comentarios del Cnl Toro diciendo “que si él se había adjudicado como una “victoria” la retirada de Conchitas con más razón los paraguayos debían adjudicarse como victorias las retiradas de Carandaitý, Algodonal, La Rosa, etc., donde además de burlar las tenazas se llevaron prisioneros y armamentos bolivianos”.]

Batalla de El Carmen

Antecedentes  

Por el lado boliviano; el presidente Salamanca, como si intuyera lo que iba a suceder, intentó hacer algunos cambios en el comando del ejército, como ser, que en el cargo de jefe del estado mayor, el Cnl Bilbao Rioja reemplazara al Cnl Rivera. El Grl Peñaranda y el Cnl Toro se opusieron, el primero porque prefería que su pariente siguiera en ese cargo y el segundo porque temía que Bilbao Rioja lo opacara totalmente. Poco después Salamanca acordó con el Grl Peñaranda que el Tcnl Moscoso reemplazaría al Cnl Ángel Rodríguez en el cargo de jefe de operaciones militares pero Moscoso terminó haciéndose cargo del Cuerpo de Reserva cuyas dos divisiones, bien equipadas y con 10.000 hombres operaban en la zona de El Carmen.

Por el lado paraguayo; el 1 de octubre de 1934, Estigarribia recibió una carta del presidente Ayala donde este le manifestaba la imposibilidad económica de enviarle los 500 camiones que había solicitado con prioridad absoluta. Ante esto Estigarribia solicitó una reunión urgente con el presidente, que se llevó a cabo el 6 de octubre en Camacho. "No tengo mucha fe en el éxito" comentó Ayala luego de escuchar las consideraciones tácticas y estratégicas sobre la operación que se estaba planeando sobre cañada El Carmen. Estigarribia contestó: "En este caso [...] no se debería perder tiempo esperando mejores perspectivas sino por el contrario actuar pronto y decididamente porque nosotros no podemos movernos [por la falta de camiones] pero tampoco podemos quedar donde estamos. La defensiva no nos conviene"
[El presidente Ayala finalmente aprobó la maniobra planeada por Estigarribia aunque sin estar totalmente convencido del éxito].
El día 10 de noviembre, mientras el Cnl Toro intentaba cercar a las fuerzas del Cnl Franco en Yrendagüé, el Grl Estigarribia inició la maniobra militar mejor ejecutada en todo el conflicto del Chaco


Preliminares de la batalla: A principios de noviembre de 1934, la disposición estratégica de las fuerzas bolivianas en el teatro de operaciones chaqueño había llegado al punto deseado por el Grl Estigarribia desde mediados de agosto cuando había ordenado el avance del 2ºCE del Cnl Rafael Franco hacia el sector Picuiba-27 de Noviembre, al noreste, y que luego éste lo transformó en una especie de “guerra relámpago” y “de distracción” hacia el oeste, rumbo a Carandaitý.
La situación era la siguiente:
1) En el sector sur: importantes fuerzas bolivianas seguían estacionadas pasivamente en Ballivián y sus alrededores. En ese fortín estaban inmovilizados 18.000 soldados, 20 cañones, 200 camiones, 600 ametralladoras pesadas, 5 millones de proyectiles de fusil y 5.000 granadas de cañón y mortero.
2) En el sector noreste: el Cuerpo de Caballería al mando del Cnl Toro y las fuerzas del Cnl Bilbao Rioja, con un total de 20.000 hombres, seguían persiguiendo incansablemente por el desierto al 2ºCE del Cnl Franco en dirección a Yrendagüé-Picuiba-27 de Noviembre lo que los iba alejando cada vez más hacia el este.
3) En el sector central: las defensas bolivianas se habían debilitado en el sector Cañada El Carmen como consecuencia del traslado de fuerzas hacia el sector Yrendagüé-Picuiba. En esta zona operaba el nuevo Cuerpo de Reserva al mando del recién nombrado Cnl Oscar Moscoso, siendo su jefe de Estado Mayor el Tcnl Alfredo Peñaranda Esprella. Esta fuerza estaba integrada por la 1ºDiv Res al mando del Cnl Zacarías Murillo, con 5.000 hombres distribuidos en 3 regimientos,1escuadrón divisionario y un grupo de artillería y la 2ºDiv Res al mando del Cnl Walter Méndez, con unos 3000 hombres, que había sido trasladada desde Ballivián (antes de constituir el Cuerpo de Reserva, estas dos divisiones conformaban el Orden de Batalla del Ejército como 10º y 9º divisiones – al integrar el mencionado cuerpo cambiaron esa denominación). La misión original de estas dos divisiones era amenazar por el oeste el ala izquierda del 2ºCE del Cnl Franco.


Ante esta situación estratégica, el Grl Estigarribia decidió, como se lo había expresado al presidente Ayala, librar tres batallas:
- la 1ra, De ruptura por el centro, el sector más débil, y dividir en dos al ejército boliviano. Logrado esto, librar dos batallas separadas contra cada núcleo: la 2da, De persecución contra las fuerzas que abandonarían Ballivián al sur y la 3ra, De aniquilamiento contra las fuerzas del Cnl Toro que habían sido atraídas al desierto de Picuiba-La Faye al noreste.
Para compensar la falta de recursos, una misma división se desplazaría hacia el suroeste para participar en la primera y volvería al noreste para librar la tercera batalla.


Sector Sur – Zona Pilcomayo – Ruptura y cerco por parte del 1ºCE y 8ºDiv – Persecución por parte del 3ºCE paraguayos – líneas azules
- En el sector del 3ºCE paraguayo, los bolivianos movieron algunas fuerzas y lanzaron permanentes acciones de patrullaje y hostigamiento que eran correspondidas de igual manera por el enemigo. Era evidente que el comando boliviano trataba de fijar la mayor cantidad de fuerzas paraguayas en la zona sur, frente a Ballivián.
- En el sector del 1ºCE paraguayo (1º y 2ºDiv), los bolivianos se replegaron lentamente a sus posiciones principales delante de El Carmen para evitar todo posible envolvimiento. La 8ºDiv que se desprendió del 2ºCE paraguayo para esta maniobra, mantuvo permanente contacto con el enemigo mientras avanzaba desde el noreste hacia El Carmen buscando posicionarse sobre el ala izquierda boliviana y tomar contacto con la 1ºDiv.
Estas acciones puramente locales acortaron el frente y permitieron al comando paraguayo deducir cual iba a ser el comportamiento del enemigo en el sector central.


Antes de iniciar la primera fase, el Grl Estigarribia ordenó al Cnl Carlos Fernández, comandante del 1ºCE, que emprendiera un cuidadoso trabajo de exploración desde su ala izquierda sobre la retaguardia de la 1ºDiv Res boliviana ubicada frente al fortín El Carmen y también, colocó la 8º Div al mando del Cnl Eugenio Garay para reforzar esta operación de ruptura en el centro. Esta división se ubicó en el sector norte de El Carmen y también recibió la orden de enviar patrullas de largo alcance hacia la retaguardia de las fuerzas del Cnl Murillo (1ºDiv Res) siguiendo el flanco norte de la misma donde existía un brecha sin control de unos 60 kilómetros.
El Cnl Fernández se encargó personalmente del envío de una importante patrulla por el lado sur de El Carmen; pidió a la 2ºDiv los mejores tres oficiales exploradores para integrar esa expedición y uno de ellos, el Tte Res Gerónimo Vidal, fue elegido como responsable de la misma. Esta patrulla lejana debía infiltrarse entre la 1ºDiv Res boliviana y las fuerzas del fortín Ballivián que habían extendido sus defensas hacia el norte pero que no habían logrado unirse al Cnl Murillo dejando una brecha sin control de unos 25 km. El principal problema que tenía esta operación en la retaguardia boliviana era el agua que debía consumir la patrulla en su larga marcha por el monte dado que no podía recibir ningún apoyo logístico una vez abandonada su base. La solución fue disminuir las armas y municiones de los soldados para que cargaran la mayor cantidad de agua posible. Además de descubrir un camino de penetración libre de defensores y relevar las líneas de abastecimiento de agua del enemigo, el Cnl Fernández agregó una orden más estricta: eludir todo contacto.
Después de cinco días de incursión, el 4 de noviembre, la patrulla Vidal, totalmente agotada por la marcha de penetración profunda, esquive de enemigos y posterior retorno, volvió a su base de partida y muy cerca de ella colapsaron por la fatiga gran parte de sus componentes, entre ellos el Tte Vidal, los que fueron posteriormente rescatados.
El entusiasmo del Cnl Fernández por este primer resultado fue enorme pero el Grl Estigarribia siguió preocupado por los resultados de las otras dos pequeñas patrullas de exploración, también lejanas, que había enviado el Cnl Garay por la brecha norte y que tuvieron más problemas que la de Vidal. Una de ellas no pudo evitar el intercambio de disparos aislados con algunos soldados bolivianos y la otra chocó inesperadamente con una fuerte unidad enemiga y en su rápida huida perdió un soldado en el monte. Pese al informe favorable de esta patrulla sobre la posibilidad de infiltrar una división, el Grl Estigarribia no quiso lanzar el ataque hasta saber a ciencia cierta si el soldado desaparecido estaba muerto o en poder de los bolivianos ya que en este último caso la operación perdería el factor sorpresa, clave fundamental para lograr el éxito.
El día 6 de noviembre el soldado perdido volvió a su unidad y el día 7 la otra patrulla, al mando del Tte Escobar, retornó también a su base informando que había llegado hasta el camino "V", en la retaguardia enemiga.
Al mismo tiempo se tomaron otras medidas, la suspensión de los permisos, aumento de la censura sobre la correspondencia y se comenzaron a enviar partes falsos al fortín Ingavi para hacer creer que se estaban concentrando en ese lugar importantes fuerzas. El Grl Estigarribia ordenó al Cnl Fernández que la 8º y la 2ºDiv se prepararan para infiltrarse por ambos flancos de la división del Cnl Murillo estimando que los bolivianos no habían descubierto su plan. Se suponía que el enemigo contaría con unos 6.000 efectivos y que la sorpresiva aparición en su retaguardia de una fuerza de 4.500 hombres, que cortaría sus líneas de abastecimiento y retirada, le daría una ventaja decisiva.
- El comando paraguayo ignoraba que una nueva división boliviana (2ºDiv Res) proveniente de Ballivián se estaba ubicando detrás de las fuerzas del Cnl Murillo.


[A fines de agosto, cuando se desplazaron tropas hacia Carandaytý para frenar el avance del Cnl Franco, el Cnl Ángel Rodríguez, del estado mayor boliviano, había alertado al presidente Salamanca sobre la peligrosa situación creada en la zona Strongest-El Carmen donde el enemigo podía irrumpir aislando por el norte al fortín Ballivián. Salamanca le preguntó cómo era posible que un ejército de 30.000 hombres pudiera ser rodeados por uno de 20.000 y el Cnl Rodríguez le respondió que con la mitad el enemigo podía ocupar esa zona agregando que el alto mando desconocía la distribución de las fuerzas enemigas por la falencia de sus patrullas en recopilar información al respecto].
Cuando el Cnl Rodríguez fue informado de la débil detección de las dos pequeñas patrullas paraguayas en el sector norte del Cnl Murillo evaluó la posibilidad de una incursión enemiga por esa zona, pero sin embargo, ante la falta de otras noticias y la calma en el sector sur, tuvo sus dudas. De todas maneras, movió a la 2ºDiv Res al mando del Cnl Walter Méndez (alias "el tigre rubio") a la retaguardia de la 1ºDiv Res del Cnl Murillo como reserva táctica de esta.
Asimismo, a pedido del Cnl Moscoso, envió a su adjunto, el My Germán Busch, para que solucionara los problemas logísticos que planteaban estos movimientos de tropas. El Cnl Rodríguez no podía hacer más y consciente de la debilidad del dispositivo boliviano en la zona central solo le quedó la esperanza de que el avance del Cuerpo de Caballería del Cnl Toro desde el noreste (Yrendagüé-Picuiba-La Faye) no permitiera al Grl Estigarribia realizar un ataque importante en el sector central.


La Batalla 
El 10 de noviembre, luego de reordenar las fuerzas cubriendo los claros que produciría el avance y de una ardua preparación logística en la cual el agua jugaba un papel fundamental (había que suministrar 2 litros de agua por día a cada soldado y estos debían llevar dos días de consumo encima), la 1ºDiv al mando del My Joaquín N. Barrios, lanzó un fuerte ataque de aferramiento sobre todo el frente de la 1ºDiv Res boliviana que corría de norte a sur.

Avance por el flanco norte; al mismo tiempo, la 8ºDiv ingresó por el flanco norte a la picada "Escobar" y el día 12, el RI "Batallón 40" de esa división, aniquiló por sorpresa a un pequeño batallón del RI “Ayacucho”. A las 1300 horas de ese día, el Tte Acosta emboscó en una picada apta para el tránsito de camiones al My Celso Camacho, jefe de Estado Mayor del Cnl Murillo, que murió en el ataque y que portaba documentos importantes sobre la disposición de las fuerzas bolivianas y detalles de las picadas abiertas. La misma unidad chocó con fuerzas bolivianas en el km 28/29 que revelaron al comando boliviano que una importante fuerza paraguaya avanzaba por el flanco norte de la 1ºDiv Res siguiendo a las patrullas que ya habían sido detectadas con anterioridad.
Batalla de El Carmen – 16 de noviembre de 1934 – Rojo; fuerzas bolivianas – Azules; paraguayas
Ante esta maniobra el Tcnl Peñaranda Esprella comentó: "la retirada en esas circunstancias era peligrosa para nosotros y para el 1ºCE (ubicado al sur y que defendía el fortín Ballivian) [...] en caso de que el enemigo cortara la picada hacia Cañada Oruro y que para el efecto y en previsión se trabajaba activamente en una nueva picada para salir a ella". Por esa razón, su única esperanza fue poder disponer, lo más rápidamente posible, de la 2ºDiv Res del Cnl Walter Méndez.
Hasta ese momento los bolivianos no habían detectado el avance paraguayo en el sector sur que se había iniciado el día anterior.

Avance por el flanco sur; el domingo 11 de noviembre a las 0830 horas, la 2ºDiv paraguaya, al mando del Tcnl Arístides Rivas Ortellado, comenzó su marcha de infiltración sobre el flanco sur abriéndose paso por el monte a través de la senda bautizada “Vidal” cortando al poco tiempo el primer camino denominado "S". Este oficial debutaba en el mando de una gran unidad y en una misión en la que debía infiltrarse profundamente entre dos grandes fuerzas enemigas hasta alcanzar la retaguardia de una de ellas por lo que no pudo menos que recordar que esa misma unidad había intentado hacer algo similar en la batalla de Strongest donde había quedado aislada.
“El mismo día 11 fui invitado a celebrar copiosamente [sic] el cumpleaños del Cnl Murillo con la acostumbrada serenata de la víspera en la que aparte de la música se hizo nutrido fuego con toda clase de armas que disponía la división”. Edmundo Ariñez Zapata, médico cirujano del 20ºRC (este comentario destaca la situación de ambas fuerzas relacionadas con su preparación para el combate).
El 13 de noviembre, la 2ºDiv descubrió una importante aguada a 6 km al sureste de El Carmen y que era desconocida por ambos contendientes lo que facilitó la logística y ese mismo día capturó por sorpresa el fortín El Carmen ubicado sobre el camino “S”, apoderándose del parque de municiones de la 1ºDiv Res del Cnl Murillo, quién escapó milagrosamente de caer prisionero debido a la aparición de esas fuerzas casi en su puesto de mando, un amplio subterráneo cerca de una hermosa arboleda. Su apresurada huida hacia el este, más cerca del frente, le impidió llevarse sus pertenencias personales y documentación. Esta aparición sorpresiva por el sur fue evaluada por el Estado Mayor boliviano como un intento de distracción del enemigo cuyo objetivo era extraer fuerzas bolivianas de la zona Picuiba - La Faye hacia El Carmen y de esa manera aliviar la situación del 2ºCE paraguayo.
El Cnl Óscar Moscoso ordenó cercar a las fuerzas paraguayas que se habían apoderado de El Carmen sin preocuparse por la presión del brazo norte paraguayo, por ello el día 14 a las 1120 horas, el Cnl Murillo atacó con artillería y morteros desde el este y noreste al 3ºRI "Corrales" paraguayo siendo rechazado con muchas bajas. A la medianoche de ese mismo día, después de haber girado hacia el norte, la 2ºDiv alcanzó el camino “V”, ya en la retaguardia del enemigo, encerrando al 16ºRI "Beni" boliviano que custodiaba esa salida hacia Cañada Oruro.


Se ejecuta el cerco; ubicado en la retaguardia enemiga y ante la extraña ausencia de tropas bolivianas en retirada, el día 15 a las 1055 horas el Tcnl Rivas Ortellado, jefe de la 2ºDiv, preguntó al comando si la 1ºDiv todavía seguía en contacto con las fuerzas del Cnl Murillo. El Grl Estigarribia también pensó que el movimiento (doble envolvimiento) por el sur había llegado demasiado tarde y que el enemigo se había desprendido silenciosamente y había escapado, para lo cual ordenó entonces al Cnl Garay (8º Div) que, a costa de cualquier sacrificio acelerara la marcha para unirse con la 2ºDiv (Ver detalle de las operaciones realizadas por el Regimiento “Batallón 40” de la 8º División).
Su única esperanza residía en que el brazo norte del envolvimiento, que seguía buscando desbordar las líneas defensivas bolivianas, lograra capturar algunas unidades menores que supuestamente se estarían retirando hacia el noroeste. Sin embargo, ese mismo día, a las 1100 horas, recibió mensajes de la 8ºDiv que indicaban lo contrario, que gran cantidad de tropas bolivianas estaban avanzando hacia el este, es decir, hacia la 1ºDiv Res del Cnl Murillo que estaba siendo encerrada, de esta forma se encontrarían dentro de una “bolsa” las dos divisiones bolivianas.


Combates en la “bolsa”; la primera señal favorable se produjo el día 16 cuando un sector de las líneas defensivas bolivianas sobre el camino “S” colapsó por falta de agua y aparecieron los primeros prisioneros, pero la mejor noticia y la más esperada se produjo a las 1150 horas cuando se supo que la 8ºDiv se había enlazado con la 2ºDiv en el camino “V”. La 8ºDiv había recorrido casi 60 km desde su línea de partida: 27,5km por el pique "Escobar"; 3,5 km de la picada "Escobar" a la picada "Murillo"; 22 km para volver a salir sobre la picada "Escobar" y 5,5 km para interceptar el camino "V". Este avance lo hizo combatiendo permanentemente contra fuerzas bolivianas cuya resistencia tendió a decrecer una vez que los regimientos "Corrales" y "2 de Mayo" de la 2ºDiv aparecieron por el sur ocupando el fortín El Carmen y zonas adyacentes.
Ahora sólo había que averiguar qué había quedado dentro de la “bolsa”; "Yo seguía con la impresión de nuestro presunto fracaso, y a las 1915 dirigí al presidente [Ayala] un telegrama, para satisfacer su deseo de que él estuviese al corriente de todas las incidencias de la operación en curso, en cuyo éxito, él no confiaba mayormente. Mi despacho decía así: A pesar de todas las dificultades hoy interceptamos el segundo camino, pero creo será tarde. No debemos contar por ahora con gran parte del éxito esperado. Firmado: Estigarribia". (Mensaje del Grl Estigarribia al presidente Ayala)


Caídos en combate ¿importa su procedencia?
Luego de algunos intentos fallidos de escape realizados por los bolivianos en diferentes sectores, uno de ellos dirigido personalmente por el Cnl Walter Méndez, grande fue la sorpresa del comando paraguayo cuando empezaron a entregarse miles de soldados bolivianos. Lo que había ocurrido era que al comenzar el ataque sobre las fuerzas del Cnl Murillo por el centro y el sur, la 2ºDiv Res del Cnl Walter Méndez acudió en su auxilio sin saber que desde el noroeste la 8ºDiv lo estaba encerrando por la espalda, por lo que eran dos y no una las divisiones que habían sido cercadas. El día 17, patrullas de combate paraguayas ingresaron al cerco para intimar la rendición. A las 1200 horas el 3ºRI paraguayo comunicó que había capturado al Tcnl Ortiz, jefe del 16ºRI “Beni”.
“La apreciación del Cnl Murillo era que la tropa iba a salir del “corralito” pero lo que más le preocupaba era salvar el armamento pesado que era realmente valioso y nuevo. Desgraciadamente no se salvó ni lo uno ni lo otro porque al amanecer del día 16 de noviembre cuando ya se había perdido la disciplina y la individualidad de los regimientos, pues estábamos aglutinados y mezclados unos con otros, el Cnl Murillo dio la orden de atacar la línea paraguaya señalando simplemente con el dedo la dirección en que debía hacerlo cada regimiento con los resultados que eran de esperar (..) yo había sido llamado para atender al Cnl Méndez que había recibido un impacto de bala felizmente sin consecuencias y esto determinó que me quedara en el comando (…) prácticamente desierto porque nuestras desbandadas tropas iban cayendo paulatinamente en poder de los paraguayos (…) al amanecer [día17] nos reunimos y descubrimos que estábamos todos los componentes de este minúsculo despojo de ejército: los coroneles Walter Méndez, Zacarías Murillo, Carlos Peredo, los tenientes Saucedo, Pereira, algunos suboficiales y yo. (…) al rato, una patrulla paraguaya guiada por un suboficial boliviano nos intimó a la rendición (…)”. Edmundo Ariñez Zapata, médico cirujano del 20ºRC boliviano.
Al igual que en el cerco de Campo Vía, un año antes, las dos divisiones del Cuerpo de Reserva boliviano al mando del Cnl Óscar Moscoso, con más de 7000 hombres, acosados por la presión enemiga, el calor y la sed, mezclados y apretujados, ya sin disciplina alguna, comenzaron a rendirse. Se capturó un parque importante de armamentos y equipos.
“El teatro del cerco [...] no podía ser más desolado y triste. Bosques en formación, con arbustos raquíticos [...] con hojas chicas y espinosas [...]. En este panorama triste y hostil estaban agrupados los cercados. Reinaba la desesperación. Todos tenían el semblante desencajado, la mirada ausente, las pupilas dilatadas, los ojos hundidos, los labios resecos y agrietados, la gran mayoría sufría de alucinaciones. Algunos se desnudaban, cavaban con las manos hoyos profundos donde penetraban, otros gateaban yendo de un lugar al otro [...]”. Informe del director general de la Sanidad Paraguaya
“El ejército paraguayo tuvo que proveer de agua y alimentos, en forma perentoria, a esa gran cantidad de prisioneros que duplicaba su capacidad logística. Muchos prisioneros bolivianos estaban tan debilitados que por el zarandeo de los camiones que los llevaban a nuestra retaguardia perdían el equilibrio y caían al camino, donde nadie los recogía. Así se llenó la ruta de un tendal de cadáveres, algunos muertos por la sed, otros atropellados por los camiones que, debido a la oscuridad o la polvareda, no los podían esquivar”. Grl Estigarribia
El desconocimiento del alto mando boliviano de que eran tres las divisiones que el Grl Estigarribia había concentrado puede ser deducido del extenso telegrama, posiblemente redactado por el Cnl Rodríguez, que el Grl Peñaranda envió a Salamanca el día 17 de noviembre de 1934: “En El Carmen no hubo ni envolvimiento total; un regimiento que se aventura por una senda de 25 kilómetros pasa a corta distancia de nuestra ala derecha y se apodera del parque divisionario de El Carmen, produciendo desconcierto. Más tarde enemigo ataca por ala norte; frente nuestra línea de posiciones casi no hay enemigo, en resumen no hay cerco. Nuestros comandos tratan de reunir sus tropas, aviación constata estas andan sembradas por pequeños grupos a lo largo caminos, unas logran salir y se incorporan, generalmente habiendo botado todo y regado municiones, los más tropiezan con fracciones enemigas, no combaten y se entregan con toda mansedumbre, por cientos, por miles […] en El Carmen con fracciones aisladas, en menos de 24 horas, nos han dispersado dos fuertes divisiones y se han llevado algunos miles de prisioneros y gran cantidad de material".

Consecuencias 
La batalla de El Carmen, fue una de las maniobras mejor ejecutadas por el ejército paraguayo, tanto estratégica como táctica;
- desde el punto de vista estratégico porque se trató de la ruptura central del dispositivo militar boliviano con la amenaza de copar todas sus fuerzas ubicadas en el fortín Ballivián, al sur;
- desde el punto de vista táctico porque consistió en un doble envolvimiento por los flancos con posterior cerco y aniquilamiento de dos divisiones bolivianas, basado en un profundo y exhaustivo reconocimiento previo del terreno con escasa detección enemiga;
- y que al costo de 100 muertos el ejército paraguayo logró capturar a casi 7.000 bolivianos con todas sus armas, camiones, equipos y cañones (esta gran cantidad de recursos adicionales que disponían las dos divisiones bolivianas se explica por los planes que tenían de atacar por el oeste al 2ºCE del Cnl Franco en el sector de Picuiba).
- La escasa aptitud combativa y la baja moral que ofrecen las tropas bolivianas luego de la batalla - escenas dantescas se vivieron por el estado de deshidratación de los soldados bolivianos capturados que saturaron completamente la logística paraguaya que tuvo que satisfacer las necesidades de agua del doble de hombres.



Jefes bolivianos del alto mando en campaña. Cnl Moscoso, Grl Sanjinéz, Grl Peñaranda, Cnl Rivera, Cnl Bilbao Rioja, Cnl Toro (Fuente: blog Bandera en Alto)
En el mando boliviano; en medio del desastre el jefe del estado mayor Grl Rivera llegó a Samayhuate, sede del comando del ejército boliviano en campaña, y allí se encontró con la desagradable sorpresa de una fiesta en la que participaban oficiales del alto mando y de diversos regimientos. No era esta la primera vez que lo hacían, habida cuenta del montículo de 300 metros de largo de botellas de cerveza que los soldados que huían penosamente de Ballivián vieron al pasar por ese fortín y de la reciente advertencia de Salamanca a Peñaranda por el consumo de alcohol en el frente y del apodo de “alto tomando”, como designaban los soldados bolivianos al alto mando.
Como consecuencia de esta ruptura en el sector central, el Grl Peñaranda ordenó el 16 de noviembre que los 18.000 hombres abandonaran rápidamente el fortín Ballivián ubicado al sur dado que podían quedar cercados contra la frontera Argentina.
El Cnl Toro, desde su puesto en Carandaytý al norte, fue el único que opuso reparos, en especial porque el alto mando boliviano extrajo apresuradamente parte de sus fuerzas (a lo que era renuente a desprenderse de ellas), para frenar el avance paraguayo hacia Villa Montes, teniendo en cuenta la deserción de las tropas que ponía en riesgo la organización y capacidades de las unidades.
El presidente Salamanca escribió: “Sobrevino la derrota de El Carmen, que en mi concepto era responsabilidad inexcusable del Comando. El más grosero descuido que, poco más o menos a sabiendas del peligro, ocasionó este funesto desastre. Imaginé que el Comando estaría humillado y que era la ocasión de renovarlo para salvar a Bolivia"
En su larga lucha contra lo que consideraba como una ineptitud crónica de los comandantes bolivianos, el presidente Salamanca comenzó a buscar un reemplazante del Grl Peñaranda, convencido cada vez más de que este carecía de los conocimientos y el carácter para dirigir al ejército boliviano.


Oficiales bolivianos inspeccionando las defensas de Ballivián (Fuente: Wikipedia)
En el mando paraguayo; continuando con las operaciones, dada la ventaja visible por la situación existente en las fuerzas enemigas de su escasa voluntad de combate, el 3ºCE paraguayo, al mando del Cnl Delgado, ocupó Ballivián el 17 de noviembre de 1934 y emprendió la segunda batalla planeada por el Grl Estigarribia, la persecución de las fuerzas enemigas en retirada las que no pudieron sostenerse en Guachalla ni en Estrella, posiciones que cayeron los días 21 y 25 de noviembre de 1934.
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La caída del presidente Salamanca (27 de Noviembre de 1934): con las fuerzas enemigas acercándose a Villa Montes, el presidente Salamanca decidió viajar en persona a esa localidad para destituir al Grl Peñaranda y reemplazarlo por el Grl José L. Lanza

El preisdente Salamanca junto al Grl Peñaranda antes del golp de estado (Fuente: Wikipedia)

El desastre de El Cármen obligó al ejército boliviano a abandonar el Fn Ballivián (a cuya defensa se había dado tanta importancia), y atrincherarse a pocos kilómetros de Villa Montes, base del ejército boliviano en el Chaco. Siete días después y con las fuerzas enemigas acercándose a Villa Montes, el presidente Daniel Salamanca decidió viajar en persona a esa localidad para destituir al Grl Enrique Peñaranda y reemplazarlo por el Grl José L. Lanza. La relación de Salamanca con Peñaranda fue siempre áspera, lindante casi con la insubordinación. En un radiograma a Peñaranda, luego de la derrota de El Carmen y de la retirada de Ballivián, Salamanca le manifiesta: "Hago saber a ustedes que el pueblo ya no tiene confianza en la pericia del comando". La respuesta de Peñaranda no fue menos violenta: "Aquí en la línea se piensa lo mismo de su gobierno y no por ello nos alarmamos". Fue un error de Salamanca, en su larga lucha contra el comando boliviano, abandonar La Paz sin la custodia adecuada. El 23 de noviembre de 1934, sectores politizados de las fuerzas bolivianas leales al Grl Peñaranda y al Cnl Toro, se resistieron a la orden presidencial.
"De todas las revoluciones o golpes de Estado en Bolivia, esta fue una de las más grotescas. Se extrajeron tropas de las trincheras y en plena zona de operaciones, a doce kilómetros del enemigo, los principales jefes hicieron apuntar cañones a la residencia donde se alojaba el envejecido jefe del gobierno, la rodearon de soldados armados con fusiles y ametralladoras, y con actitudes valentonas, incitadas en algunos de ellos por el alcohol libado durante la noche de vigilia, aprisionaron a su víctima y más tarde le exigieron su renuncia."  

Luego acordaron con el vicepresidente Tejada Sorzano para que asumiera la primera magistratura. Fue el mejor cerco que lograron realizar los comandantes bolivianos en toda la guerra y Salamanca no se privó de decírselos. Daniel Salamanca retornó por vía aérea a Cochabamba. Quince días después hubiera tenido que soportar el tremendo desastre de Yrendagué. Ahora ya no debía cargar con la responsabilidad que venía temiendo desde un año atrás: la de tener que firmar la paz con el ejército paraguayo pisando territorio boliviano, en condiciones de inferioridad por culpa de los errores de los comandantes bolivianos. Ahora esa tarea estaba en manos de Tejada Sorzano, de Elío y sus correligionarios liberales o de los oficiales del ejército que iniciaban su marcha de regreso al gobierno de Bolivia...

27 de noviembre de 1934: el “corralito de Villa Montes” - detalles del derrocamiento del presidente dr Daniel Salamanca Urey
El desastre de El Cármen es la gota que excedió el vaso, convulsionó al país y repartió responsabilidades entre el gobierno y el alto mando.

25 de noviembre: Salamanca concurre al frente acompañado por el vicepresidente electo, su cuñado Rafael de Ugarte, los ministros, de gobierno José Antonio Quiroga, de guerra Demetrio Canelas, el Grl José L. Lanza y el Cnl Miguel Candia, llegan el 25 de noviembre a Villa Montes, donde lo espera el Cnl Angel Rodríguez. La escena es tormentosa ya que Rodríguez pretende explicar el desastre de El Carmen. Salamanca lo manda a callar con un lapidario "Usted no es nadie". La reunión termina gélidamente, está claro que Peñaranda sufrirá las consecuencias. Rodríguez conferencia con su archienemigo el Tcnl Toro, ambos se conduelen por la suerte de Peñaranda.

26 de noviembre: Salamanca destituye al jefe del Ejército en Campaña Grl Enrique Peñaranda y designa en su lugar al Grl José L. Lanza y el Tcnl Luis Añez es nominado Jefe de Estado Mayor. Estos cambios son comunicados a todas las guarniciones militares. Peñaranda viaja de Samayhuate a Villa Montes. El ministro Canelas va en busca de Toro para consultar su temperamento, mientras, en Villa Montes el Grl Lanza recibe información del My Germán Busch.
Esa noche Salamanca cena con Añez y Busch, el primero insinúa con mucho tacto la innecesaria descortesía del Grl Peñaranda, pero el presidente se hace el desentendido. Llega Canelas informando que no ha tenido éxito en su contacto con Toro y se resuelve que Añez, Busch y Candia irán al frente de lucha para explicar los cambios.
Peñaranda, que ha llegado a Villa Montes en la tarde, convoca esa noche a todos los militares que están en la localidad. Después de larga deliberación deciden que no tolerarán el ultraje presidencial y deciden derrocar a Salamanca, a la vez se designa al My Busch a cargo de la operación.

27 de noviembre: a primera hora de la mañana la comitiva presidencial se prepara para retornar a la ciudad de La Paz. El Grl Lanza conversa con el ministro Canelas cuando ingresa en la residencia el My Busch encarándose con Lanza:
Busch: “Mi general usted y el señor presidente están presos”.
Lanza: (Desenfundando su revolver) “Que venga el que ha dado esa orden”.
Busch: (Retrocediendo) “Tire, mi general”.
Lanza: “Contra usted no Busch, que venga el que ha ordenado este atentado”.
Busch: Entonces guarde su revolver.

Lanza ingresa a la habitación donde está Salamanca y le comenta lo sucedido. Este no puede creer lo que está pasando. Ordena que se presente Busch. Pero en ese momento llega un contingente armado que emplaza ametralladoras. El Cnl Rivera gritando: "No van a tratar al comando como si fuéramos perros...". Lanza y Rivera discuten acaloradamente. Salamanca sale rodeado de sus ministros, su hijo y su cuñado. La escena se completa con la presencia de Peñaranda y Lanza sale a su encuentro.
Lanza: “General, tenga consideración con la persona del presidente”. Peñaranda: “¡Que consideración con estos tipos!”
Lanza: "Serénense, hablaremos...
Peñaranda: (Gritando en dirección a Salamanca) "ustedes han procedido cobardemente. Ahora voy a enseñarles a ser hombres".
Lanza dice algo, los ministros están demudados.
Peñaranda: (Dirigiéndose a la tropa) ¿Por qué no le han agujereado la panza a este? (refiriéndose a Lanza) ¡Tírenlo!

Dos soldados toman a Lanza por los brazos y lo llevan al automóvil. Lanza reacciona y arrancándose las presillas de general grita: "me da vergüenza ser general boliviano".
Salamanca que ha observado todo serenamente, reingresa a la habitación acompañado por su hijo Hernán, los ministros, el vicepresidente electo y otros miembros de su comitiva quedan detenidos en habitaciones de la pista de Villa Montes ¡Oficialmente, Bolivia está sin gobierno!



El presidente Salamanca en Villa Montes, en el frente, a su lado, un poco agachado como para escuchar su voz, el Grl Peñaranda. Alrededor de ambos, practicamente todo el AM (Fuente: Historias de Bolivia)


Era claro que el "corralito" lo habían organizado Rodríguez y Toro, enemigos mortales y circunstancialmente aliados en una acción que censurará por siempre la historia. El único militar ausente y contrario al golpe de estado fue el Tcnl Bernardino Bilbao Rioja. De acuerdo al detalle del Cnl y escritor Julio Díaz Arguedaz menciona: junto al Grl Enrique Peñaranda, están los generales Julio Sanjinés y Adalid Tejada; los coroneles Felipe M. Rivera, Angel Rodríguez, Oscar Moscoso, Enrique Frías, Victorino Gutiérrez, Miguel Alaiza, Nestor Montes, y Heriberto Ariñez; los tenientes coroneles David Toro, Jorge Jordán, Víctor Serrano, Alfredo Santalla, Enrique Vidaurre, Luis Añez, Víctor Santos, Juan Fernández, Rogelio Ayala y Julio Diaz Arguedaz, los mayores Germán Busch, Antenor Ichazo y Raul Tardío y el teniente Roberto Ramallo.

¿Qué hacer ahora?, se preguntaron: coincidieron en que Salamanca debía renunciar por "razones de salud". El Grl Tejada, el Cnl Rodríguez y el Tcnl Serrano fueron comisionados para obtener la dimisión. Salamanca recibió a Tejada y cuando este apelaba a su patriotismo Salamanca lo cortó; "No me hable usted de patriotismo. ¿Quién más patriota que yo?" y aceptó renunciar, aunque no por enfermedad, por lo que se redactó un nuevo texto. Con la renuncia en la mano, los militares dirigieron telegrama al vicepresidente Tejada Sorzano solicitándole que asuma la presidencia y conforme un gabinete de concertación con representantes de todos los partidos políticos.

28 de noviembre: la noticia llegó a la ciudad de La Paz a las 4 de la mañana. Los ministros de Salamanca se opusieron, exigieron ver la renuncia de su presidente y se negaron a salir del palacio Quemado. Mientras a lo largo de la mañana un gentío llenó la Plaza Murillo para manifestarles su apoyo, pero el comandante militar de La Paz, el expresidente Grl Blanco Galindo dio un ultimátum a los ministros que debieron abandonar el palacio, a la tarde, después de 14 años, el partido Liberal volvía al poder con José Luis Tejada Sorzano.
Daniel Salamanca, cuyo pecado fue combatir a los militares, en lugar de ayudarlos a combatir contra el "enemigo", permaneció encerrado cinco días en Villa Montes y se le permitió viajar el 2 de diciembre a su natal Cochabamba, siguiendo el mismo itinerario que un año antes recorrió el Grl Kundt. La cruz de la guerra descansaba ya en otros hombros. (Fuente: "La Historia del Siglo XX en Bolivia")

(Ver, al final del Capítulo, el artículo EVALUACION del presidente Daniel Salamanca)

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Regimiento “Batallón 40”: En el mes de Abril de 1934 el Regimiento "Batallón 40"; formaba parte de la División de Reserva General afectada al 2ºCE y se hallaba en descanso en Fortín Camacho.
En aquel momento comandaba el "Batallón 40" el My Nicolás Chircoff, distinguido Jefe del Ejército Imperial Ruso, verdadero creador y organizador de la aguerrida Unidad, pues cuando ésta era solamente un Escuadrón Divisionario ya ejercía el mando del mismo y desde entonces demostró un interés muy especial en la formación y preparación de los jóvenes oficiales destinados en la unidad. Así se explica que el “Batallón 40” tuviera un cuadro de oficiales tan bien adiestrados para la guerra.
“Evoco con profundo respeto y con admiración reverente a este gran Jefe que en todo momento fue nuestro consejero, instructor, conductor y amigo. Su natural señorío, su cultura, su capacidad de mando y su conocimiento del arte de la guerra lo hacían digno de aquel respeto; era un hombre bueno y un soldado cabal que sabía cuidar a sus hombres y que enseñaba sin jactancia. En una palabra el My Chircoff fue un verdadero maestro y un guía para nosotros. Recuerdo que aprovechaba cualquier tiempo disponible para reunir a los jóvenes oficiales que revistaban en el "Batallón 40" -en su gran mayoría pertenecientes al cuadro de la reserva - para darles charlas de tono paternal, las que terminaban convirtiéndose en instrucción para el combate. Al día siguiente, el motivo servía de tema para ejercicios sobre el terreno, bajo su control y supervisión. Así fue formando nuestra personalidad de soldados, en plena guerra, aprovechando cualquier oportunidad para hacerlo, ya sea en combate o durante las marchas y desplazamientos”. Del Tte Res Julio Saldívar, integrante de la mencionada Unidad.

A principios de octubre de 1934, la 8ºDI, pasó a integrar el 2ºCE y el "Batallón 40" se desplazó al Fortín Garrapatal, en esa oportunidad sus integrantes sufrieron la partida del My Nicolás Chircoff, quién dejaba el mando obedeciendo una disposición de la superioridad, pues había sido relevado del Comando del Batallón, esto se debía a una medida de carácter general que alcanzaba a todos los oficiales extranjeros que comandaban unidades combatientes.
Al alejarse del "Batallón 40" el My Chircoff, se hizo cargo del mismo el Tte lro Ceferino Vega Gaona, quien poco tiempo antes se había incorporado a la Unidad y en ese momento era el oficial más antiguo de la misma. Era Comandante de la División el legendario y heroico Cnl Eugenio Alejandrino Garay, conduciría, poco tiempo después, en forma brillante, a las grandes y decisivas victorias de Cañada El Carmen y en la retoma del fortín Yrendagüé, hechos de armas que merecen referencias muy especiales, por su trascendencia e importancia en las futuras operaciones de la Guerra del Chaco.




La 8ºDI tenía como unidades orgánicas a; 16ºRI "Mariscal López", 18ºRI "Pitiantuta" y el Regimiento "Batallón 40", y como el Comando Paraguayo estaba tomando previsiones para contrarrestar la presión que ejercía el Cuerpo de Caballería boliviano al mando del Cnl David Toro, sobre el 2ºCE comandado por el Cnl Rafael Franco, que se retiraba combatiendo penosamente sobre la ruta Yrendagüé-Picuiba-Camacho, en forma tenaz, pero sin poder evitar fuertes pérdidas, especialmente en material, y en la fecha en que el "Batallón 40" era destinado al fortín Garrapatal, el valiente 2ºCE era presionado en el fortín La Faye, después de dejar en poder del enemigo el fortín Picuiba.
Otra poderosa concentración de fuerzas bolivianas se estaba organizando en el sector comprendido entre el 1º y 3º CE paraguayo, en la zona de Cañada El Carmen, estas fuerzas enemigas tendrían como objetivo salir sobre la ruta a Camacho, única vía de abastecimiento del 2ºCE y atacar a éste por la retaguardia, apresurando así su aniquilamiento.

El plan boliviano era de gran envergadura, y si llegaba a ser ejecutado, podría haber cambiado el curso de la guerra, o por lo menos, habría influido para provocar graves pérdidas en personal, material y terreno al castigado 2ºCE, obligando, también, a un largo repliegue al 1ºCE, cuya retaguardia se hubiera hallado comprometida seriamente.
Como primera medida para desarticular el plan enemigo, el Comando en Jefe concibió el aniquilamiento de las fuerzas enemigas concentradas en Cañada El Carmen y para el cumplimiento de esta histórica misión fue destinada, entra otras unidades, la 8ºDiv, la que debía actuar en el ala derecha del 1ºCE.
En punta, y acompañado por el Comando Divisionario, el ya famoso y respetado “AVION PYTA”, como ya por entonces llamaba la tropa al Cnl Garay, marchó el "Batallón 40", con su tradicional espíritu aguerrido y el optimismo de su joven oficialidad.
Tanto la 8ºDiv, que operaba en el ala derecha (norte) como la 2ºDiv del 1ºCE, que lo hacía en el ala izquierda (sur), enviaron sendas patrullas sobre las alas enemigas, en profundidad. Durante ocho días las patrullas del Tte Cecilio Escobar Rodas y el Tte Gerónimo Vidal respectivamente, se internaron en terreno enemigo sin ser vistas, tomando datos sobre aguadas, cruces de caminos y otros objetivos importantes, y regresaron a sus bases sin ser descubiertas.

Al alba del día 9 de noviembre de 1934, partía la 8ºDiv con objetivo Cañada El Carmen, siguiendo las huellas de la patrulla del Tte Escobar Rodas, con la misión de rebasar el ala izquierda enemiga y salir a su retaguardia, procurando tomar enlace con las unidades del 1ºCE, que tenía la misión de accionar sobre el ala derecha de los bolivianos y salir sobre su ruta de abastecimiento.
Con esta acción conjunta se deseaba aislar de su base a las 10º y 9ºDiv bolivianas, que en esos días pasaron a constituir el Cuerpo de Reserva, como 1º y 2º Div de Reserva, respectivamente; cortarles su aprovisionamiento de agua, y sembrar el desconcierto y la desmoralización en sus cuadros; en una palabra: realizar el clásico "corralito" que nos diera tan buenos resultados en toda la campaña del Chaco, contando como aliados a la enmarañada selva chaqueña y a la temperatura sofocante del verano en que nos encontrábamos, todo lo cual pesaba sobre el boliviano, acostumbrado al fresco clima del altiplano andino.

Una vez próximos al enemigo concentrado en Cañada El Carmen, y con el fin de que el Comando Divisionario tuviera informes precisos del dispositivo de defensa del adversario, se ordenó la ejecución de varios patrullajes, con misiones muy arriesgadas. Una de esas misiones encomendadas a una patrulla en aquella oportunidad, consistió en aproximarse a las defensas bolivianas, preferentemente entre dos retenes y sus puestos de escucha, lo más cerca de ellos, y sin ser escuchados; asaltarlos por sorpresa, apoderándose de un prisionero y traerlo vivo para tomarle declaración.
Una de estas arriesgadas acciones recayó en una patrulla bajo el mando del Tte Res Saldívar, que recibió las instrucciones del caso, de labios del propio Cnl Garay y relata los hechos de acuerdo a lo siguiente:
“Al presentarme al Cnl Garay; éste me lanzó la siguiente pregunta, así, en guaraní -Ndépa maba Saldívar cuera ra'y jhina? (¿Usted es hijo de cuál de los Saldívar?)
Contesté; Soy hijo de Ramón Saldívar, mi Coronel.
Luego de observarme por un rato, el Cnl comentó: Entonces nico ndé gente ñorairó rejheguá jhina (Entonces usted es descendiente de combatientes.).

A continuación me dio la orden de efectuar el patrullaje, con la ya mencionada consigna de traer un prisionero. Nunca podré olvidar la aureola de respeto que rodeaba a este magnífico y anciano soldado en los tupidos montes de El Carmen, pues mis diecinueve años varoniles y pletóricos de entusiasmo se sintieron débiles ante su enorme presencia y el magnetismo de su personalidad. La misión que se me encomendó fue cumplida con todo éxito, felizmente”.

Mientras se seguía combatiendo y progresando por los tupidos montes de Cañada El Carmen, otras patrullas del "Batallón 40" recibían la misión de rebasar el ala izquierda del enemigo, salir sobre su ruta de abastecimiento y observar durante un tiempo prudencial el movimiento que se desarrollaba por la misma, muy especialmente la cantidad de camiones de transporte que entraban y salían, y del personal y material que eran conducidos por los mismos. Todos estos acontecimientos ocurrían mientras se seguía aferrando frontalmente al enemigo y mientras se esperaba información del resultado de la misión encomendada al 1ºCE, de accionar sobre el ala derecha del enemigo y cortar también su ruta de abastecimiento.
En esos momentos, una patrulla del "Batallón 40", al mando del Tte Justo Pastor Acosta, en una arriesgada y feliz acción, interceptó y capturó un vehículo que transportaba al Jefe del Estado Mayor de la 10ºDiv boliviana, el My Celso Camacho, portador de la documentación de esa Unidad que se estaba acorralando en Cañada El Carmen, y perdió la vida en la acción y en el portafolios que el Tte Acosta secuestró en la oportunidad, se encontró el plano del dispositivo de defensa y ocupación del terreno por el enemigo de nuestro frente; la distribución de sus reservas; medios de comunicación y toda la información que estaba buscando el Comando Divisionario para actuar rápidamente y con seguridad de éxito. Seguidamente, se encomendó al "Batallón 40", en cuya vanguardia iba la Segunda Compañía al mando del Tte Reynaldo Troche, la misión de rebasar el ala izquierda y establecer un velo de defensa detrás de las tropas bolivianas, buscar contacto con las unidades del lºCE y por sobre todo, repeler todo intento de escape de las tropas cercadas, bajo cualquier sacrificio y la compañía fue dando cumplimiento a la misión a medida que progresaba el avance por la tupida selva.

El Tte Res Saldivar reseña las siguientes acciones; en plena retaguardia del enemigo, y en vista de que el sector a vigilar y defender se extendía más de lo previsto, como una medida práctica, en vez de cavar hoyos individuales, se abrió un claro “pique” en la selva, para así mantener y facilitar el enlace visual, y se formaron pequeños centros de resistencia compuestos de tres a cinco hombres distribuidos a todo lo largo de la senda abierta, y a una distancia prudencial uno de otro, con la orden estricta de concentrarse rápidamente en apoyo del grupo en cuyo frente se manifestara o apareciera el enemigo. “Ser sorprendidos por el enemigo era materialmente imposible, pues como se dijo anteriormente, el monte era muy tupido en la zona y por lo tanto era muy difícil efectuar una progresión en silencio, y si aparecía el enemigo, siempre había suficiente tiempo para que los grupos se reunieran, apoyándose mutuamente. Así conseguimos batir, rechazándolos, a los grupos dispersos que pretendían salir del cerco, haciendo creer al enemigo que nuestro sistema defensivo estaba bien organizado, y que disponíamos de suficientes efectivos para resistir cualquier ataque. Conforme también a las órdenes recibidas se organizó una fuerte defensa sobre el principal camino que era utilizado por el enemigo, pues, a criterio de nuestro Comando, esa ruta sería empleada para intentar la retirada de la Gran Unidad cercada, transportando todos sus elementos pesados y artillería. Este intento se produjo, en efecto, pero fue rechazado con grandes pérdidas”.
Continúa el relato; “en tal oportunidad, se puso a prueba una vez más el temple y la voluntad de vencer de nuestros soldados, pues aunque contábamos con personal muy inferior en número al del enemigo, la unidad de cuerpo y el espíritu de sacrificio fueron cualidades con las que hicimos frente a ese enemigo, aprovechando cualquier árbol de pie o tronco caído, para cubrirnos y para disparar nuestras armas con el máximo de eficacia y de economía, pues no teníamos ninguna posibilidad de recibir refuerzos o provisiones de municiones o de agua. La consigna de agruparse rápidamente allí donde parecía el enemigo, a lo largo de nuestro pique de progresión y de defensa, para apoyarnos mutuamente, se cumplía con presteza y decisión inquebrantables por parte de nuestros soldados, y tan numerosas fueron las bajas que causamos al enemigo que intentaba salir del cerco a través del monte defendido por la 2da Compañía del "Batallón 40", que después de dos o tres días de ataque, desmoralizados y faltos ya de agua, nuestros adversarios se rindieron”.
Uno de los primeros jefes bolivianos que cayó prisionero fue el Mayor de Artillería Calderón Salinas, Comandante del Grupo de Artillería de la Gran Unidad cercada, luego, también cayó prisionero el Cnl Walter Méndez, Comandante de la 2º Div Res y del Destacamento concentrado en Cañada El Carmen llamado el "Tigre Rubio" por sus compatriotas, debido a su arrojo y valentía, se rindió después de ser herido de un balazo en el cuello, y de haber perdido todas las esperanzas de romper nuestra resistencia a través del “pique” de maniobra.
“En aquella oportunidad el Cnl Walter Méndez me entregó el anillo de compromiso que tenía”, dice el Tte Res Saldívar. “La joya llevaba grabado el nombre de su señora esposa, Doña Angélica Sanjinés, y la fecha 20 de abril de 1920”. Esta alianza le fue devuelta al Cnl Méndez en Asunción, en oportunidad de ser repatriado, luego de finalizada la guerra.

Luego del combate y en diálogo con el Cnl Méndez y el My Calderón Salinas sobre el desarrollo de las acciones, se enteraron de que nuestra Unidad basó su defensa en el único recurso de la concentración rápida de pequeños grupos que se apoyaban mutuamente sobre una senda abierta en la selva, y sin ningún trabajo defensivo sobre el terreno y se mostraron sorprendidos, expresando ambos; “Ustedes, los paraguayos, son verdaderamente unos valientes”.
Tan pronto como fueron recogidos los prisioneros, armamentos, las municiones y todos los pertrechos abandonados por el enemigo que acababa de rendirse, se abandonó la línea de defensa sobre el ya famoso “pique”, pues era insoportable el hedor de los cientos de cadáveres bolivianos que se descomponían rápidamente debido al calor sofocante y a la humedad que reinaban en la tupida selva de Cañada El Carmen en aquel mes de noviembre de 1934. Estas duras jornadas que se acaba de relatar, fueron cumplidas por la 2da Compañía del "Batallón 40", con el apoyo de las demás unidades del Regimiento, las que, una vez más habían afrontado con decisión y valentía el privilegio y el sacrificio que implicaba marchar en punta de la 8ºDI, en la épica maniobra de Cañada El Carmen.

Dice el Tte Res Saldívar; “Recordando cómo el "Batallón 40" y las demás unidades de la 8ºDiv combatieron con decisión y coraje en la batalla de El Carmen, no podemos olvidar al más viejo componente de sus cuadros, el respetado Cnl Eugenio A. Garay, ubicado definitivamente en el altar de la Patria, el que no nos abandonó jamás durante la maniobra, marchando siempre en punta, como el más animoso de los soldados, a pesar de su avanzada edad. Con motivo de relatar la actuación en El Carmen, de la 2da Compañía del "Batallón 40", en la que revisté durante la guerra del Chaco, rindo mi emocionado homenaje de recordación a nuestro Comandante de División Cnl Eugenio A. Garay; al My HC Nicolás Chircoff Comandante del "Batallón 40"; al Comandante de la 1ra. Compañía, Cap José I. Lombardo y al Comandante de la 3ra. Compañía Tte lro Armando Vergara, ya fallecidos”.
Sobre las operaciones; al tomar enlace con la 2ºDiv/1ºCE se tomó conocimiento que las unidades de esa Gran Unidad habían cumplido sus respectivas misiones, atacando con decisión, rebasando el ala derecha del enemigo y cortando su ruta de abastecimiento, como se les había ordenado. La acción conjunta de la 8ºDI y del 1ºCE destruyó la concentración boliviana que tenía en ejecución la misión de atacar la retaguardia del 2ºCE del Cnl Franco.
También cayeron prisioneros en "El Carmen", el Cnl Zacarías Murillo, el Tcnl Carlos R. Peredo y gran número de Jefes y Oficiales, y miles de clases y soldados, una cantidad grande de armamentos y municiones de diverso calibre, varios camiones de transporte y pertrechos de toda índole.
“Al término de la sacrificada pero brillante jornada de Cañada El Carmen, recibimos con mucha satisfacción el estímulo de una felicitación de nuestro respetado y querido Jefe Divisionario, quien sabía premiar el esfuerzo desplegado en aquella memorable acción por todos los componentes de la Gran Unidad.
La misma dice textualmente:
                                                                                      "P. C. Camino V, 17 de Noviembre de 1934"
"Orden General No. 205"
"La 8º División ha cumplido fielmente la Orden del Comando Superior, colaborando a una gran victoria. A todos los hombres de la Gran Unidad -Jefes, Oficiales, Sargentos, Cabos y Soldados- debo decir que han servido bien a la Patria. Han desarrollado un esfuerzo magnífico. Estoy orgulloso de comandarlos. La Nación no ha de olvidar la jornada de ayer".
"Hijos míos de la División 8º. Si os véis en oportunidad análoga, superáos. Recordad que no éramos numerosos, porque la mayoría de nuestros hermanos de División se ocupaban en los penosos trabajos de reaprovisionamiento y otros".
"Tened la seguridad de que ocupáis un lugar muy grande en mi corazón, y tomad conocimiento de estos dos despachos". 
"17-XI Nº 4045. Comando D. 8: Hago llegar a ese Comando y por su intermedio a los señores Jefes, Oficiales y tropa de esa Gran Unidad mis felicitaciones calurosas por la brillante victoria alcanzada en Cañada "El Carmen".

General Estigarribia Comandante en Jefe del Ejército en el Chaco".

"17-XI Nº 4046. Comando D. 8: Transcribo a ese Comando las felicitaciones que el señor Presidente de la República y Ministro de Defensa han dirigido a los Sres. Jefes, Oficiales y Soldados de esa Gran Unidad con motivo de la victoria de "El Carmen".               Comanchaco".
Firmado: E. A. Garay Coronel Comandante de la D.8


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Continuación de la ofensiva paraguaya (Diciembre de 1934)                                               Sector SurZona Pilcomayo: El 5 de diciembre las instalaciones militares bolivianas en Cururendá y Samayhuate, esta última a más de 100 km al norte de Ballivián, después de ser abandonadas por soldados, personal hospitalario y civiles, fueron demolidas e incendiadas. El general Placek, jefe de la misión checa que asesoraba al ejército boliviano en sectores claves (instrucción de oficiales, estado mayor e ingeniería) no podía creer que las poderosas fortificaciones de Ballivián, que él había visitado en septiembre de 1934, hubieran caído semanas después en poder del ejército paraguayo sin disparar un solo tiro (Ver en detalle “la misión militar checoslovaca en la Guerra del Chaco”) ..............................................................................................
Misión militar checoslovaca en la Guerra del Chaco 
En mayo de 1934, la Casa Militar de la Presidencia de la República Checoslovaca recibió un informe del Estado Mayor en que se notificaba que pronto viajaría a Bolivia una misión de oficiales del Ejército Checoslovaco, este documento destacaba que este país tenía especial importancia para la industria de armamentos checoslovaca, siendo uno de sus mayores clientes, era obvio que el conflicto entre Bolivia y Paraguay proporcionaba una buena oportunidad para la industria de armamentos checoslovaca.
Además, el Estado Mayor tendría la posibilidad de “testear” en condiciones extremas un nuevo tipo de tanque ligero, oportunidad nada desdeñable si tomamos en consideración que la vecina Alemania hitleriana se lanzaba a una desenfrenada carrera armamentista, y que el espionaje militar checoslovaco averiguó que hasta finales de 1933 había estado en Bolivia una misión de oficiales alemanes, al mando del Grl Kundt.
El transcurso de la guerra no era favorable para el Gobierno boliviano, que necesitaba nuevos expertos militares para que asesoren a los mandos del ejército, por lo que se dirigió a Checoslovaquia, solicitando el envío de una misión militar, por lo que el Estado Mayor checoslovaco decidió atender la petición boliviana. 
Dr Edvard Benes, ministro de RREE y luego Presidente de Checoslovaquia
El ministro de Relaciones Exteriores checoslovaco, el Dr Edvard Benes (luego presidente en 1935), se desempeñaba en aquel entonces en la Sociedad de las Naciones como árbitro en el litigio entre Bolivia y Paraguay, por ello fue necesario disfrazar un poco el viaje a Bolivia de los expertos militares checoslovacos por lo que fueron pasados temporalmente a la reserva y viajaron como civiles y llegados a ese país debían actuar como asesores militares contratados por el Gobierno boliviano.
La misión militar checoslovaca llegó a Bolivia a invitación del presidente, el Dr Daniel Salamanca, que no contaba con muchas simpatías en las Fuerzas Armadas de su país y los oficiales bolivianos miraban al principio “de reojo” a los asesores checoslovacos, invitados por el Presidente.
Por ejemplo, cuando los oficiales checoslovacos querían el 5 de julio de 1934 visitar el frente, los mandos militares bolivianos protestaron, aunque este rechazo inicial fue desapareciendo y el 20 de septiembre de 1934 los militares checoslovacos viajaron al Estado Mayor en Samayhuate y pudieron recorrer todos los sectores del frente y enviaron el respectivo informe al Gobierno boliviano.

Defensas del Fortín Ballivián, las que recorrió el Grl Placek en Septiembre de 1934
En marzo de 1935 la Casa Militar de la Presidencia de la República Checoslovaca recibió la siguiente información de la misión militar en Bolivia: "Los nuestros esperaban una nueva destinación. Pero en el frente sur se produjo una catástrofe. Los paraguayos cercaron a dos divisiones bolivianos, infligiéndoles enormes bajas. El presidente Salamanca llegó al frente y de manera inoportuna se inmiscuía en las operaciones.
Los militares obligaron al Presidente a renunciar y de la administración del Estado se hizo cargo el vicepresidente. El mando supremo manifestó luego el deseo que nuestros oficiales colaborasen estrechamente con el ejército".

Según el deseo expreso del comandante supremo del Ejército boliviano, el Grl Peñaranda, dos oficiales checos supervisaban el entrenamiento de los comandantes de Infantería y Artillería, un experto militar checoslovaco fue destinado al Estado Mayor boliviano y otro fue nombrado asesor de las unidades de ingenieros.
El jefe de la misión checoslovaca, el Grl Placek, debía informar personalmente a los máximos representantes bolivianos sobre la situación en el frente, con el derecho de coordinar sus intervenciones en el Ejército y los oficiales checoslovacos debían tomar parte activa en los combates.
Mientras tanto, los sucesos en el frente se precipitan; el enemigo cerca un nutrido contingente de bolivianos y lo obliga a batirse en retirada, por lo que el Grl Placek es llamado al Palacio presidencial y en medio de la confusa situación se nombra el Consejo Supremo de Guerra del que forma parte también el general checoslovaco quien propone formar de voluntarios un nuevo Ejército para que Bolivia pueda pasar en abril de 1935 a la ofensiva y la misma es aceptada.
El ejército boliviano estaba en desventaja; sus soldados, habituados a vivir en altitudes superiores a los 3 mil metros sobre el nivel del mar, se asfixiaban en la llanura del Gran Chaco, no sabían orientarse en las florestas, soportaban mal el calor, en vista de ello, los expertos militares checoslovacos tuvieron que cambiar la táctica y el entrenamiento de las unidades bolivianas y al parecer, tuvieron éxito.
La misión militar checoslovaca ayudó a sacar al Ejército boliviano de la crisis y contribuyó también para que las partes beligerantes concertasen en 1935 la tregua y procedieran a la desmovilización de las tropas.

La misión militar checoslovaca, integrada por cinco oficiales, terminó sus actividades en Bolivia en julio de 1935 y regresó a la patria ostentando una alta orden boliviana cada uno de los integrantes
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Sector Norte – Zona La Faye/Picuiba - Batalla de Yrendagué
Preliminares de la batalla

Situación del Cuerpo de Caballería boliviano: El Cnl Toro, después de ocupar Picuiba continúo su avance hacia La Faye pese a la creciente sospecha de muchos oficiales bolivianos sobre las inexplicables retiradas, desde posiciones favorables del 2ºCE del Cnl Franco; “[…] las tropas del Cuerpo de Caballería, […] agotadas en su estúpido avance hacia el desierto de Picuiba, donde era sobradamente conocido por todos, llegaron piel y huesos, fueron obligadas a trabajar día y noche en los forzados servicios de exploración y seguridad en el caprichoso y disparatado dispositivo “ofensivo-defensivo» ideado por el Cnl Toro. Del Tcnl Félix Tabera


Los soldados del Cuerpo, con gran cantidad de artillería y armas automáticas, estaban agotados debido a que llevaban combatiendo sin respiro desde los primeros días de septiembre, enfrentando a un enemigo que se detenía, se dejaba rodear y luego escapaba, bajo un calor abrasador, con una sola cantimplora de agua por día, y no era razonable esperar que pudieran continuar así indefinidamente. El sistema logístico acusaba un progresivo deterioro en cantidad de camiones utilizables y combustible disponible que afectaba la moral del soldado por la escasez de víveres y agua.
Soldados bolivianos limpiando su armamento en las posiciones de Villa Montes (Fuente: Wikipedia)
Producido el desastre de El Carmen y su consecuencia inmediata, la retirada del ejército boliviano desde el fortín Ballivián hacia Villa Montes, tanto, el Grl Peñaranda y el Estado Mayor boliviano, muy preocupados por el avance del 1ºCE y 3ºCE paraguayo sobre esa localidad - último bastión boliviano en el Chaco, advertían al Cnl Toro para que suspendiera su peligroso avance en el desierto y consolidara su posición retrocediendo a un lugar más seguro, para lo cual el Cnl Angel Rodríguez y su adjunto el My Germán Busch fueron personalmente a Carandaitý para transmitirle la necesidad de que retrocediera a Yrendagüé.
El 20 de noviembre a las 1200 horas las fuerzas del Cnl Toro ocuparon Picuiba al costo de muchas bajas. Muchos oficiales bolivianos, entre ellos, el chileno Aquiles Vergara Vicuña (que después sería historiador de este conflicto - Ver Apéndice 4º Voluntarios chilenos en la Guerra del Chaco), sospechaban de las retiradas de Franco y Antola, porque estos dos oficiales paraguayos no eran de ceder terreno tan fácilmente y menos de posiciones favorables y bien abastecidas, por lo que suponían que preparaban una trampa posiblemente en la zona de Camacho.
Desde su lejano comando en Carandaitý, el Cnl Toro ordenó mantener el avance ya que, por orgullo o ambición (especialmente política), quería acabar de una vez por todas con el escurridizo Cnl Franco y su debilitado 2ºCE, justificando su estrategia en que, una vez capturado La Faye (lo que daba por descontado) avanzaría hasta Camacho y girando hacia el oeste podía envolver por el sur al 1ºCE y 3ºCE paraguayo que atacaban Villa Montes haciéndolos retroceder con graves pérdidas. “Toro aseguraba que él ...salvaría la situación en el sector meridional y "corregiría el craso descuido de Moscosito" [en referencia a Oscar Moscoso, comandante de las dos Divisiones que capitularon en El Carmen] de Vergara Vicuña
“Un hecho muy importante fue que el día 27 de noviembre se produjo la destitución del presidente Salamanca por el amotinamiento del Grl Peñaranda y un grupo de altos oficiales bolivianos entre los cuales estaba el Cnl David Toro como figura principal. La consecuencia militar de este hecho político fue la creciente disgregación de la unidad de mando del ejército boliviano, el rol del Grl Peñaranda, en su condición de Comandante en Jefe, tendió a transformarse en un negociador entre distintas facciones del ejército apoyadas por distintos intereses políticos”.

Situación del 2º CE paraguayo: Finalizada la batalla de El Carmen, la 8ºDiv al mando del Cnl Garay, luego de ser provista de armas y equipos nuevos capturados a los bolivianos y de una semana de descanso, fue devuelta por el Grl Estigarribia al Cnl Franco para que este llevara adelante la tercera batalla, o sea detener el avance del Cnl Toro en el sector Picuiba-La Faye, al noreste. Las fuerzas del 2ºCE eran de 5500 combatientes distribuidos en tres divisiones de infantería: la 6ºDI (al mando del Tcnl Antola) y la DRG (División de Reserva General), ambas ubicadas en La Faye y separada por unos 60 kilómetros al noroeste, la 8ºDI ubicada a su vez a 70 kilómetros al sur de Yrendagüé, en el cruce de las picadas XV y XVII (Puesto Estrella). Salvo la 8ºDI que había descansado y contaba con nuevo equipamiento capturado a los bolivianos en la batalla de El Carmen, la mayoría de los soldados de las otras dos divisiones daban señales de agotamiento físico.
Este movimiento de fuerzas paraguayas recién fue detectado por la inteligencia boliviana el día 5 de diciembre, cuando el Grl Peñaranda advirtió al Cnl Toro "que el enemigo visiblemente había retirado tropas del sector Pilcomayo, poniéndole en aviso de que las fuerzas paraguayas en su frente podrían estar recibiendo refuerzos”
En sus Memorias el coronel Franco comenta: “En esas condiciones poco favorables para nosotros, se produjo en el sector Ballivián–El Carmen una importante victoria que debía aliviar inmediatamente la situación en nuestro frente. Pero no sucedió nada parecido. La derrota boliviana en El Carmen no pareció afectar en nada los planes del Cnl Toro (…). El avance paraguayo hacia Villamontes, no parecía inquietar al Grl Peñaranda, comandante del ejército boliviano”.
Sabiendo que el ataque boliviano era inminente y antes que el Cnl Toro consolidara sus fuerzas sobre La Faye, en las primeras horas del día 4 de diciembre, el Cnl Franco se entrevistó con el Cnl Eugenio Garay, comandante de la 8ºDI, personalmente en su distante puesto de comando: “Me trasladé hasta su puesto de comando en consideración a su avanzada edad [Garay tenía 59 años, Franco 38] y le expliqué personalmente la operación proyectada la que tendría que desarrollarse de inmediato entregándole en propias manos la orden para el ataque”. (Orden de Operación N.º 97 dictada el día anterior (3/12/1934). Coronel Franco
El plan era sorprendente por su casi imposible realización; el Cnl Garay debía infiltrar su división entre dos divisiones enemigas sin que estas ni la aviación se dieran cuenta, recorrer 70 kilómetros a través de un desierto carente de agua, en un monte cerrado, sin perder tiempo en abrir una picada, en pleno verano, con una temperatura de más de 45 grados a la sombra y finalmente capturar los pozos del fortín Yrendagüé dejando sin agua a tres divisiones bolivianas, en medio del desierto. O sea, destruir a todo el Cuerpo de Caballería del Cnl Toro sin disparar un solo tiro salvo en el asalto al fortín Yrendagüé.

La Batalla

Día 5 de diciembre: sin perder tiempo, al amanecer de este día, tres regimientos de la 8ºDiv iniciaron la marcha hasta su primer objetivo: la picada Alvarenga, en la vanguardia del regimiento de elite "Batallón 40" marchaba el comandante de la división, Cnl Eugenio Garay, cuya edad casi triplicaba a muchos de sus subalternos y antes de llegar la noche se alcanzó ese objetivo sabiendo que el enemigo no podía ni siquiera imaginar la presencia de una fuerza paraguaya tan importante en ese sector.La noche del día 5 al 6 no ocurrieron novedades, sin embargo, los soldados, debido al calor y pese a las recomendaciones y órdenes recibidas, consumieron en exceso el agua de sus dos caramañolas, lo que obligó a reclamar nuevas provisiones, pero el consumo, fuera de lo programado, hizo que la intendencia no pudiera responder inmediatamente a los reclamos.

Día 6 de diciembre: en esas condiciones siguió el avance de la columna sin que las provisiones de agua llegaran en las cantidades requeridas para satisfacer a tantos soldados que comenzaron a sufrir un preocupante proceso de deshidratación. Al mediodía la situación se tornó peligrosa y el Cnl Garay alertó a su jefe que se había detenido momentáneamente hasta tanto se solucionara, aunque sea parcialmente, el abastecimiento de agua. La respuesta del coronel Franco fue rápida y clara: “Sírvase usted reiniciar la marcha hacia su primer objetivo al recibo de esta orden. Es necesario que mañana llegue a Yrendagüé. Usted se encuentra de este punto a una jornada de marcha forzada. Agua salió ayer. Le alcanzará oportunamente”.[Luego Garay recibe otra orden], “Sirva usted informar hora partida hacía primer objetivo, conviene abandonar abastecimiento agua desde su base. Si Dios quiere mañana la 8ºDiv beberá en Yrendagüé”.
Años después el Cnl Franco comentó lo ocurrido: “La orden de Garay de suspender la marcha de la 8ºDiv por falta de agua fue una actitud insólita e inaudita (...) Cuando nuestra victoria parecía depender de la ejecución matemática de las órdenes operacionales, la probada firmeza del Cnl Garay tuvo un momento de duda. Y esa demora, que parecía imposible y lo comprometía todo, en realidad salvó la operación en curso. Sin aquellas horas de retardo los acontecimientos hubieran tomado otros rumbos, seguramente desfavorables para el ejército paraguayo”.




Tropas paraguayas de la 8vaDIP en marcha hacia Yrendagué (Fuente: Portal Guaraní)
¿Qué pasó realmente? El mismo día 5 de diciembre, la 7ºDiv boliviana avanzó desde el suroeste de Yrendagüé sobre el ala izquierda del 2ºCE. Si la 8ºDiv del Cnl Garay, que ignoraba el movimiento de la unidad enemiga, no hubiera detenido su marcha el día 6, hubiera chocado indefectiblemente con ella en pleno monte. Agotados, casi sin agua, sorprendidos en vez de sorprender, los soldados paraguayos hubieran detenido su avance. Además, una simple escaramuza en el camino hubiera malogrado el factor sorpresa, esencial para la conquista de Yrendagüé. Pero esa demora hizo que ambas columnas se cruzaran sin verse, en pleno monte, con escaso tiempo de diferencia.
El comandante de la vanguardia propuso esperar hasta el día siguiente para reiniciar la marcha mientras adelantó puestos escalonados de seguridad a 5 km al norte para detectar cualquier movimiento enemigo.

Día 7 de diciembre: Al amanecer del día 7, la 8ºDiv continuó su inexorable marcha por el desierto, de los cuales los primeros 30 kilómetros fueron de terreno chaqueño de tipo común: tierra más o menos dura, monte bajo, sin agua, en general lejos del enemigo. Pero en los siguientes 40 kilómetros el tipo de terreno y la cercanía del enemigo impusieron condiciones de avance excepcionalmente difíciles: el desierto tenía raleados montes sucios, suelo de arena gruesa donde los pies se hundían hasta los tobillos. A medida que transcurrieron las horas, la ausencia de enemigos ante la 8ºDiv fue la mejor prueba de que los bolivianos desconocían que, a más de 50 kilómetros en su retaguardia, toda una división paraguaya avanzaba hacia los estratégicos pozos de Yrendagüé. Al mediodía del día 7 las avanzadas paraguayas de la 8ºDiv abandonaron el monte y a las 1600 horas capturaron dos camiones con comida y sobre todo agua que pertenecían a una sección de zapadores del Cap Saleck de la 7ºDiv boliviana.



viernes 7 de diciembre de 1934; Las tropas de la 8vaDI, realizan una de las pruebas de resistencia física y mental más difíciles de la Guerra del Chaco: una marcha de más de 50 kms a pie, cruzando una de las zonas más desérticas y áridas del Chaco, con un objetivo: capturar los estratégicos pozos de agua dulce que se encuentran en Yrendague. A la cabeza de esta legión de valientes, se encuentra el Cnl Eugenio Alejandrino Garay Comandante de la 8vaDI. Mucho antes de alcanzar el objetivo de Yrendague, las tropas se han quedado sin agua, vaciando hasta la última gota de las cantimploras. El tormento de la sed y el agotamiento hace su aparición de manera implacable. En ese momento crítico, con la moral de las tropas a punto de quebrarse, surge la figura del comandante Eugenio A. Garay, quien recorre toda la columna, arengando a viva voz a sus hombres, y animándolos a seguir hasta el final. Las palabras del Cnl Garay a sus hombres, en este crítico momento, quedarían por siempre las páginas de la historia: "No muráis todavía, hijos míos, os pido que soportéis dos horas más para ir a morir todos juntos en Yrendague". Mientras tanto, en la Región Oriental, la población civil paraguaya, como cada 7 y 8 de Diciembre, se vuelca hacia la Villa Serrana de Caacupé, donde acude masivamente la feligresía para rezar por los miles de compatriotas que siguen luchando en los confines del Chaco, también por los miles que ya han muerto y haciendo un pedido especial por el final de la guerra. (Fuente: Memorias de la Guerra del Chaco Gustavo Avalos- archivo Víctor Meden))
Al mismo tiempo, en el frente de La Faye, el Cnl Franco ordenó que el 7ºRC y el 15ºRI de la Div Res desbordaran por la izquierda de la 2ºDC boliviana para atraer su atención y pidió a sus patrullas que observaran cualquier movimiento raro que pudiera producirse en las líneas bolivianas que indicaran que el avance del Cnl Garay había sido detectado.
El Cnl Toro, asumiendo que esta actividad enemiga sobre la izquierda de la 2ºDC frente a La Faye era un fuerte reconocimiento, ordenó a las 1830 horas que el Regimiento “Chichas”, al mando del Cap Urdininea, ubicado en Yrendagüé, avanzara preventivamente hacia Picuiba para impedir cualquier envolvimiento. Asimismo alertó a todas las unidades para que estuvieran preparadas para moverse “en cualquier dirección”, pero por el estado de agotamiento de dichas fuerzas, esto era más fácil decir que hacer.
"Como es fácil deducir, el Cnl Toro no tenía hasta este momento ni el pálpito siquiera de que la seguridad de su dispositivo se hallase íntegramente amenazado y más bien con sus órdenes tendía a facilitar el propósito de aferramiento [del enemigo]" de Vergara Vicuña
Recién a las 2145 horas, patrullas bolivianas del 18ºRI detectaron, muy lejos de Yrendagüé, las huellas por donde se habían infiltrado los paraguayos y comunicaron de que debía tratarse de un batallón por lo que prepararon una embocada en el lugar para cuando éste volviera a sus líneas. El Cnl Toro se quejó “a posteriori” de que sus subalternos no le dieran importancia a estos hechos y que tampoco le informaran, sin embargo la presencia paraguaya le fue comunicada por el Tcl Ayoroa quien, asumiendo que esas fuerzas intentaban rodear al regimiento 3ºRC de la 1ºDC que actuaba de empalme con su 7ºDiv, detuvo cautelosamente su avance hasta que las patrullas enviadas aclararan esa presencia enemiga.
Frente a La Faye, a la medianoche del 7/8 de diciembre, el Tcnl Tabera, jefe de estado mayor y en ese momento comandante interino de la 2ºDC (su jefe estaba con el Cnl Toro en Carandaitý discutiendo problemas corporativos dentro del ejército boliviano), recibió la información de que al menos cinco regimientos paraguayos estaban por atacar por el frente y los flancos de su división, por lo que se comunicó telefónicamente con el oficial de enlace Cap Villarreal, ubicado en Yrendagüé, pidiendo que retransmitiera al Cnl Toro esta novedad.

Día 8 de Diciembre - Ataque sorpresivo paraguayo en Yrendagüé; Tres horas después, a las 0300 horas de la madrugada del día 8, saliendo de la nada, la 8ºDiv del Cnl Garay capturó, a pocos kilómetros de Yrendagüé, toda la sanidad del Cuerpo de Caballería del Cnl Toro (médicos, enfermeros, heridos, medicamentos, incluyendo su jefe, el My médico Hernán Navarro). El Cap Villarreal comunicó esta novedad al Cnl Toro quien, encolerizado, acusó a los responsables de la vigilancia de no tener en cuenta "la conocida audacia y artera maña de los pilas" y luego de calmarse le aconsejó a éste que comunicara la novedad al Tcnl Tabera y al Tcnl Flores pero sin alarmarlos, asumiendo que la aparición de ese "batallón" enemigo era meramente “distractiva”.
Esta comunicación fue interceptada por el Cnl Garay confirmándole que aunque había sido descubierto todavía contaba con el factor sorpresa en cuanto a la importancia de sus fuerzas. En la comunicación con el Tcnl Tabera, el Cap Villarreal pidió el envío urgente de camiones hacia el  7ºRC “Chichas”, que por orden del Cnl Toro se desplazaba a pie hacia Picuiba, para que volviera rápidamente a Yrendagüé a defender los pozos. Este jefe respondió que carecía de camiones y además, anticipando el posible corte de las comunicaciones con Yrendagüé, solicitó que el Cnl Toro lo autorice a replegar las dos divisiones hasta El Cruce de modo de acortar las distancias logísticas y poder ayudar a Yrendagüé.


Vehículos que dieron movilidad a las fuerzas del Grl Estigarribia 

para ejecutar las operaciones de El Carmen y de Yrendagué (Fuente: "Memorias de la Guerra del Chaco2 gpo facebook)

A las 0400 horas, el Cnl Toro, reconociendo finalmente la exposición de sus dos divisiones frente a La Faye y la inesperada presencia de fuerzas enemigas en Yrendagüé, autorizó la retirada general a El Cruce determinando que la 7ºDI y la 1ºDC se encargaran de la “fuerza expedicionaria paraguaya”. Ordenó que la 2ºDC debía frenar a las fuerzas paraguayas que avanzaran desde el sur en la zona El Cruce-Picuiba y ordenó además que el regimiento "Chichas", el más cercano a los pozos, debía volver a Yrendagüé para su defensa. Desconocía que el escuadrón del subteniente Cornejo, que fue enviado en camiones ni bien se supo del ataque paraguayo contra el hospital, había llegado “demasiado tarde”. La orden del Cnl Toro no consideró el cansancio del Regimiento "Chichas", su carencia de agua, la falta de camiones y que los alrededores de Yrendagüé ya estaban en poder del enemigo, aún así, acusó después a Tabera de haber dado a ese regimiento otro destino
El fortín Yrendagüé estaba defendido por unos 130 hombres, muchos de ellos heridos ambulatorios, por lo que el Cap Villarreal sabía que las defensas disponibles sólo servían para una corta resistencia hasta que llegaran los refuerzos desde El Cruce.
El ataque paraguayo comenzó al amanecer del día 8 y mientras las patrullas cerraban los caminos hacia Carandaitý y El Cruce se produjo el primer asalto que fue rechazado. El Cnl Garay se acercó a la primera línea para dirigir el segundo ataque cuando se escucharon grandes explosiones hacia el noreste donde no se estaba combatiendo, eran los bolivianos que estaban destruyendo equipos y municiones,  pero muchos defensores bolivianos confundieron las explosiones con un ataque de grandes fuerzas enemigas por lo que huyeron hacia el oeste mientras los atacantes, creyendo que los bolivianos destruirían los pozos, asaltaron por tres frentes y capturaron el fortín.
El suministro de agua a las fuerzas bolivianas cesó y las líneas telefónicas y los caminos que unían a el Cnl Toro y los dos comandantes de las divisiones en Carandaitý con las dos divisiones en la zona El Cruce-Picuiba (provisoriamente al mando del Tcnl Tabera y My Rodolfo Flores) también quedaron cortados. Toda comunicación operativa debía hacerse ahora a través del fortín 27 de Noviembre haciendo un gran rodeo que duplicaba las distancias o por medio de la aviación. Un hecho que produciría importantes consecuencias fue que al notarse la presencia paraguaya en las cercanías de Yrendagüé se retuvieron muchos camiones para retirar de allí municiones y abastecimientos hacia Algodonal lo que privó de esos imprescindibles medios de movilidad a las fuerzas del Tcnl Tabera ubicadas al sur.
La retirada boliviana que comenzó a las 0600 horas del día 8 encabezada por el 2ºGrupo de Artillería debía continuar en forma ordenada a las 0730 por las dos divisiones, pero debido a la premura con que se habían tomado las decisiones y la falencia de los comandos intermedios, la tropa comenzó a mezclarse en el camino hacia El Cruce. Muchos hombres no habían recibido agua en las últimas 24 horas y al correr el rumor de que los "pilas" habían tomado los pozos el reparto de las pocas reservas se hizo desordenadamente. Había que recorrer más de 30 kilómetros de polvo y arenales bajo un sol abrasador y con las cantimploras vacías.
El fortín Picuiba fue incendiado y abandonado, lo que permitió que el Cnl Franco avanzara con sus dos divisiones hacia El Cruce presionando a las fuerzas bolivianas que se retiraban lentamente. A las 1700 horas muy pocos bolivianos habían llegado a El Cruce y la mayoría de ellos sin armas ni municiones e insolados.
Esa misma mañana del día 8, los comandantes que estaban con el Cnl Toro salieron de Carandaitý rumbo a El Cruce para unirse a sus fuerzas haciendo un largo rodeo por el fortín 27 de Noviembre, pero el Cnl Toro, debido a su “delicada salud”, decidió permanecer en Carandaitý y dirigir las operaciones por correspondencia aérea.
A medio día, las fuerzas paraguayas capturaron a las fuerzas que protegían la retirada del regimiento “Castrillo”, y a las 1430 horas, el Tcnl Tabera recibió un mensaje del Cnl Toro lanzado por un avión en vuelo rasante, en el mismo le comunicaba lo que ya sabía desde seis horas antes, que Yrendagüé había sido ocupado por una “pequeña unidad enemiga”. Se le ordenaba ahora que la 2ºDC defendiera El Cruce y la ruta hacia 27 de Noviembre mientras la 7ºDiv y la 1ºDC se debían dirigir hacia Yrendagüé y prometía que el agua y combustible vendrían desde el fortín 27 de Noviembre. El TcnlTabera enfrentó una terrible decisión, si no lograba recuperar Yrendagüé en tiempo perentorio, lo que era difícil dado que las fuerzas enemigas podían resistir varios días, se encontraría sin agua, aislado en el desierto entre Yrendagüé y las dos divisiones paraguayas que avanzaban desde el sur, además, las patrullas enemigas podían cortar fácilmente su única ruta de escape: el camino al fortín 27 de Noviembre.
Hacia el oeste se habían detectado acciones de la 1º y 9º Div(s) paraguaya contra la 7ºDiv lo que la obligaba a derivar fuerzas para controlar esas acciones, por ello, el Tcnl Tabera envió al Cap Max Iñiguez en camión a 27 de Noviembre para que desde allí, por radio, explique al Cnl Toro cual era la real situación.
Con buen criterio y sin esperar respuesta ni perder tiempo, el Tcnl Tabera tomó la decisión de continuar la retirada de todas sus fuerzas desde El Cruce hacia el fortín 27 de Noviembre al noreste, orden que impartió a la medianoche del día 8 y al enterarse el Cnl Toro lo recriminó diciendo que no entendía cómo esas fuerzas supuestamente agotadas podían recorrer 57 kilómetros hacia 27 de Noviembre y no 30 kilómetros hacia Yrendagüé sabiendo además que en 27 de Noviembre no existían recursos, olvidando su promesa de que iba a proveer agua y combustible desde ese fortín.
En la noche del 8 al 9 de diciembre, el Tcnl Tabera recibió otra nota del Cnl Toro: “Uno no debe tener finalmente ninguna consideración con la fatiga de los soldados a quienes es de vital importancia exigir el máximo esfuerzo. Uno o dos días de sacrificio…pueden ser suficientes para lograr el total aniquilamiento del enemigo que nos ha dado más de un ejemplo sobre este tema, mostrando que es posible vivir incluso meses careciendo de la mayoría de recursos (...) Le recomiendo que evite cualquier “Consejo de guerra” donde las más débiles y pusilánimes opiniones siempre triunfan. Le exijo mayor decisión y energía en el comando”. Mensaje del Cnl Toro al Tcnl Tabera
Día 9 de Diciembre - persecución y captura del fortín 27 de Noviembre: las fuerzas bolivianas continuaron su retirada hacia el fortín 27 de Noviembre, sin agua, bajo un sol abrasador, los soldados abandonaron en el camino sus armas y equipos y a las 0500 horas del día 10, fuerzas del 2ºBZ paraguayo, en 40 camiones, partieron de Picuiba rumbo a 27 de Noviembre en persecución de lo que quedaba de las dos divisiones bolivianas.
Dos horas después alcanzaron a los más rezagados que no estaban en condición de oponer ninguna resistencia y así fueron sobrepasando a cientos de soldados bolivianos que rogaban de rodillas agua o lo que fuera para aplacar la sed.
Al llegar al kilómetro 31, el Cap Virgilio Larrosa (paraguayo) no pudo soportar más aquel cuadro de horror y espanto que se le presentaba en su avance por un camino cubierto cada vez más con camiones incendiados y con soldados muertos o moribundos por la sed que obstaculizaban su marcha por lo que ordenó entonces a sus hombres que continuaran a pie rumbo al fortín 27 de Noviembre y subió a los camiones a los soldados bolivianos que pudo y los envió hacia Yrendagüé salvándoles la vida.
A diferencia de lo que había ocurrido en El Carmen, donde el padecimiento de los soldados bolivianos por la falta de agua no había tomado estado público en Bolivia porque fueron totalmente cercados, en este caso, los soldados que pudieron escapar y sobrevivir contaron el martirio de sus camaradas y el pueblo boliviano supo de esta manera lo que significaba verdaderamente la guerra en el desierto chaqueño.
Camión aguatero, de vital importancia para las operaciones (Fuente: Portal Guaraní)

El día 12 de Diciembre, el 2ºBZ paraguayo capturó el fortín 27 de Noviembre y uniéndose al 14ºRI “Cerro Corá”, que venía del fortín Ingavi, continuaron la persecución del resto de las fuerzas bolivianas que se dirigían ahora hacia el oeste, rumbo al río Parapetí. Sólo la 7ºDiv boliviana (Regimientos 1ºRI y 18ºRI), que operaba sobre el ala derecha, logró retirarse en forma ordenada hacia el oeste. De los 12.000 hombres del Cuerpo de Caballería del Cnl Toro el 50 % murió de sed, o desaparecieron o fueron hechos prisioneros, la pérdida de armamento fue del 60 % y sirvió para reequipar al ejército paraguayo hasta llegar al final de la guerra. En su informe al Comando Superior y en su libro escrito mucho después para auto-exculparse, el Cnl Toro acusó al Tcnl Tabera y al My Flores como responsables del desastre.
Conclusiones: Esta batalla resume muchas de las causas que produjeron la derrota boliviana en la guerra del Chaco:                                                                                                      1) El avance desaprensivo y por razones extra-operativas del Cuerpo de Caballería del Cnl Toro hacia un objetivo que lo iba exponiendo cada vez más por el alargamiento de su logística, la escasa seguridad y el cansancio de los soldados y que tras la destrucción de las dos divisiones bolivianas en El Carmen, en el sector central, carecía aún más de sentido.
2) Una conducción lejana, a 160 kilómetros del frente, a través de medios de comunicación pobres (teléfono o mensajes escritos lanzados por avión) o no disponibles en el momento y lugar indicados. El Tcnl Tabera debe comunicarse con el Cnl Toro a través de un enlace en Yrendagüé o enviando al Cap Iñiguez al fortín 27 de Noviembre (a 60 kilómetros de su puesto de mando). En el momento de la crisis los jefes de las dos divisiones estaban reunidos en Carandaytý con el Cnl Toro por razones políticas, sorteando abiertamente la integración del estado mayor del ejército boliviano y el posible reemplazo del Grl Peñaranda.
El historiador Farcau menciona la actitud de uno de ellos, el Cnl Alfredo Rivas, comandante de la 1ºDC que, ante la grave situación en que se encontraban las fuerzas bajo su mando, dijo: “No voy a ser el único que pierda mi difícilmente ganado prestigio profesional en esa porquería de Picuiba”.
“Esto ilustra perfectamente las prioridades del cuerpo de oficiales bolivianos”, de los cuales el Cnl Toro y su favorito el My Germán Busch eran los exponentes más destacados.
3) El Cnl Toro advierte al Tcnl Tabera: “Le recomiendo que evite cualquier “Consejo de guerra” donde las más débiles y pusilánimes opiniones siempre triunfan. Le exijo mayor decisión y energía en el comando”. Esta advertencia apuntaba a la tendencia de los oficiales bolivianos a realizar “asambleas”, no para intercambiar opiniones sino para diluir la responsabilidad que el mando naturalmente conlleva. En el caso de la retirada de Picuiba, el Tcnl Tabera desmintió categóricamente que los comandantes de las unidades se hubieran puesto de acuerdo para realizarla y acusó al Cnl Toro de que esta era otra de las "argucias de su retorcido caletre" para desligarse de su responsabilidad en el desastre de Yrendagüé.
Fue casi una constante de los altos jefes descargar la culpa de los resultados desfavorables en sus subordinados, conducta que había iniciado el Grl Kundt quien solía tomar de chivos expiatorios a los jefes de estado mayor (Bilbao Rioja en Campo Jordán, Barrientos en Fernández (Herrera) y Ayala en Campo Grande).
4) La falta de autoridad del Grl Peñaranda para exigir al Cnl Toro que se retire hacia Carandaitý para fortalecer la defensa de Villa Montes después de la derrota de El Carmen (16/11/1934). “El ejército boliviano fue vencido por el indisciplinado y ambicioso Cnl Toro, quien abusando de la condescendencia y de la debilidad de mando del General Peñaranda, impunemente zarandeó su autoridad e impuso sus disparatados puntos de vista operativos. Tcnl Félix Tabera
“Con una marcada carencia de humildad, el Cnl Toro comenzó a criticar la actuación de los comandantes de las unidades (…) alegando que habían sido “los primeros en llegar a El Cruce cuando que su trabajo era dirigir personalmente la retirada desde el sur”.
Ante la falta de un castigo ejemplar por parte del Grl Peñaranda, oficiales de la 8ºDiv intentaron hacer justicia por mano propia, eligieron por sorteo al Tte Gualberto Villarroel para que liquidara al Cnl Toro por ser el principal responsable del desastre de Picuiba, intento que no se llevó a cabo.
5) La actitud de los oficiales bolivianos de abandonar a sus soldados ante la crisis, ya que en los 3000 prisioneros capturados por el ejército paraguayo en esta batalla no figuró ningún oficial boliviano. Esto se debió a que los oficiales utilizaron los camiones para huir y esta conducta fue observada por los oficiales chilenos contratados por Bolivia y también por el Paraguay al analizar el bajo porcentaje relativo de oficiales bolivianos entre los prisioneros capturados en los distintos cercos (Ver Apéndice 4º – Voluntarios chilenos en la Guerra del Chaco). En sentido contrario, en la batalla de Strongest, los bolivianos se sorprendieron por la gran cantidad de oficiales paraguayos capturados en proporción a las tropas (1 oficial por cada 21 soldados).
6) El Cnl Toro le transmite al Tcnl Tabera: “Uno no debe tener finalmente ninguna consideración con la fatiga de los soldados a quienes es de vital importancia exigir el máximo esfuerzo. Uno o dos días de sacrificio…pueden ser suficientes para lograr el total aniquilamiento del enemigo que nos ha dado más de un ejemplo sobre este tema, mostrando que es posible vivir incluso meses careciendo de la mayoría de recursos”.
Pero esto sólo puede lograrse con el ejemplo!! y años después el Tcnl Tabera dirá con amargura: "Y así, mientras en el asiento del Comando del Cuerpo [en Carandaitý] la vida transcurría blanda, apacible y entre frecuentes libaciones y alabanzas de los poetas y corifeos [se refiere a Germán Busch] al más grande de los héroes de todos los tiempos de la república [se refiere a Toro "que por ese tiempo vanidosamente gustaba hacerse llamar el "Mussolini boliviano", a los 160 km de distancia, en los arenales y desiertos de Picuiba permanecía (...) el agotado, hambriento y sediento Segundo Cuerpo de Caballería".
De manera diferente, el Cnl Garay, con sus 59 años, marchó a la cabeza de la columna, sufriendo el calor, la sed, la fatiga y el estrés de 70 kilómetros por entre las Divisiones enemigas, conduciendo a sus soldados al objetivo que se la había asignado.
7) La actitud del Cnl Toro de dar órdenes directamente a las unidades menores, salteando los mandos de división y regimiento y sacando a estos toda capacidad de iniciativa propia, ocultando con la minuciosidad de las órdenes su falencia técnica a mayor nivel de conducción.
8) Mientras a fines de noviembre de 1934 el Cnl Toro dedicaba más tiempo a la negociación fallida con el presidente Salamanca para ser nombrado comandante supremo en reemplazo del Grl Peñaranda o al golpe de estado contra Salamanca, su adversario, el Cnl Franco, estaba abocado enteramente a las operaciones militares siguiéndolas minuto a minuto, desde muy cerca, buscando aprovechar el menor error en el dispositivo adversario.
9) La velocidad paraguaya en la toma de decisiones y puesta en marcha de las operaciones en momentos de crisis. El día 3 de diciembre, el Cnl Franco le plantea al Cnl Garay la maniobra sobre los pozos de Yrendagüé. El Cnl Garay la encuentra factible y solamente pregunta si se ha informado al Comanchaco. El Cnl Franco le dice que no ha tenido tiempo pero que la misma se encuadra en las órdenes generales que ha recibido del Grl Estigarribia. El día 4, el CnlFranco le lleva personalmente al Cnl Garay la orden respectiva e intercambian ideas sobre los detalles menores (Franco ofrece a Garay personal que conoce la zona por haberla recorrido recientemente en la retirada desde Yrendagüé). A la mañana del día 5 el Cnl Garay parte rumbo a Yrendagüé y el día 8, se apodera de los pozos.
El historiador estadounidense Bruce W. Farcau equiparó la conducción del Cnl Franco con la del general estadounidense George Patton en la 2da Guerra Mundial: “La movilidad depende más de la personalidad del comandante y su estado mental que de la velocidad de los vehículos que puedan tener a su disposición"
Fue una de las batallas más crueles de la guerra y produjo una profunda impresión en el pueblo boliviano cuando conoció el padecimiento sufrido por los soldados. El Cnl boliviano Díaz Arguedas evaluó en varios miles los muertos por falta de agua, en 3000 los prisioneros y la pérdida de gran cantidad de armas abandonadas en el desierto y/o tomadas por el enemigo: 60 morteros Stokes Brandt, 79 ametralladoras pesadas, 498 livianas, 590 pistolas-ametralladoras, 11.200 fusiles y 200 camiones, que fueron a “reforzar” al ejército paraguayo. En los depósitos de Yrendagüé los soldados paraguayos lograron rescatar de las llamas cajas con botellas de champagne, vinos finos del Rhin y una enorme cantidad de botellas de cerveza.

28 de Diciembre de 1934 – Batalla de Ybibobó
Situación
Después de la derrota en El Carmen y el abandono de Ballivián, el 1ºCE boliviano (4º y 9º Div) al mando del Cnl Enrique Frías, estableció una nueva línea defensiva en Ybibobó, a 70 km al noroeste de El Carmen, donde comienzan las primeras estribaciones andinas por sobre las chatas planicies chaqueñas y era un lugar donde los bolivianos pensaban detener a los paraguayos.

Tropa paraguaya en un descanso durante la marcha (Fuente: Portal Guaraní)
La 4ºDiv ocupó la margen sudeste del río Pilcomayo desde D`Orbigny, en la frontera con Argentina, hasta Caballo Nambí amenazando el flanco izquierdo de cualquier posible avance paraguayo hacia el norte y la 9ºDiv lo hizo mirando hacia el este, con su derecha apoyada en el río Pilcomayo y su línea corriendo en dirección nordeste hasta ligarse con la 8ºDiv del 2ºCE.
Los 2.500hombres de la 9ºDiv, bajo el mando del Cnl Jenaro Blacutt, protegían un frente de 18 kilómetros con espacios vacíos cubiertos por fuertes patrullas de combate.
Durante la segunda mitad de diciembre, mientras que lo que quedaba del Cuerpo de Caballería del Cnl Toro se retiraba hacia el río Parapetí, el 3ºCE paraguayo descubrió una brecha de 8 kilómetros entre la 8º y la 9ºDiv(s) y comenzó a construir una senda hacia la retaguardia de esta última.
Pese a que la aviación boliviana descubrió partes de una picada que construían los paraguayos hacia ese lugar, el comando boliviano desestimó toda posibilidad de ataque en ese sector y todos los refuerzos fueron enviados al centro y al ala derecha de la 9ºDiv por lo que Blacutt no tenía hombres para hacer frente a esta nueva amenaza.

El Cnl Nicolás Delgado, comandante del 3ºCE pensaba de otra manera y designó al My Alfredo Ramos de la 2ºDC para que realizara esa operación. Esta división incluía los regimientos 4ºRC "Acá Carayá" (My J. Buttlerof) y 5ºRC "Acá Verá" (My L. González) y los combativos 7ºRI "24 de Mayo (My A. Fretes) y 13ºRI "Tuyutí" (My Andino), todos veteranos de Nanawa, con un total de 2.400 soldados.                                                                 El ataque fue fijado para el día 27 de diciembre a la noche, con el 5ºRC a la cabeza, seguido por el 4ºRC y los dos regimientos de infantería, mientras el resto del 3ºCE, unos 1.300 hombres, compuesto por 6ºRC "Gral Caballero" junto con un escuadrón de reconocimiento de la 5ºDiv, fueron destinados a ejercer presión sobre la 9ºDiv boliviana.
La maniobra y resultados de la operación
El ataque comenzó a las 0400 horas del día 28 de diciembre aprovechando una relampagueante tormenta que había empezado el día anterior: “Una noche de lluvia, mientras nuestras tropas, a causa de la fatiga ocasionada por el repliegue, descansaban y dormían tapadas con sus carpas, el enemigo pasa por nuestras líneas sin disparar un solo tiro, cerrando a los regimientos Sucre y Aroma, [...] Los comandos no pueden hacer nada si la tropa no duerme [...] y si existe falta de oficiales que deben vigilar a la tropa” - de Lechín Suárez.
El 5ºRC escaló silenciosamente las abruptas colinas de Ybibobó y sin disparar un sólo tiro sorprendió tácticamente al enemigo penetrando varios kilómetros en dirección suroeste rumbo al Pilcomayo, en la retaguardia de la 9ºDiv, hasta cortar el camino Ybibobó - Palo Marcado que corre paralelo al río, esta sorpresa produjo una verdadera parálisis en todo el comando boliviano, se perdió el contacto con el Cnl Frías y otros jefes por lo que las fuerzas no se movieron de sus trincheras mientras eran rodeadas por el resto de las fuerzas atacantes que ingresaron por la brecha.                                                                                       Desde fuera del cerco el 4ºRI "Loa" apoyado por parte de la artillería divisionaria trató de avanzar hacia la zona de ruptura pero fue rechazado por el 13ºRI "Tuyutí". Para las 1700 horas éstos habían alcanzado el Pilcomayo y habían encerrado al 8ºRC "Aroma", la mayor parte del 2ºRI "Sucre", una parte del grupo de artillería de la 9ºDiv y un escuadrón de reconocimiento bolivianos. Entre los prisioneros bolivianos del día 29 figuró el My chileno Manuel Irrazával Benavente contratado en abril de 1934 y que se desempeñaba como comandante de un grupo de artillería. A la noche las fuerzas paraguayas recibieron el refuerzo del 6ºRI "Boquerón" proveniente de la 4ºDiv y el 6ºRC "General Caballero".
El caos en las líneas bolivianas permitió a los paraguayos aumentar su penetración y envolver al resto del 2ºRI y durante los días 30 y 31 fueron cayendo hombres y materiales de los tres regimientos bolivianos que realizaron diversos intentos por escapar. Resultó evidente para las tropas cercadas que toda posibilidad de salida debía partir de ellas mismas. En el momento del pánico inicial cientos de soldados huyeron tirándose a las torrentosas aguas del Pilcomayo. Por su cuenta, el Cap Ernesto Wende del 8ºRC organizó un intento de ruptura y luchando tenazmente logró salir del cerco con 280 soldados. Elementos del 2ºRI intentaron hacer lo mismo pero la falta de coordinación no lo hizo posible. Una parte de la artillería boliviana (9ºGA) se retiró en medio de la confusión al inicio del ataque enemigo sin haber disparado un sólo tiro. En un último intento, 600 hombres intentaron romper el cerco hacia el sur, posiblemente para utilizar un banco de arena que les permitiera cruzar el río Pilcomayo, pero fueron detenidos por el 6ºRC y continuando con una gran presión sobre el resto de la 9ºDiv, esta tropa se rindió.


Transporte a retaguardia de prisioneros bolivianos con ojos vendados, a los efectos de que no reconozcan ningún trayecto, ni tropas en desplazamiento, es decir, ninguna referencia que pueda ser utilizada por el adversario, en caso de escapar de sus captores. Obsérvese que los prisioneros no son simples soldados sino pueden ser oficiales o suboficiales (Fuente: Wikipedia)
En los primeros días de enero de 1935 unos 1200 hombres cayeron prisioneros, 200 murieron en combate y otros tantos se ahogaron en el Pilcomayo que para la época estaba muy crecido, las pérdidas paraguayas fueron insignificantes: 20 muertos y 40 heridos.
Aún cuando el ejército boliviano había perdido batallas más importantes, en Ybibobó se produjo la derrota más humillante de toda la guerra, el Cnl Frías, Blancutt y todos sus comandantes se las arreglaron para escapar mientras toda la 9ºDiv dejó de existir.

Ybibobó era uno de los tres pasos para acceder a las primeras serranías andinas y un importante punto estratégico para atacar Villa Montes desde el sureste.


Mapa de Situación - Al finalizar el año 1934 la línea aproximada que separaba a ambos adversarios era; Vanguardia I, Castillo, Ayacucho, Junín, Aroma, Yrendagué, Ysiporenda y rectamente hacia Ybibobo (sobre el Río Pilcomayo)
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EVALUACION

** José Félix Estigarribia poseía la determinación requerida por un gran general. Mediante una constante reevaluación propia, había logrado crear una gran flexibilidad de pensamiento. Era la personificación de la combinación de la teoría sabia y el carácter, lo que, según Jomini y otros han afirmado, es esencial en un gran capitán.
** Estigarribia poseía una completa comprensión de los temas políticos en la guerra. Se le consultaba en asuntos diplomáticos y sus relaciones con el gobierno eran muy armoniosas: proveía el apoyo militar inmediato para los movimientos diplomáticos. Adquirió firmes conceptos sobre alta estrategia y participó activamente en su formulación.
Presidente Daniel Salamanca

** Como general en campaña, Estigarribia comprendió la importancia de operar por líneas interiores, tener una logística adecuada y un apropiado centro de gravedad, seleccionar el punto decisivo, unificar los éxitos locales en grandes triunfos, retener la iniciativa, concentrar la potencia de combate Y conservar los recursos. Su adhesión a todos lo, principios de la guerra generalmente aceptados fue muy notable y se manifestó en cada una de sus victorias. Era un maestro para la sorpresa ofensiva. Su única flaqueza significativa era su inhabilidad para efectuar persecuciones fructuosas; en parte esto emanaba de su sentido de humanidad -sentido poseído solamente por los grandes.
** Algunos podrían discutir que, considerando el tamaño de sus fuerzas. Estigarribia fue, a lo más, un hábil comandante de ejército. Por el contrario, la extensión del Chaco -especialmente considerando el tiempo y el espacio con relación a los primitivos métodos de comunicaciones- realmente lo convirtió en un comandante de teatro de operaciones de gran capacidad. Como innovador, definitivamente ocupa un punto intermedio entre las dos Guerras Mundiales, con su comprensión de la primera y la anticipación de los métodos a emplearse en la segunda. Como tal, su conducción de uno de los conflictos principales del hemisferio merece un estudio más profundo y un lugar más prominente en la historia militar.
En cuanto a la clase militar boliviana, había llegado a formar una especie de casta privilegiada, cuidadosamente cerrada a los profanos, de acceso exclusivamente oficial y cuyos componentes progresaban “masónicamente” en grados y emolumentos por acción del tiempo […] Unidos en estrecha solidaridad de intereses, frente al Gobierno y a la nación toda, […], acabaron por mostrar, al contacto con la guerra, toda la soberbia de que estaban penetrados. […] Desgraciadamente tanta soberbia militar iba acompañada de la incapacidad y de la derrota, con todas sus funestas consecuencias. […] Se crearon en el Chaco un campo propio y cerrado en que ellos pudiesen moverse con entera libertad. Eso sí, pedían soldados, camiones, provisiones, armas y municiones en cantidades crecientes sin atender a las posibilidades financieras que limitaban los esfuerzos del Gobierno (a pesar de su buena voluntad).
Presidente D. Salamanca 

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Apéndice 4º – Voluntarios chilenos en la Guerra del Chaco